La leche materna provee de anticuerpos y factores inmunológicos que protegen la salud del bebé amantado.
La contracciones uterinas producidas por la liberación de oxitocina por la succión, son de poca intensidad y ceden espontáneamente cuando el bebé suelta el pecho.
Si bien puede ser físicamente más demandante para la madre amamantar a dos bebés, su salud no se deteriora por tal motivo.
La leche materna al final del tercer trimestre sigue siendo madura, sin embargo unos días previos al parto se modifica en calostro.
Al estar en contacto el recién nacido con su hermano mayor comparten virus y bacterias y la misma inmunidad de la madre que le transfiere inmunoglobulinas especificas al recién nacido, protegiéndolo de enfermedades infecciosas.
Entre las ventajas que las madres han destacado de amamantar en tándem está el hecho de que parece ayudar a una mejor adaptación de los hermanos, permite sobrellevar mejor los episodios de celos y crea un vínculo muy especial entre ambos.
También establece un tipo de relación distinta entre la madre y el hijo mayor, basada en el respeto, sin afectar negativamente el vínculo con el pequeño con cuyas necesidades y demandas la madre parece estar "especialmente sintonizada", hasta el punto de que algunas aseguran que sienten el reflejo de eyección cuando mama el recién nacido pero no cuando lo hace el hermano mayor y que éste pronto lo aprende e insiste en mamar junto con su hermano para aprovechar dicho reflejo.