Mayo 2020
No existe un curso para ser padres, y los hijos tampoco vienen con un manual de instrucciones. Así que, cuando interpretamos este rol de padres sólo podemos tratar de hacer lo mejor que podemos, leer, estudiar, ver videos y compartir las experiencias con otros padres ayuda un poco al proceso; pero cada hijo es diferente y sólo esperamos "no meter la pata", porque de eso depende que ese pequeño se convierta en un buen ser humano adulto.
Soy madre de una hermosa niña de 6 años de edad, que se llama Samanta y una de las decisiones más difíciles, fue encontrar un buen colegio para que ella pueda estudiar, aprender, interactuar con sus compañeros, correr, reir, saltar. Ella es movimiento y buscamos muuuchoooo. Recuerdo algunas lágrimas con esas opciones que económicamente no nos daba o lugares que no nos inspiraban confianza. Miedo, incertidumbre, impotencia, zozobra son algunos de los sentimientos por los que pasamos los padres pensando dónde van a estudiar nuestros hijos, nuestro tesoro más valioso.
Estoy sin "trabajo fijo" hace 7 meses y he vivido esta experiencia como una oportunidad para reinventarme, conocerme, ser mamá tiempo completo, ser ama de casa y desarrollar otras habilidades que había dejado de lado por mi carrera profesional en el mundo Tech. Carrera que amo con pasión y en la que parar de aprender no es una opción.
Todo estaba muy bien; podía estar más tiempo con mi hija, la llevaba a su colegio, la recogía y durante los desplazamientos, ella me contaba los chismes del día; con la emoción, la inocencia, la alegría y la espontaneidad que caracteriza a los niños. Esta era mi mejor parte del día; porque podía ver cómo ese pequeño ser humano que nació de mis entrañas se convertía en una personita con un sin límite de matices, valores, personalidad, visión, carácter y capaz de interactuar, tomar decisiones y defenderse en su pequeño mundo para solucionar los diferentes problemas que como ser social debería empezar a entender.
Un día empezaron los rumores y después se hizo realidad la noticia: "Samanta no podía volver a su colegio y quedamos en cuarentena para proteger nuestra salud". Al principio hacíamos las tareas y las envíabamos; incluso el gobierno decretó adelantar las vacaciones y pasó el primer mes. El colegio y los profesores trataron de prepararse lo mejor posible, para lo inesperado: dar clases virtuales a sus estudiantes. En el 2020, la educación virtual no era algo nuevo y muchos lo estaban haciendo. Pero con los niños de primaria, el reto era más grande. Samanta como muchos otros niños se ha comportado como una verdadera heroína, y aunque para ella es confuso entender que no puede salir al parque por un enemigo invisible, obedece y trata de adaptarse a su nueva realidad. Extraña su colegio, sus amigos, sus profes, sus abuelos, su vida en el mundo exterior de su casa.
Un día, pasó lo inimaginado, empezamos a recibir clases a través de una pantalla y la interacción más cercana con otros niños se convirtió en un imposible. Todos hemos hecho nuestro mejor esfuerzo, pero este posible futuro y este escenario de aprendizaje para los niños pequeños aún no estaba desarrollado y era una opción poco probable. Aún así, si queremos sobrevivir hay que adaptarnos a las nuevas reglas de juego; pero necesitamos desarrollar habilidades y entender mejor cómo funciona el proceso de aprendizaje de los niños en este contexto nuevo, en este mundo que no será igual; porque aunque se acabe la cuarentena, si no tenemos una vacuna, los niños no podrán volver a tener una vida social normal. Y... para una niña como Samanta, paisa de nacimiento: un abrazo, un beso, el contacto físico es algo innato y no será fácil transformar su chip y más entender por qué tener miedo a un enemigo que ni siquiera puede ver. ¿Cómo puede saber dónde está ese villano invisible?, cualquiera puede ser una amenaza.
Para mí como mamá ha sido enriquecedor, pero complejo este aislamiento tratando de educar lo mejor posible a mi hija, tratando de enseñar lo básico para que se defienda en el mundo; por lo menos que pueda aprender a leer y escribir. Me reto todos los días para tenerle más paciencia, para lograr comunicarme mejor con ella, para entender que ella aprende con movimiento, que su atención no dura más de 10 minutos, se distrae con la mosca que pasa, que necesita correr al aire libre, necesita abrazar a sus amigos, verlos, tocarlos, sentirlos. Ella es totalmente kinestésica y aprende por sus sentidos. ¿Pero cómo lo logro?, ¿Cómo puedo ser como el papá de la película de "La vida es bella", para que mi hija no crezca en la angustia e incertidumbre?, ¿Cómo le enseño la resiliencia a mi hija?; o mejor, cómo soy ejemplo de resiliencia para mi hija, porque ellos aprenden de lo que ven. Felicito a las súper mamás, líderes en sus trabajos, líderes en sus hogares, con un grupo de personas a cargo, mucho trabajo, mucha responsabilidad y muchas decisiones por tomar y ahora con la tarea de ser docentes de matemáticas, español, sociales y ciencias en casa.
Felicito a los docentes en su día, les envió mi voz de aliento y agradecimiento, por qué sé que están haciendo su mejor esfuerzo. Un docente de niños de básica primaria no es una persona cualquiera, es uno de los trabajos más importantes del mundo y requiere mucha vocación, amor y entrega.