No podemos concretar una fecha exacta que marque el inicio del desarrollo de la impresión 3D, pero podemos destacar el año 1984. En este año Charles Hull cofundador de 3D Systems desarrollo la estereolitografía o SLA. Un sistema de fabricación orientado a la prueba de prototipos antes de su paso a la fabricación real.
Hull aprovecho su experiencia en una empresa de inyección de plastico, donde para probar un nuevo producto tenían que fabricar un costoso molde de inyección, para crear un sistema que les permitiera ahorrar costes y tiempo.
Como curiosidad os diremos que esta fué la primera pieza impresa en 3D, una copa negra
Después de su creación la tecnología de impresión 3D siguió creciendo y muchas empresas se sumaron a la carrera de la fabricación aditiva.
Fue en la misma década de los 80 cuando las otras principales tecnologías de fabricación aditiva fueron desarrolladas. En el año 88 Carl Deckard de la Universidad de Texas presento la patente para la tecnología SLS , que utiliza polvo que es fundido y pegado entre si mediante el uso de un laser.
En este tiempo también se presentó la ultima de las tres tecnologías principales de impresión 3D que utilizamos hoy en día, la Deposición por material fundido o FDM. Fue creada por Scott Crump cofundador de Stratasys.
Los años 90 fueron testigos de la aparición de las nuevas empresas dedicadas a la fabricación mediante impresoras 3D y el desarrollo de nuevas aplicaciones CAD que permitieran trabajar comodamente con estas nuevas tecnologías.
En el año 1999 se produjo uno de los primeros grandes hitos de la impresión 3D. Científicos del Wake Forest Institute for Regenerative Medicine utilizaron una impresora 3D para la fabricación de un implante médico para un paciente humano.
Sin duda uno de los puntos que marcaron la popularización de la impresión 3D y liberalizo el acceso a las impresoras 3D fue el movimiento Rep-Rap. Este proyecto de código abierto surgido en 2004 se basaba en impresoras 3D que fueran capaces de replicarse, tejiendose así una red de makers amateurs que imprimían piezas con sus impresoras para que otros pudieran fabricarse la suya propia.
Este es un tema que no para de generar expectación. Constantemente oimos a gente hablar de las maravillas que se avecinan en la impresión 3D: una impresora 3D en cada casa, impresión de órganos totalmente funcionales...
La verdad es que por el momento solo podemos elucubrar con lo que nos deparará el futuro.
Solo el tiempo dirá.