Estando tanto tiempo encerrados, tanto tiempo en un lugar que antes era poco tiempo ocupado, nos hace pensar que no podremos adaptarnos y enloqueceremos, que nos desquiciaremos. O simplemente que no encontremos formas de entretenernos. Entonces, además de ver televisión o pasarse todo el día con el celular frente a los ojos, recordamos que, en algún lugar de la casa, hay una biblioteca que tiene... ¡Libros!