VIERNES XII DEL TIEMPO ORDINARIO
SAGRADO CORAZON DE JESUS
MR p. 451 [449] / Lecc. II p. 312
PRIMERA LECTURA
[Yo mismo apacentaré a mis ovejas y las haré reposar.]
Del libro del profeta Ezequiel 34, 11-16
Esto dice el Señor Dios: “Yo mismo iré a buscar a mis ovejas y velaré por ellas. Así como un pastor vela por su rebaño cuando las ovejas se encuentran dispersas, así velaré yo por mis ovejas e iré por ellas a todos los lugares por donde se dispersaron un día de niebla y de oscuridad.
Las sacaré de en medio de los pueblos, las congregaré de entre las naciones, las traeré a su tierra y las apacentaré por los montes de Israel, por las cañadas y por los poblados del país. Las apacentaré en pastizales escogidos, y en lo alto de los montes de Israel tendrán su aprisco; allí reposarán en buenos prados, y en pastos suculentos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo mismo apacentaré a mis ovejas; yo mismo las haré reposar, dice el Señor Dios.
Buscaré a la oveja perdida y haré volver a la descarriada; curaré a la herida, robusteceré a la débil, y a la que está gorda y fuerte, la cuidaré. Yo las apacentaré en la justicia”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 22
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas. R.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto;
así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R.
Tú mismo me preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia
me acompañarán todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor
por años sin término. R.
SEGUNDA LECTURA
[La prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros.]
De la carta del apóstol san Pablo a los romanos 5, 5b-11
Hermanos: Dios ha infundido su amor en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo, que él mismo nos ha dado.
En efecto, cuando todavía no teníamos fuerzas para salir del pecado, Cristo murió por los pecadores en el tiempo señalado. Difícilmente habrá alguien que quiera morir por un justo, aunque puede haber alguno que esté dispuesto a morir por una persona sumamente buena. Y la prueba de que Dios nos ama está en que Cristo murió por nosotros, cuando aún éramos pecadores.
Con mayor razón, ahora que ya hemos sido justificados por su sangre, seremos salvados por él del castigo final. Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo, con mucho más razón, estando ya reconciliados, recibiremos la salvación participando de la vida de su Hijo. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien hemos obtenido ahora la reconciliación.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 14
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor,
yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mi. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.]
Del santo Evangelio según san Lucas 15, 3-7
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos y a los escribas esta parábola: “¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y se le pierde una, no deja las noventa y nueve en el campo y va en busca de la que se le perdió hasta encontrarla? Y una vez que la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa, reúne a los amigos y vecinos y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido’.
Yo les aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos, que no necesitan arrepentirse”.
Palabra del Señor.
JUEVES XII DEL TIEMPO ORDINARIO
MR pp. 883 y 424 [922 y 422] / Lecc p. II 487
PRIMERA LECTURA
[Agar le dio un hijo a Abram y Abram lo llamó Ismael.]
Del libro del Génesis 16, 1-12. 15-16
Por aquel entonces, Saray, esposa de Abram, no le había dado hijos a éste; pero tenía una esclava egipcia, que se llamaba Agar. Saray le dijo entonces a Abram: “El Señor me ha hecho estéril. Acércate, pues, a mi esclava, a ver si por medio de ella puedo tener hijos”. Y Abram siguió el consejo de Saray.
Así, a los diez años de vivir Abram en Canaán, Saray, su esposa, tomó a su esclava Agar, la egipcia, y se la dio por mujer a Abram. Él se acercó a Agar y ella concibió. Pero luego, al verse encinta, Agar miraba con desprecio a su señora.
Entonces Saray le dijo a Abram: “Tú eres el responsable de esta ofensa. Yo puse en tus brazos a mi esclava y ahora ella, al verse encinta, me mira con desprecio. Que el Señor juzgue entre tú y yo”. Abram le respondió a Saray: “Tu esclava está a tu disposición. Haz con ella lo que tú quieras”. Entonces Saray trató tan mal a Agar, que ésta se escapó.
El ángel del Señor encontró a Agar junto a un manantial del desierto, el que está en el camino de Shur, y le dijo: “Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?” Ella le respondió: “Ando huyendo de Saray, mi señora”. El ángel del Señor le dijo: “Vuelve a la casa de tu señora y sométete a ella”. Y el ángel del Señor añadió: “Voy a hacer tan numerosa tu descendencia, que no se podrá contar. Mira, estás encinta y darás a luz un hijo, a quien llamarás Ismael, porque el Señor te ha escuchado en tu aflicción. Será como un potro salvaje: luchará contra todos, y todos contra él, y vivirá separado de sus hermanos”.
Agar le dio un hijo a Abram, y Abram llamó Ismael al hijo que Agar le había dado. Abram tenía ochenta y seis años cuando Agar dio a luz a Ismael.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 105
R. Demos gracias al Señor, porque es bueno.
Demos gracias al Señor, porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
¿Quién podrá contar las hazañas del Señor
y alabarlo como él merece? R.
Dichosos los que cumplen la ley
y obran siempre conforme a la justicia.
Por el amor que tienes a tu pueblo,
acuérdate de nosotros, Señor, y sálvanos. R.
Sálvanos, Señor,
para que veamos la dicha de tus escogidos
y nos alegremos y nos gloriemos
junto con el pueblo que te pertenece. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya.
El que me ama cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará
y haremos en él nuestra morada, dice el Señor. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[La casa edificada sobre roca y la casa edificada sobre arena.]
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No todo el que me diga: ‘¡Señor, Señor!’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos.
Aquel día muchos me dirán: ‘¡Señor, Señor!, ¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho, en tu nombre, muchos milagros?’ Entonces yo les diré en su cara: ‘Nunca los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el mal’.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente, que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa y la arrasaron completamente”.
Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó asombrada de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Palabra del Señor.
MIÉRCOLES XII DEL TIEMPO ORDINARIO
MR p. 1075 [1121] / Lecc. II p. 483
PRIMERA LECTURA
[Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo, e hizo una alianza con él.]
Del libro del Génesis 15, 1-12. 17-18
En aquel tiempo, el Señor se le apareció a Abram y le dijo: “No temas, Abram. Yo soy tu protector, y tu recompensa será muy grande”. Abram le respondió: “Señor, Señor mío, ¿qué me vas a poder dar, puesto que voy a morir sin hijos? Ya que no me has dado descendientes, un criado de mi casa será mi heredero”.
Pero el Señor le dijo: “Ese no será tu heredero, sino uno que saldrá de tus entrañas”. Y haciéndolo salir de la casa, le dijo: “Mira el cielo y cuenta las estrellas, si puedes”. Luego añadió: “Así será tu descendencia”.
Abram creyó lo que el Señor le decía y, por esa fe, el Señor lo tuvo por justo. Entonces le dijo: “Yo soy el Señor, el que te sacó de Ur, ciudad de los caldeos, para entregarte en posesión esta tierra”. Abram replicó: “Señor Dios, ¿cómo sabré que voy a poseerla?” Dios le dijo: “Tráeme una ternera, una cabra y un carnero, todos de tres años; una tórtola y un pichón”.Tomó Abram aquellos animales, los partió por la mitad y puso las mitades una enfrente de la otra, pero no partió las aves. Pronto comenzaron los buitres a descender sobre los cadáveres y Abram los ahuyentaba.
Estando ya para ponerse el sol, Abram cayó en un profundo letargo, y un terror intenso y misterioso se apoderó de él. Cuando se puso el sol, hubo densa oscuridad y sucedió que un brasero humeante y una antorcha encendida, pasaron por entre aquellos animales partidos.
De esta manera hizo el Señor, aquel día, una alianza con Abram, diciendo: “A tus descendientes doy esta tierra, desde el río de Egipto hasta el gran río Éufrates”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 104
R. El Señor nunca olvida sus promesas.
Aclamen al Señor y denle gracias,
canten sus maravillas a los pueblos.
Entonen en su honor himnos y cantos
y celebren sus portentos. R.
Del nombre del Señor enorgullézcanse
y siéntase feliz el que lo busca.
Recurran al Señor y a su poder,
y a su presencia acudan. R.
Descendientes de Abraham, su servidor;
estirpe de Jacob, su predilecto,
escuchen: el Señor es nuestro Dios
y gobiernan la tierra sus decretos. R.
Ni aunque transcurran mil generaciones,
se olvidará el Señor de sus promesas,
de la alianza pactada con Abraham,
del juramento a Isaac, que un día le hiciera. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 15, 4. 5
R. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[Por sus frutos los conocerán.]
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán.
¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.
Palabra del Señor.
MARTES XII DEL TIEMPO ORDINARIO
NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA
MR p. 735 [757] / Lecc. II p. 1082.
PRIMERA LECTURA
[Te convertiré en luz de las naciones.]
Del libro del profeta Isaías 49, 1-6
Escúchenme, islas; pueblos lejanos, atiéndanme. El Señor me llamó desde el vientre de mi madre; cuando aún estaba yo en el seno materno, él pronunció mi nombre.
Hizo de mi boca una espada filosa, me escondió en la sombra de su mano, me hizo flecha puntiaguda, me guardó en su aljaba y me dijo: “Tú eres mi siervo, Israel; en ti manifestaré mi gloria”.
Entonces yo pensé: “En vano me he cansado, inútilmente he gastado mis fuerzas; en realidad mi causa estaba en manos del Señor, mi recompensa la tenía mi Dios”.
Ahora habla el Señor, el que me formó desde el seno materno, para que fuera su servidor, para hacer que Jacob volviera a él y congregar a Israel en torno suyo -tanto así me honró el Señor y mi Dios fue mi fuerza-. Ahora, pues, dice el Señor: “Es poco que seas mi siervo sólo para restablecer a las tribus de Jacob y reunir a los sobrevivientes de Israel; te voy a convertir en luz de las naciones, para que mi salvación llegue hasta los últimos rincones de la tierra”.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 138
R. Te doy gracias, Señor, porque me has formado maravillosamente.
Tú me conoces, Señor, profundamente:
tú conoces cuándo me siento y me levanto,
desde lejos sabes mis pensamientos,
tú observas mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R.
Tú formaste mis entrañas,
me tejiste en el seno materno
te doy gracias por tan grandes maravillas;
soy un prodigio y tus obras son prodigiosas. R.
Conocías plenamente mi alma;
no se te escondía mi organismo,
cuando en lo oculto me iba formando
y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
[Antes de que Jesús llegara, Juan predicó a todo Israel un bautismo de penitencia.]
De los Hechos de los Apóstoles 13, 22-26
En aquellos días, Pablo les dijo a los judíos: “Hermanos: Dios les dio a nuestros padres como rey a David, de quien hizo esta alabanza: He hallado a David, hijo de Jesé, hombre según mi corazón, quien realizará todos mis designios.
Del linaje de David, conforme a la promesa, Dios hizo nacer para Israel un salvador: Jesús. Juan preparó su venida, predicando a todo el pueblo de Israel un bautismo de penitencia, y hacia el final de su vida, Juan decía: ‘Yo no soy el que ustedes piensan. Después de mí viene uno a quien no merezco desatarle las sandalias’.
Hermanos míos, descendientes de Abraham, y cuantos temen a Dios: Este mensaje de salvación les ha sido enviado a ustedes”.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Lc 1, 76
R. Aleluya, aleluya.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor a preparar sus caminos. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[Juan es su nombre.]
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían: “Pero si ninguno de tus parientes se llama así”.
Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”.
Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios.
Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él.
El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel.
Palabra del Señor.
LUNES XII DEL TIEMPO ORDINARIO
MR pp. 1094 y 424 [1140 y 422] / Lecc. II p. 474
PRIMERA LECTURA
[Abram partió de ahí, como se lo había ordenado el Señor.]
Del libro del Génesis 12, 1-9
En aquellos días, dijo el Señor a Abram: “Deja tu país, a tu parentela y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te mostraré. Haré nacer de ti un gran pueblo y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre y tú mismo serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan. En ti serán bendecidos todos los pueblos de la tierra”.
Abram partió, como se lo había ordenado el Señor, y con él partió también Lot. Tenía Abram setenta y cinco años cuando salió de Jarán. Abram llevó consigo a Saray, su esposa, y a Lot, su sobrino, con todos los bienes que habían acumulado y los esclavos que habían adquirido en Jarán, y salieron en dirección a Canaán.
Llegaron a Canaán y Abram atravesó el país hasta la región de Siquem y llegó a la encina de Moré. Por entonces habitaban ahí los cananeos. El Señor se le apareció a Abram y le dijo: “A tu descendencia le voy a dar esta tierra”. Entonces Abram edificó ahí un altar al Señor, que se le había aparecido.
De ahí pasó a las montañas, al oriente de Betel, y plantó su tienda entre las ciudades de Betel, al poniente, y de Ay, al oriente. También ahí le construyó un altar al Señor e invocó su nombre. Luego se fue trasladando por etapas hacia el sur.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 32
R. En el Señor está nuestra esperanza.
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor,
dichoso el pueblo que escogió por suyo.
Desde el cielo el Señor, atentamente,
mira a todos los hombres. R.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen
y en su bondad confían;
los salva de la muerte
y en épocas de hambre les da vida. R.
En el Señor está nuestra esperanza,
pues él es nuestra ayuda y nuestro amparo.
Muéstrate bondadoso con nosotros,
puesto que en ti, Señor, hemos confiado. R.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Heb 4, 12
R. Aleluya, aleluya.
La palabra de Dios es viva y eficaz,
y descubre los pensamientos e intenciones del corazón. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[Sácate primero la viga que tienes en el ojo.]
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán.
¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con qué cara le dices a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, cuando tú llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la paja que lleva en el suyo”.
Palabra del Señor.
DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO
MR p. 424 [422] / Lecc. II p. 230. LH Semana IV del Salterio.
PRIMERA LECTURA
[Mirarán al que traspasaron.]
Del libro del profeta Zacarías 12, 10-11; 13, 1
Esto dice el Señor: “Derramaré sobre la descendencia de David y sobre los habitantes de Jerusalén, un espíritu de piedad y de compasión y ellos volverán sus ojos hacia mí, a quien traspasaron con la lanza. Harán duelo, como se hace duelo por el hijo único y llorarán por él amargamente, como se llora por la muerte del primogénito.
En ese día será grande el llanto en Jerusalén, como el llanto en la aldea de Hadad-Rimón, en el valle de Meguido”. En aquel día brotará una fuente para la casa de David y los habitantes de Jerusalén, que los purificará de sus pecados e inmundicias.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL del salmo 62
R. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco;
de ti sedienta está mi alma.
Señor, todo mi ser te añora
como el suelo reseco añora el agua. R.
Para admirar tu gloria y tu poder,
con este afán te busco en tu santuario.
Pues mejor es tu amor que la existencia;
siempre, Señor, te alabarán mis labios. R.
Podré así bendecirte mientras viva
y levantar en oración mis manos.
De lo mejor se saciará mi alma.
Te alabaré con jubilosos labios. R.
SEGUNDA LECTURA
[Cuantos han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo.]
De la carta del apóstol san Pablo a los gálatas 3, 26-29
Hermanos: Todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, pues, cuantos han sido incorporados a Cristo por medio del bautismo, se han revestido de Cristo. Ya no existe diferencia entre judíos y no judíos, entre esclavos y libres, entre varón y mujer, porque todos ustedes son uno en Cristo Jesús. Y si ustedes son de Cristo, son también descendientes de Abraham y la herencia que Dios le prometió les corresponde a ustedes.
Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor;
yo las conozco y ellas me siguen. R.
Aleluya.
EVANGELIO
[Tú eres el Mesías de Dios. - Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho.]
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 18-24
Un día en que Jesús, acompañado de sus discípulos, había ido
a un lugar solitario para orar, les preguntó: “¿Quién dice la
gente que soy yo?” Ellos contestaron: “Unos dicen que eres Juan
el Bautista; otros, que Elías, y otros, que alguno de los antiguos
profetas que ha resucitado”.
Él les dijo: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Respondió
Pedro: “El Mesías de Dios”. Él les ordenó severamente que no
lo dijeran a nadie.
Después les dijo: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho,
que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas,
que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”.
Luego, dirigiéndose a la multitud, les dijo: “Si alguno quiere
acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de
cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo
su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la
encontrará”. Palabra del Señor.