Pierre Schaeffer
En París, alrededor de 1948, el ingeniero y compositor francés Pierre Schaeffer comenzó a grabar sonidos ambientales y combinarlos de varias maneras: el resultado se llamó ''música concreta''; un poco más tarde, Schaeffer define el concepto fundamental de "objeto musical", concebido como un evento sonoro adecuadamente aislado de su contexto natural, considerado como una estructura mínima, con la facultad de manipulación para fines compositivos.
Los músicos que se dedican a este "género" sí proponer usar sonidos de diversa naturaleza, rasgos de la realidad ambiental de varios objetos, grabándolos en un soporte magnético y luego procesarlos a través de varias técnicas (cambio de velocidad, inversión del sentido de rotación y así sucesivamente). la ruidos así obtenidos luego se montan, con a menudo resultados de particularmente eficaz característica de esto tipo de investigación es el uso de material de situaciones no relacionadas con práctica musical habitual, contextos favorables ruidos típicos de la metrópolis moderna.
Paisaje sonoro (Soundscape), concepto introducido por el músico y compositor canadiense R. Murray Schafer . Dicho concepto es definido por Schafer como el entorno sonoro concreto de un lugar real dado. Un paisaje sonoro es un sonido o combinación de sonidos que conforman o provienen de un determinado ambiente. El concepto de paisaje sonoro se refiere a un ambiente sonoro natural, consistente en la aparición de sonidos naturales, como, por ejemplo, sonidos procedentes de animales, sonidos procedentes de sucesos meteorológicos, así como sonidos procedentes de otros elementos naturales, entre las que cabría mencionar los relacionados con el agua. Pero, también se refiere a sonidos ambientales creados por el hombre, a través de composiciones musicales, diseño sonoro y otras actividades humanas comunes, como, por ejemplo, sonidos procedentes de la comunicación, trabajo, así como sonidos mecánicos procedentes del uso de la industria tecnológica.
El paisaje sonoro es considerado como una parte integral del entorno de vida. Esto confirma el punto de vista de autores como Stockfelt, el cual afirma que el sonido es una necesidad existencial, es decir, los paisajes sonoros son esenciales para el bienestar, no solo como música sino como una parte integral de nuestras situaciones cotidianas.