Maldito Rodolfo Alonso

Dylan

Tu voz, ebria, era

sin embargo una luz

en el camino de nosotros,

los jóvenes. Y ahora,

todavía se alza

como una prueba demente

de la resistencia

feroz de la belleza

y de la gracia, prueba

del desmedido amor humano,

misteriosamente capaz

de sobrevivir

a tanto naufragio.