Dada la creación de nuevos productos y con un propósito de que el negocio no quedara solamente en el mostrador, la farmacia de Luis Liras, se la puede considerar como una industrial rural, ya que trató de de aumentar el número de ventas fuera de Villadiego.
Los antecedentes del surgimiento de las industrias rurales lo encontramos en este comentario, muy acertado, encontrado en la web de la Secretaría de Estado de Cultura
En la primera mitad del siglo XX, España era fundamentalmente un país agrícola y la mayor parte de su población activa estaba en el campo, por lo que era lógico que hubiese un amplio bloque de carteles o postales anunciando productos para el campo: fertilizantes, insecticidas, abonos, maquinaria, reconstituyentes, fármacos, alimentos para el ganado, etc. (VV. AA., 2002: 41). Tras la Guerra Civil aparecieron complementos alimenticios para los animales que, mezclados con la alimentación tradicional, los convertía, según la publicidad de la época, en un “superalimento” concentrado. Se podría decir que estos “superpreparados” fueron los antecesores de los piensos compuestos actuales. Hubo varios productos muy conocidos, como los Polvos Huemas, el Engorde Castellano Liras o los Polvos Pinós.
Este tipo de preparados alimenticios solían estar elaborados con residuos de animales sacrificados, como los huesos molidos de terneras o corderos, los cuales aportaban el complemento de calcio, harinas de carnes y pescados, etc. (E. Ayala Martín, 1941: 45, 69 y 136). Estos polvos contenían, además, estimuladores del apetito, como la raíz de genciana, lo que hacía que los animales comieran y engordaran más en menos tiempo. El producto resultante se envasaba en bolsas de un kilo (aproximadamente unas 100 dosis) y posteriormente se distribuía a toda España, siendo empleados con todo tipo de animales de granja: ocas, gallinas, gallos, cabras, vacas, cerdos, caballos, etc. (…) Con la llegada de los piensos compuestos a mediados de los años 50 del siglo XX desaparecieron estas pequeñas industrias.
http://ccfib.mcu.es/promoArte/MC/animalario/detallePieza_idPieza23.html
Anuncio en el periódico El Castellano el 11 de febrero de 1927 de un producto parecido a Engorde Castellano Liras, que ya comercializaba la Droguería Julio G. Rico en Villadiego.