En el reino animal, los depredadores tienden a tener los ojos en frente proporcionando binocularidad la cual les da excelente percepción de profundidad, crucial para calcular la distancia de la presa durante la caza, y tienen una agudeza visual más desarrollada y aguda para detectar detalles finos pudiendo localizar y capturar presas potenciales a grandes distancias, incluso algunos tienen fóveas bien desarrolladas lo que les facilita la tarea de seguir presas en movimiento.
Mientras que las presas tienen los ojos ubicados a los lados de la cabeza teniendo un campo de visión más amplio y una mejor visión periférica detectando movimientos y posibles amenazas desde múltiples direcciones reduciendo puntos ciegos. Aunque tienen un campo visual más amplio, la AV es menor en comparación con los depredadores debido a que no necesitan enfocar detalles finos a grandes distancias sino más bien detectar movimientos y formas que puedan representar un peligro para escapar de ellos.
A continuación veremos algunas de las especies con mejor agudeza visual
Muchas aves rapaces son bifoveadas, teniendo una fóvea central y otra en la región temporal y cada una tiene una función especial. Como la mayoría de los ojos de estas aves se localizan en la región lateral de la cabeza, la fóvea central sirve para el campo visual monocular lateral y fijación de objetos lejanos, mientras que la fóvea temporal permite binocularidad y precisión.
Cuando el halcón peregrino avista por primera vez la presa desde una distancia considerable, el ave iniciará la caza NO volando directamente hacia la presa, sino siguiendo un curso en espiral logarítmica, lo que le permite mantener la cabeza recta en relación con su cuerpo, pero en cierto ángulo con respecto a su presa. Esta posición de la cabeza va a reducir significativamente la resistencia aerodinámica y aumenta la velocidad en el aire, y también coloca la fóvea central (que es más adecuada para la agudeza a distancia) en la línea de visión. Y a medida que se acerca a la presa, la trayectoria de vuelo se vuelve más directa y entran en juego las fóveas temporales, que ya mencionamos que le permite la binocularidad y la puntería precisa en el momento del ataque.
La fóvea central es generalmente la mejor desarrollada de las dos, con una mayor densidad de fotorreceptores y una depresión más profunda.