Idea Vilariño
Un soneto

Nunca sufrí una soledad más dura 

que aquella soledad que me infligiste 

una noche de amor. Yo comí triste 

aquel plato repleto de amargura.


No es que esperara más. Pero aunque oscura 

la noche nos juntaba y tú no fuiste

más que un amante. Menos. No quisiste

que mezclara en tu vida mi locura.


Cuando la hora aquella fue acabada

te abracé antes de la despedida 

y fue de tus caricias la más tierna


permitirme sufrir sin decir nada

sin llanto sin pasión sin voz vencida 

apoyada mi frente entre tus piernas.


1950