Ledesma considera que no todos tendremos una impresora 3D en casa. El investigador señala que no es una herramienta para todo el mundo ni un producto tan comercial, sin embargo es muy útil para aprender cosas nuevas, incluso la recomendación es que quien desee iniciarse en el mundo de las tres dimensiones lo ideal que fabrique su propia impresora.
El construir una impresora 3D DIY permite, además de ahorrar unos cuanto euros, poder aprender de muchas cosas como electrónica, mecánica y diseño en tres dimensiones.
La impresión 3D no viene a fabricar todo, dice Ledesma, el trabajo de esta tecnología es producir aquello no puede hacerse de ninguna otra manera, como por ejemplo la colaboración con el campo de la medicina y las prótesis, porque permite lucir la personalización extrema que facilita este tipo de máquinas al momento de ofrecer una solución lo suficientemente ajustada, en este caso a un paciente.
Ahora mismo se imprimen también auriculares en 3D, comenta el investigador, lo que permite que cada se ajusten a tu propio oído, asegurando mayor comodidad de uso.
El mundo industrial será otro segmento en el que tendrá mucha cabida la impresión 3D, porque este tipo de tecnología tiene la capacidad de hacer cosas que ninguna otra puede comenta Ledesma, lo primero es la complejidad que permite crear, por ejemplo, la creación de piezas para coches o aviones que sean resistentes y livianas a la vez.