Entrevista Smashwords

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¿Cómo comenzaste a escribir?

Mi primera novela fue un poco autobiográfica. Yo pasé una situación particularmente intensa entre los años 2011 y 2013, y, en lugar de registrarlo como un diario o como un registro de acontecimientos, no sé por qué me decidí por hacer una novela. Tuve que cambiar algunas cosas, y ajustar los tiempos para hacer una historia de ficción, pero creo que me quedó bastante bien para ser la primera. En realidad, yo pensaba que sería también la última, pero un par de años después, viendo una película, tuve una inspiración para hacer otra, que fue "El Lucero Oscuro". Esta es una novela costumbrista, que describe ciertos sucesos dramáticos que ocurrieron en la localidad manchega de Valdepeñas, en España.


Sin embargo, tú siempre has dicho que tu ópera prima fue "Amor Incondicional"

Bueno, en realidad es la novela de la que estoy más orgulloso. Al menos, es en la que he invertido más tiempo. Es la historia de una banda de rock, de sus integrantes, de las relaciones entre ellos, y sobre todo, de la tumultuosa relación sentimental entre dos de sus miembros. Es además, como dijo mi hijo, una novela con banda sonora incorporada, pues, aparte de la historia en sí, también hay enlaces a canciones que yo mismo compuse y que muestran de alguna manera el desarrollo de la historia. Los hipervínculos son totalmente operativos y se puede escuchar la música e incluso descargarla. Es algo bastante original, aunque no deja de ser accesorio, lógicamente. Lo principal es la historia en sí misma, que, modestia aparte, está muy bien conseguida.


Tanto te gustó la historia que incluso hiciste secuelas, ¿no es así?

Sí, así es. "Amor Incondicional" fue una historia incompleta. No en el sentido de la obra en sí, pues tiene su principio y su final bien hilvanado, pero el caso es que yo me quedé con ganas de más. Y, puesto que el libro estaba ya publicado, no me quedó más remedio que continuarlo en otras novelas. Así surgió, primero, "La Fuerza del Amor", y posteriormente "Asesinato en el Grand Hotel" y "Pasión Extrema". Las tres son historias independientes, con protagonistas distintos a los de "Amor Incondicional", e incluso con temáticas diferentes. Sin embargo, las estrellas de esta última novela sí que aparecen de un modo u otro en estas otras, y con eso completé la historia original. Es lo que se ha venido en llamar "la saga de Thertonball", en alusión al nombre de la banda de rock de la primera novela.

Además de eso, también "Asesinato en el Grand Hotel" es en cierto modo una secuela de "Noa",  pues en este último libro se desarrolló un personaje (Laura Milar), al cual no me resistí a darle algo más de contenido. Quien haya leído "Noa", probablemente no se resista a leer también aquel libro, aunque quizás con ello se enganche igualmente a la saga de Thertonball y termine por leer también los libros anteriores.


En ese momento ya tenías siete novelas publicadas. ¿En algún momento pensaste que podrías llegar tan lejos?

No. De hecho, cada vez que escribo un libro, pienso que va a ser el último. La literatura ya no es lo que era. Ahora, es prácticamente imposible vivir de esto, y solo los autores muy consagrados se pueden dedicar a este oficio en exclusiva. Todos tenemos que ganarnos la vida de otras maneras ajenas a las letras, y escribimos simplemente por "hobby". En mi caso, los cuatro libros que componen "la saga de Thertonball" fueron escritos durante la Pandemia, momento en el que los confinamientos se imponían y las salidas estaban muy restringidas. Teníamos mucho tiempo libre, y eso favoreció las aficiones que todos, de una manera u otra, teníamos. Una vez que esta pasó, el tiempo para escribir disminuyó, y por eso digo que uno no sabe si volverá a escribir una novela o cuál será su temática.


En ese sentido, no eres un autor que se circunscriba a un determinado tipo de novelas...

Eso es cierto. Hay escritores que solo hacen novelas de amor, otros solo las hacen policíacas o de misterio, otros de ciencia ficción... Pero no es mi caso. En el fondo, siempre he sido un poco coleccionista, y me gusta "tocar todos los palos", como se diría en el flamenco. Es verdad que las historias de amor parecen enervar todas o casi todas mis obras, pero no se me puede encasillar solo en ese género. Por ejemplo, "Asesinato en el Grand Hotel" es claramente una historia policíaca, al igual que lo es, en parte, "El Lucero Oscuro" o "Pasión Extrema". Por otro lado, en "Posesión" se desarrolla una trama terrorífica, en "la Era de las Mujeres" hay una gran parte de ciencia ficción, y "Las Mujeres, ni con ellas ni sin ellas" es una obra satírica.


Dices que el amor enerva todas tus obras. Pero hay otras temáticas transversales, ¿no es así?

Sí, claro. El humor está también siempre presente, y gran parte de mis novelas podrían ser consideradas como tragicomedias. Principalmente, "Las Mujeres, ni con ellas ni sin ellas" y "Pasión Extrema" abundan mucho en este género, que es bastante difícil, por cierto. Es complicado tocar temas, digamos, serios, como puede ser el acoso escolar, la violencia de género o el sufrimiento en general, y poner una pincelada de humor. Y la forma de hacerlo no es en las historias en sí donde se muestran todas esas acciones deleznables en toda su crudeza, sino en historias colaterales que en algún momento intersectan con las historias principales. Es una manera de disminuir la tristeza y el pesar que pudiera emanar de las estas, y yo creo que lo he conseguido y he sabido dosificarlo de una forma óptima sin que resulte chocante. O al menos, nadie me ha recriminado por ello.


Una vez que terminaste "la saga de Thertonball", ¿de dónde te vino la inspiración para el resto de tus novelas?

Como te digo, cada novela que escribo pienso que va a ser la última, y si no lo es, es porque observo, descubro o percibo una experiencia de la vida que me lleva a escribir otra. Una determinada situación por la que atraviesa un amigo, una vivencia personal concreta... Por ejemplo, "Cita a Ciegas" está inspirada en el conocido programa televisivo en donde se intenta emparejar a dos personas que no se conocen. En este caso, fue un intento de emparejamiento real el que me llevó a escribir la novela, pues me quedé con ganas de decirle a uno de los protagonistas unas cuantas cosas. Como es imposible, obviamente, hacer eso, creé una historia de ficción donde, de alguna manera, se satisfizo mi deseo. Por otra parte, las historias que se desarrollan en "Las Mujeres, ni con ellas ni sin ellas", están basadas también en casos reales, circunstancias muy comunes que se dan en la vida real, y muchos lectores han identificado a personas que conocen con alguno de los protagonistas. En definitiva, aunque no tengo especial intención de seguir escribiendo más novelas cuando termino la última, el caso es que, siempre hay algo que me lleva a escribir otra.


Las circunstancias que mencionas suelen tener un trasfondo reivindicativo que impregna todas tus obras. ¿Por qué?

Bueno, ante todo, mis novelas son creaciones literarias. Estructuradas, lógicamente, con su planteamiento, trama y desenlace. Pero sí que es cierto que se pueden leer entre líneas muchos mensajes, como tú dices, "reivindicativos". En cierto modo, es una forma de hacer llegar a la gente lo que pienso de las cosas. Algunos escriben un blog, otros tienen un podcast... En mi caso son las novelas la forma que he elegido para quejarme de las injusticias sociales que se ven por doquier en nuestra sociedad. Es una forma compleja y enrevesada de hacerlo, estoy seguro de ello, pero quizás, si la gente se mete en la piel de un determinado personaje, si llega a vivir con él o con ella los sufrimientos que padece, es mucho más fácil ver que tal o cual conducta es perjudicial y se deberían poner los medios para remediarla. Está muy bien hablar del acoso escolar, de la violencia de género o del feminismo, pero si uno no percibe el sufrimiento real de una persona que padece esas circunstancias, no se da cuenta hasta qué punto eso es malo. Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras. Pues bien, una novela es lo más parecido a una película en ese sentido, sobre todo, si se trabajan bien los personajes, y eso es algo que yo creo que consigo hacer. Se me pueden achacar defectos de toda índole, y probablemente los tenga. Pero mi forma de entender la literatura no es contar algo de una forma impersonal, sino contar lo que le pasa a alguien. Y eso es algo que quizás no todos consiguen hacer, y por eso se dice que algunos autores tienen personajes "planos". Como digo, yo puedo tener muchas carencias, que las tendré, pero desde luego, nadie puede decir que mis personajes son "planos" o anodinos. Son personas cuya psicología está muy bien trabajada, personas que sufren, que aman, que luchan, que matan y que mueren, que buscan su lugar en el mundo peleando contra viento y marea, contra adversarios formidables, y que, en muchas ocasiones, también luchan contra sí mismos.


En el momento en que hacemos esta entrevista, tu última novela es "La Era de las mujeres". ¿Será la última?

No lo sé. Puede que sí, o puede que no. Aunque sí tengo intención de traducir algunas al inglés, sobre todo esta última, dada la buena acogida que ha tenido.


¿Cómo calificarías "La Era de las mujeres" dentro de tus novelas?

Es quizás la más completa. A pesar de ser una de las más cortas, toca muchos géneros literarios, como pueden ser la novela romántica, el misterio, la intriga, la aventura, la ciencia ficción... Como te dije al principio, quizás sea "Amor Incondicional" mi novela preferida, aunque sí que es cierto que "La Era de las mujeres" es uno de los trabajos que mejor me ha salido. He sabido dosificar la intriga casi hasta el final, desvelando poco a poco todos los misterios y dando lugar a un final que, yo creo, es realmente impactante y da mucho que pensar al lector.


Esa es una de las características de tus novelas, ¿no es así? Que sean algo más que simples relatos.

Desde luego. Escribir por escribir, es algo que muchos hacen, de peor o mejor manera. Pero mis libros son algo diferente. Sin dejar de ser obras literarias, intento trasmitir algo más que un simple relato, y no me conformo con contar una historia más sobre un determinado tema. Intento trasmitir una queja, una reivindicación, y sobre todo, dar que pensar. Que alguien, cuando viva algo parecido a lo que les pasa a mis protagonistas, se acuerde de que alguna vez leyó algo sobre eso, y la solución fue esa o aquella. Con eso me sentiré más que complacido, y mis libros habrán servido para algo.