28 DE MARZO, 2025
Dicen que París es la ciudad del amor… ¡y vaya que me enamoré!, del arte, la historia y la belleza que envuelven cada rincón de esta ciudad. Desde que puse un pie en sus calles, sentí que estaba entrando en un mundo de ensueño: pintura, bohemia, música, romance… todo lo que alguna vez imaginé de París estaba ahí, vivo y vibrante.
Me hubiera encantado adentrarme en cada uno de estos mundos, perderme en los cafés donde los artistas hablaban de sus ideas revolucionarias, caminar por Montmartre hasta el amanecer o escuchar a un violinista tocando en algún puente del Sena. Pero, al menos, pude tocar un pedacito de mi sueño.
Cuando entré al Louvre, supe que no estaba lista para todo lo que estaba a punto de ver. Cada pasillo era un tesoro, cada sala era una historia, cada obra era un universo en sí misma. Y, claro, no podía irme sin conocer a la reina del museo: la Mona Lisa.
El momento fue épico. La gente estaba eufórica, las cámaras en alto, los murmullos y exclamaciones sonaban como si estuviera en un concierto… y ahí estaba ella, más pequeña de lo que imaginé, pero con una presencia tan poderosa que hipnotizaba. Mi foto no fue la mejor (como la de nadie, realmente), pero qué importa. Esos minutos frente a ella fueron mágicos.
Si el Louvre me deslumbró, el Palacio de Versalles simplemente me dejó sin palabras. Caminar por sus enormes pasillos dorados, perderme en los reflejos de la Galería de los Espejos y respirar el aire de sus jardines interminables fue una experiencia de otro nivel. Era como estar en una pintura viva, en una historia de otro tiempo.
A medida que recorría cada rincón, solo podía pensar en cuánta historia y cuántos sueños se habían tejido ahí. Definitivamente, uno de los momentos más deslumbrantes de mis días en Europa.
Cada segundo en París me confirmó algo: tengo que volver. Más museos, más arte, más pinturas, más inspiración… y bueno, quién sabe, igual hasta el amor. Jajaja.
Hasta entonces, seguiré pintando, soñando y dejando que cada viaje, cada experiencia y cada emoción se plasme en mis obras. Si quieres seguir este camino artístico conmigo, acompáñame en mis redes sociales.
¡Nos vemos en cada pincelada!
Por: Marolly Monita
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Derechos de autor por: Marolly Monita