“Solo una compañera tenía una cámara híbrida, el resto (incluyéndome) teníamos celulares.
Aun así hicimos cosas muy copadas.
Para empezar nos explicó lo básico, que era la fotografía, el triángulo de la exposición, reglas de composición, etc.
Normalmente, nos hacía integrar y hacer entender (en un decir) como era la piel de un fotógrafo, a través de un celular”.
Vengo del polivalente, escuela de bellas artes donde no pude explotar todo mi potencial como artista. Cada lienzo y dibujo que trabajaba en ella, no me representaba del todo, me sentía incómodo y aburrido con la vida que llevaba y tenía mucho miedo de mis próximos años. Salía de la secundaria a los 17 años sin propósitos de que hacer con mi futuro. Por otro lado, me considero una persona muy interesada a los deportes electrónicos, la computadora y todo lo relacionado con un aparato tecnológico. Tengo un linaje donde tu viejo era considerado como “fotógrafo”, pero en esos años no quería saber nada de lo que él hacía, quería hacer mi propio camino y que me recordaran por como soy yo y no por ser el hijo de alguien.
En ese 2018, tuve por primera vez en mi último año de la secundaria la materia “fotografía”. Tuvimos una profe, muy macanuda, pero solo tuvimos una clase con ella por una confusión de profesores. El nuevo profe se llamaba Alfio, un viejo de 62 años, con un bigote bastante peculiar, canoso y muy, pero muy cascarrabias (pero muy macanudo). Aun así muy dedicado a su profesión.
La materia la teníamos los viernes a eso de las 18 horas y normalmente siempre pasaba algún evento festivo o encuentro que nos interrumpía las horas de la materia. Entonces, en vez de ir a mirar, sentarse y escuchar, (como tarea) nos poníamos a sacar fotos del evento para luego revisarlas en clases. En esos días en los que no teníamos un acto en la escuela, llevaba sus libros de fotografía, mirábamos las fotos y daba como tarea reflexionar la foto elegida en el Libro y pensar; con qué tipo de lente estaba sacado, sus reglas de composición, la razón del porqué estaba sacada la foto teniendo en cuenta el epígrafe, porque a nosotros nos llamó la atención y tratar de buscarle alguna vuelta a la foto.
A mitad de año me empezó a realmente interesar la fotografía y andaba entre varios caminos, entre seguir con programación, probar diseño gráfico, convencer a mis viejos de que quería ser profesor de educación física o intentar dedicarme realmente a la fotografía. La cabeza me daba vueltas, pero realmente me sentí cómodo cuando sacaba una fotografía, era inexplicable la sensación de rebuscarle la vuelta a las estructuras que pasaba diariamente sin darle tanta pelota. Así que un día, me armé de valor y le pregunte a mi profe si daba algún tipo de taller o curso y me contó sobre los talleres que daba tanto en los Yaganes como en el Alem. Empece a ir al Alem dos semanas después, (por los horarios de la escuela y eso) solo iba los lunes a la tarde con mi celular. A la semana siguiente tenía la idea de vender mi Play para comprarme una cámara y entender manualmente lo que era sacar una foto. Tuve la buena suerte de que mis padres me regalen mi primera, una Cámara Nikon D90, tenía recuerdos vagos de cuando mi viejo me prestaba su cámara, pero más que el automático y "hacer" que sacabas una foto, no era lo mismo que tener tu primera herramienta a tu manos.
Al principio me costó DEMASIADO agarrarle la mano, pero con el tiempo te vas dando cuenta que es un compromiso que tiene que aportar tanto el Estudiante (la practica en relación con la Experiencia de su propia vida) con lo teórico. El ISO, Diafragma, Velocidad de Obturación de una foto, los MOMENTOS, el revelado en Photoshop, Reglas y composiciones, y la versatilidad de imágenes que puedes crear teniendo en cuenta sobre tu progreso de vida, lo empezaba a tener en cuenta cada día y sin darme cuenta termine yendo todos los días de la semana al taller de fotografía. Los lunes a la tarde, cuando faltaba algún profe de la escuela, nos retirábamos y me iba a tomar el colectivo para irme al taller. Martes a la mañana solía faltar a Educación física (tenía buen promedio por lo que no me afectaba la falta) para asistir a fotografía, a la tarde después de clases me incorpore al otro grupo que daba Alfio en el Poli. Miércoles a la tarde, jueves a la tarde, viernes después de la materia de fotografía, me iba para el taller en el Alem y finalmente los sábados (Básicamente cuando algún profe faltaba, nos retirábamos y aprovechaba todo mi tiempo libre en fotografía), logre ver la fotografía como oportunidad de vida y Alfio como un mentor y amigo en esto.
En el poli empecé a llevar la cámara, los más allegados (siempre macanudos/as) me dejaban que les saque una fotografía. Siempre la llevaba conmigo (es decir me llevaba dos mochilas), por un tema de que pueda suceder algo interesante en los recreos y en esos momentos donde un profe falta para irse corriendo directamente a los talleres. En esa época era exageradamente molesto (desde mi perspectiva), ya que aparecía todos los días en los talleres.
Conocí mucha gente en el taller (normalmente antes era de viciar mucho tiempo a la computadora y me considero una persona muy introvertida, selectiva y muy callada, pero no porque no quería charlar, sino porque me encantaba escuchar las conversaciones que tenían y a la vez las que no tenían nada que ver con la fotografía. Así que no tenía una relación tan amplia). Al ser un taller sin cupos, normalmente éramos en un grupo 12, en otro 3 y en otro 7 caían discusiones, puntos de vista e historias en cada encuentro que iba. Algo que me quedo marcado ese Año fue a Joshua, un estudiante de intercambio que vino de Austria y empezó fotografía en el Alem. Era gracioso porque, entre lo poco que sabíamos de inglés y Joshua, con lo que sabía Español básico, se logró enseñar sobre fotografía, teniendo como núcleo el mismo objetivo, pero con poca formas de comunicarnos más que con la foto.
Por otro lado, mi viejo de vez en cuando me pedía que lo acompañara en algún evento social que tenía que realizar para su trabajo o les recomendaba a sus amigos que fuera fotógrafo para tal evento. En algunas ocasiones me segundeaba con respecto a eventos sociales que era lo que más se destacaba en el ámbito laboral (a nivel local). Yo lo acompañaba y de vez en cuando aceptaba porque me servía de utilidad meterme en el ámbito en el que él estaba. A mí no me gustaba mucho, yo me iba por otras ramas, me gustaba más mezclar lo que hacía en el poli, tomarlo desde un concepto más "artístico" o meterme desde una abstracción surrealista a experimentar a través de la técnica. Me sentía apto para portar una cámara, pero no para sacar una buena fotografía.
Para la muestra de fin de año en el Polivalente presenté 5 fotos, 3 de ellas individuales (más postales) y 2 de ellas un díptico de un antes y un después de lo que era un aula. Para la muestra del Alem(mitad de año), era con temática de CASAS, entonces presente 4 fotos, pero no era una casa, era un tanque de agua sacada desde abajo, era una sola foto, pero impresa 4 veces, pero eran distintas cada una, ya que cuando la volteabas podías ver un panorama de una situación distinta a la arquitectura y para la muestra de Fin de Año superposiciones abstractas que elabore en Photoshop mediante fotografías que iba sacando a lo largo del año. Las hice, para tener más contacto con Photoshop, siempre de chico quise aprender, pero nunca tenía un objetivo para empezar aprender.