Lengua leonesa

Históricamente, Genicera ha sido un lugar donde abundaban numerosas palabras con un origen común: la lengua leonesa, específicamente el leonés central o centro meridional. Este dialecto presenta notables similitudes con el habla tradicional de las regiones asturianas de Avilés, Gijón, Oriente, Oviedo, Caudal y Nalón. A pesar de los esfuerzos por promover el uso del castellano en detrimento del leonés, muchos de los términos propios de esta lengua han perdurado entre sus habitantes, tanto aquellos que aún residen en Genicera como aquellos que forman parte de la migración rural ocurrida hace algunas décadas. 

Además de esto, cuenta con numerosos topónimos que aún se mantienen en su forma original como La Vega de las Xistras, El Gorbizalón, El Alto la Lomba, Las Coliñeras (pronunciado culiñeras [kuli'ɲe̞ɾäs]), La Peña de La Cubiella, Las Golondras, Solasierras o el Sierro Cafresnero; otros que se han visto castellaizados como Fuenfría derivado de Funfría o El Cueto de las Cabañas derivado del Cueto Cabanas, y casos particulares como los que mantienen la Che vaqueira, el caso de Los Vaḷḷes, formados por El Vaḷḷe y El Vaḷḷín, y El Reboḷḷal, la Ḷḷampa, las Ḷḷombas o El Vaḷḷín de la Ósea entre otros, que bien es verdad que en la actualidad dicha pronunciación se ha sustituido por la "Ch" /t͡ʃ/, y otros casos toponímicos más reducidos con terminaciones en -ico para referirse a algo pequeño, como son El Caminico, El Vallico o la Solanica. Este fenómeno es una extraña disposición ya estudiada por Diego Catalán Menéndez-Pidal que nos muestra cómo dan en esta área las zonas ṭs o ḷḷ ([t͡s̺]~[t͡s]~[tʂ]) y de n (ausencia de ñ) junto con los de -LY- y -K'L- como formas de transición entre la Y ([ʝ̞]) y el dígrafo elle (ll) /ʎ/ con respecto a la llamada che vaqueira (ṭs / ḷḷ).