SÁBADO II DE PASCUA
LA SANTA CRUZ
MR p. 708 [740] / Lecc. I p. 1012.
PRIMERA LECTURA
[Si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce quedaba curado.]
Del libro de los Números 21, 4-9
En aquellos días, el pueblo se impacientó y murmuró contra Dios y contra Moisés, diciendo: “¿Para qué nos sacaste de Egipto? ¿Para qué muriéramos en el desierto? No tenemos pan ni agua y ya estamos hastiados de esta miserable comida”.
Entonces envió Dios contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían y murieron muchos israelitas. El pueblo acudió a Moisés y le dijo: “Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. Ruega al Señor que aparte de nosotros las serpientes”.
Moisés rogó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió: “Haz una serpiente como ésas y levántala en un palo. El que haya sido mordió por las serpientes y mire la que tú hagas, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la levantó en un palo; y si alguno era mordido y miraba la serpiente de bronce, quedaba curado.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 77
R. No olvidemos las hazañas del Señor.
Escucha, pueblo mío, mi enseñanza;
presten oído a las palabras de mi boca.
Abriré mi boca y les hablaré en parábolas;
anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo. R.
Cuando Dios los hacía morir,
lo buscaban y madrugaban para volverse hacia él.
Se acordaban de que Dios era su auxilio;
el Dios altísimo, su redentor. R.
Lo adulaban con su boca,
le mentían con su lengua;
su corazón no era sincero con él
ni eran fieles a su alianza. R.
Pero él sentía lástima de ellos,
les perdonaba su culpa y no los destruía.
Muchas veces dominó su ira
y apagó el furor de su cólera. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R. Aleluya, aleluya.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
porque con tu santa cruz redimiste al mundo.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[El Hijo del hombre tiene que ser levantado.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 13-17
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él”.
Palabra del Señor.
VIERNES II DE PASCUA
MR p. 707 [739] / Lecc. I p. 881
PRIMERA LECTURA
[Los apóstoles se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido ultrajes por el nombre de Jesús.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 34-42
En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley y respetado por todo el pueblo, se levantó en el sanedrín, mandó que hicieran salir por un momento a los apóstoles y dijo a la asamblea: “Israelitas, piensen bien lo que van a hacer con esos hombres.
No hace mucho surgió un tal Teudas, que pretendía ser un caudillo, y reunió unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, dispersaron a sus secuaces y todo quedó en nada. Más tarde, en la época del censo, se levantó Judas el Galileo y muchos lo siguieron. Pero también Judas pereció y se desbandaron todos sus seguidores. En el caso presente, yo les aconsejo que no se metan con esos hombres; suéltenlos. Porque si lo que se proponen y están haciendo es de origen humano, se acabará por sí mismo. Pero si es cosa de Dios, no podrán ustedes deshacerlo. No se expongan a luchar contra Dios”.
Los demás siguieron su consejo: mandaron traer a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús y los soltaron. Ellos se retiraron del sanedrín, felices de haber padecido aquellos ultrajes por el nombre de Jesús.
Y todos los días enseñaban sin cesar y anunciaban el Evangelio de Cristo Jesús, tanto en el templo como en las casas.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 26
R- El Señor es mi luz y mi salvación. Aleluya.
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién voy a tenerle miedo?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién podrá hacerme temblar? R.
Lo único que pido, lo único que busco,
es vivir en la casa del Señor toda mi vida,
para disfrutar las bondades del Señor
y estar continuamente en su presencia. R.
La bondad del Señor
espero ver en esta misma vida.
Ármate de valor y fortaleza
y en el Señor confía. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 4, 4
R. Aleluya, aleluya.
No sólo de pan vive el hombre,
sino también de toda palabra que sale de la boca de Dios.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[Jesús distribuyó el pan a los que estaban sentados, hasta que se saciaron.]
Del santo Evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos.
Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?” Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios de pan bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan”. Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?” Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente”. En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí; y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.
Enseguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”. Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.
Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: “Este es, en verdad, el profeta que habría de venir al mundo”. Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.
Palabra del Señor.
JUEVES II DE PASCUA
SAN JOSÉ OBRERO
MR p. 705 [737] / Lecc. I pp. 879 y 1011
PRIMERA LECTURA
[Nosotros somos testigos de todo esto, y también lo es el Espíritu Santo.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 27-33
En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: “Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre”.
Pedro y los otros apóstoles replicaron: “Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia de la conversión y el perdón de los pecados. Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen”.
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas;
no cesará mi boca de alabarlo.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en él. R.
En contra del malvado está el Señor
para borrar de la tierra su recuerdo;
escucha, en cambio, al hombre justo
y lo libra de todas sus congojas. R.
El Señor no está lejos de sus fieles
y levanta a las almas abatidas.
Muchas tribulaciones pasa el justo,
pero de todas ellas Dios lo libra. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto.
Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 31-36
E1 que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él.
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES II DE PASCUA
MR pp. 704 y 894 [723 y 933] / Lecc. I p. 877
PRIMERA LECTURA
[Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 17-26
En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido, que eran los saduceos, llenos de ira contra los apóstoles, los mandaron aprehender y los metieron en la cárcel. Pero durante la noche, un ángel del Señor les abrió las puertas, los sacó de ahí y les dijo: “Vayan al templo y pónganse a enseñar al pueblo todo lo referente a esta nueva vida”. Para obedecer la orden, se fueron de madrugada al templo y ahí se pusieron a enseñar.
Cuando llegó el sumo sacerdote con los de su partido convocaron al sanedrín, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los presos. Al llegar los guardias a la cárcel, no los hallaron y regresaron a informar: “Encontramos la cárcel bien cerrada y a los centinelas en sus puestos, pero al abrir no encontramos a nadie adentro”.
Al oír estas palabras, el jefe de la guardia del templo y los sumos sacerdotes se quedaron sin saber qué pensar; pero en ese momento llegó uno y les dijo: “Los hombres que habían metido en la cárcel están en el templo, enseñando al pueblo”.
Entonces el jefe de la guardia, con sus hombres, trajo a los apóstoles, pero sin violencia, porque temían ser apedreados por el pueblo.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 33
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas,
no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor
que se alegre su pueblo al escucharlo. R.
Proclamemos la grandeza del Señor
y alabemos todos juntos su poder.
Cuando acudí al Señor, me hizo caso
y me libró de todos mis temores. R.
Confía en el Señor y saltarás de gusto,
jamás te sentirás decepcionado,
porque el Señor escucha el clamor de los pobres
y los libra de todas sus angustias. R.
Junto a aquellos que temen al Señor
el ángel del Señor acampa y los protege.
Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Dichoso el hombre que se refugia en él. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 3, 16
R. Aleluya, aleluya.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único,
Para que el que crea en él, tenga vida eterna.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[Dios envió a su Hijo al mundo para que el mundo se salve por él.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 16-21
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga la vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el Hijo único de Dios.
La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran.
En cambio, el que obra el bien conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
Palabra del Señor.
MARTES II DE PASCUA
MR p. 703 [722] / Lecc. I p. 875
PRIMERA LECTURA
[Tenían un solo corazón y una sola alma.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 32-37
La multitud de los que habían creído tenía un solo corazón y una sola alma; todo lo poseían en común y nadie consideraba suyo nada de lo que tenía.
Con grandes muestras de poder, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y todos gozaban de gran estimación entre el pueblo. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían terrenos o casas, los vendían, llevaban el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles, y luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.
José, levita nacido en Chipre, a quien los apóstoles llamaban Bernabé (que significa hábil para exhortar), tenía un campo; lo vendió y puso el dinero a disposición de los apóstoles.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 92
R. El Señor es un rey magnífico. Aleluya.
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes.
Estás revestido de poder y majestad.
Tú mantienes el orbe y no vacila.
Eres eterno, y para siempre está firme tu trono. R.
Muy dignas de confianza son tus leyes
y desde hoy y para siempre, Señor,
la santidad adorna tu templo. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 3, 15
R. Aleluya, aleluya.
El Hijo del hombre debe ser levantado en la cruz,
para que los que creen en él tengan vida eterna.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo.]
Del santo Evangelio según san Juan 3, 7b-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “No te extrañes de que te haya dicho: Tienen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu”.
Nicodemo le preguntó entonces: “¿Cómo puede ser esto?” Jesús le respondió: “Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna”.
Palabra del Señor.
LUNES II DE PASCUA
MR pp. 701 y 890 [721 y 930] / Lecc. I p. 872
PRIMERA LECTURA
[Se pusieron a orar y quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaron la palabra de Dios con valentía]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 23-31
En aquellos días, tan pronto como Pedro y Juan quedaron en libertad, volvieron a donde estaban sus compañeros y les contaron lo que les habían dicho los sumos sacerdotes y los ancianos. Al oír esto, todos juntos clamaron a Dios, diciendo: “Señor, tú has creado el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contiene; por medio del Espíritu Santo y por boca de tu siervo David, nuestro padre, dijiste: ¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos hacen planes torpes? Se sublevaron los reyes de la tierra y los príncipes se aliaron contra el Señor y contra su Mesías.
Esto fue lo que sucedió, cuando en esta ciudad se aliaron Herodes y Poncio Pilato con los paganos y el pueblo de Israel, contra tu santo siervo Jesús, tu ungido, para que así se cumpliera lo que tu poder y tu providencia habían determinado que sucediera.
Y ahora, Señor, mira sus amenazas y concede a tus siervos anunciar tu palabra con toda valentía. Extiende tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios en el nombre de tu santo siervo, Jesús”.
Al terminar la oración tembló el lugar donde estaban reunidos, los llenó a todos el Espíritu Santo y comenzaron a anunciar la palabra de Dios con valentía.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 2
R. Dichosos los que esperan en el Señor. Aleluya.
¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos hacen planes torpes?
Se sublevan los reyes de la tierra
y los príncipes se alían contra el Señor
y contra su Mesías, diciendo:
“Rompamos sus cadenas, sacudamos sus ataduras”. R.
El que vive en el cielo sonríe;
desde lo alto, el Señor se ríe de ellos.
Después les habla con ira y los espanta con su cólera:
“Yo mismo lo he constituido como rey en Sión, mi monte santo”. R.
Anunciaré el decreto del Señor.
He aquí lo que me dijo:
“Hijo mío eres tú, yo te he engendrado hoy.
Te daré en herencia las naciones
y como propiedad toda la tierra.
Podrás gobernarlas con cetro de hierro,
y despedazarlas como jarros”. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Col 3, 1
R. Aleluya, aleluya.
Puesto que han resucitado con Cristo,
busquen los bienes de arriba, donde está Cristo,
sentado a la derecha de Dios.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[El que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.]
Del santo Evangelio según san Juan 3,1-8
Había un fariseo llamado Nicodemo, hombre principal entre los judíos, que fue de noche a ver a Jesús y le dijo: “Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer las señales milagrosas que tú haces, si Dios no está con él”.
Jesús le contestó: “Yo te aseguro que quien no renace de lo alto, no puede ver el Reino de Dios”. Nicodemo le preguntó: “¿Cómo puede nacer un hombre siendo ya viejo? ¿Acaso puede, por segunda vez, entrar en el vientre de su madre y volver a nacer?”
Le respondió Jesús: “Yo te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, es carne; lo que nace del Espíritu, es espíritu.
No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tienen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu”.
Palabra del Señor.
II DOMINGO DE PASCUA
DE LA DIVINA MISERICORDIA
MR p. 347 [353] / Lecc. I p. 329. Semana II del Salterio.
PRIMERA LECTURA
[Crecía el número de los creyentes en el Señor.]
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 5, 12-16
En aquellos días, los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y prodigios en medio del pueblo. Todos los creyentes solían reunirse, por común acuerdo, en el pórtico de Salomón. Los demás no se atrevían a juntárseles, aunque la gente los tenía en gran estima.
El número de hombres y mujeres que creían en el Señor iba creciendo de día en día, hasta el punto de que tenían que sacar en literas y camillas a los enfermos y ponerlos en las plazas, para que, cuando Pedro pasara, al menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
Mucha gente de los alrededores acudía a Jerusalén y llevaba a los enfermos y a los atormentados por espíritus malignos, y todos quedaban curados.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 117
R. La misericordia del Señor es eterna. Aleluya.
Diga la casa de Israel: “Su misericordia es eterna”.
Diga la casa de Aarón: “Su misericordia es eterna”.
Digan los que temen al Señor:
“Su misericordia es eterna”. R.
La piedra que desecharon los constructores,
es ahora la piedra angular.
Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente.
Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. R.
Libéranos, Señor, y danos tu victoria.
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Que Dios desde su templo nos bendiga.
Que el Señor, nuestro Dios, nos ilumine. R.
SEGUNDA LECTURA
[Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo para siempre.]
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan 1, 9-11a. 12-13.17-19
Yo, Juan, hermano y compañero de ustedes en la tribulación, en el Reino y en la perseverancia en Jesús, estaba desterrado en la isla de Patmos, por haber predicado la palabra de Dios y haber dado testimonio de Jesús.
Un domingo caí en éxtasis y oí a mis espaldas una voz potente, como de trompeta, que decía: “Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete comunidades cristianas de Asia”. Me volví para ver quién me hablaba, y al volverme, vi siete lámparas de oro, y en medio de ellas, un hombre vestido de larga túnica, ceñida a la altura del pecho, con una franja de oro.
Al contemplarlo, caí a sus pies como muerto; pero él, poniendo sobre mí la mano derecha, me dijo: “No temas. Yo soy el primero y el último; yo soy el que vive. Estuve muerto y ahora, como ves, estoy vivo por los siglos de los siglos. Yo tengo las llaves de la muerte y del más allá. Escribe lo que has visto, tanto sobre las cosas que están sucediendo, como sobre las que sucederán después”.
Palabra de Dios.
SECUENCIA opcional Lecc. pág. 325
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 20, 29
R. Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto.
Dichosos los que creen sin haberme visto, dice el Señor.
R. Aleluya.
EVANGELIO
[Ocho días después, se les apareció Jesús.]
Del santo Evangelio según san Juan 20, 19-31
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban al Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Tomás, uno de los Doce, a quien llamaban el Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús, y los otros discípulos le decían: “Hemos visto al Señor”. Pero él les contestó: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y si no meto mi dedo en los agujeros de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré”.
Ocho días después, estaban reunidos los discípulos a puerta cerrada y Tomás estaba con ellos. Jesús se presentó de nuevo en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Luego le dijo a Tomás: “Aquí están mis manos; acerca tu dedo. Trae acá tu mano, métela en mi costado y no sigas dudando, sino cree”. Tomás le respondió: “¡Señor mío y Dios mío!” Jesús añadió: “Tú crees porque me has visto; dichosos los que creen sin haber visto”.
Otros muchos signos hizo Jesús en presencia de sus discípulos, pero no están escritas en este libro. Se escribieron éstos para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.
Palabra del Señor.