Para mí, el paso por ENREDOS ha sido una experiencia muy especial. No tengo, mientras que escribo esto, ninguna referencia del tiempo transcurrido en ese proyecto, ni de todo lo realizado juntos. No tengo a mano mis notas, y como me flaquea la memoria, aporto lo que surge en una reflexión espontánea, en un rato sacado de mi puesto de trabajo.
En primer lugar, mi incorporación, como quizás ya he comentado en alguna ocasión, fue como una forma de continuar el grupo de estudio de la violencia, en el que había participado varios años. Me soltaba de la mano de uno al finalizar ese proyecto y me agarraba a otro ¡¡Es tan difícil encontrar manos que agarrar y tan importante sentirse acompañado!! Por eso decidí, con ilusión, participar en ese nuevo proyecto. No era tanto la tarea lo que me motivaba, sino la posibilidad de estar con algunas personas a las que aprecio mucho, junto con esas otras nuevas, variadas y desconocidas, que fantaseaba que serían muy interesantes.
A lo largo del tiempo, participar en el proyecto me permitió conocer mejor a los que desconocía y sentir agrado por su presencia, a pensar en algunos temas interesantes, a aprender cosas que desconocía, a echar de menos a los que se alejan, a aceptar y tolerar más al que es muy diferente, etc.
Hubo un periodo de mucha ilusión y excitación, con la idea de la puesta en marcha de una página web, donde poder abrirnos a otros, mostrar nuestro trabajo, nuestras opiniones, y que pudieran participar y aportar otros con sus comentarios.
Quizás el trabajo y la tarea que nos proponíamos era demasiado ambiciosa, se nos empezó a hacer más difícil, suponiendo quizás demasiado esfuerzo, tiempo y energía. Y a partir de determinado momento, o más bien paulatinamente, cada encuentro se fue haciendo menos numeroso, creciendo las ausencias y haciéndose más pesadas. Quedó un núcleo pequeño, estable, que ha permanecido hasta el final, hasta que consideramos que no tenía mucho sentido permanecer juntos, a pesar de haber modificado la tarea que nos convocaba, para hacerla más asumible y llevadera.
Tras el verano, vuelvo a retomar lo que tenía pendiente y he vuelto a mirar la página web, que casi había olvidado. Ha sido como si volviera a una época remota y me ha emocionado todo el trabajo realizado. Es como si encontraras, en un mundo de estrellas rutilantes que es internet, un vestigio genuino de una estrella que existió, sencilla, artesanal, sin artificios. Me ha encantado leer todo de nuevo y haber participado con todos vosotros en su recorrido. Se baja el telón.
Por eso tener la oportunidad de agarrarme de nuevo a otras manos, en un nuevo proyecto, me alegra y me hace mucha ilusión. Llegue a donde llegue, me gusta pensar que me aporta el recorrido y la compañía, y estoy convencida de que lo que viene será muy interesante y enriquecedor estar de nuevo con otros.
Amelia
09/2023