Iván Tubau
Atlantas

Son suyas las praderas de Ripoll

y de Setcases y de Sant Joan

y el mar de Bellaterra y las montañas

más altas de la sierra del Montsant.

Algunos llaman patria a los paisajes

y a las lenguas e incluso al indumento

de los antepasados y a su historia

y a la muerte de antiguos enemigos.

Piensan ellos que son suyas las patrias

porque las llevan en el pasaporte

o que son suyas todas las mujeres

que ante el juez han firmado unos papeles.

Pero él sabe que es suya aquella playa

de Sausalito que pisó una tarde

y el tranvía de cable y la bahía

de San Francisco y la Jack London Place.

Son suyas esta lengua que aquí escribe

y aquella con la cual dice Je t´aime

o Help Ich liebe dich Ti voglio bene

Ves-te´n a fer punyetes Obrigado.

Él sabe que son suyas para nunca

todas las calles por las que pasó

y que su matria son las cien mujeres

que aún habitan su cuerpo y su memoria.

El mundo está preñado todavía

de Atlantas que le esperan, de praderas

abiertas como libros que desean

ser leídos un día con los pies.