Es una locura, ¡pero me encanta!

Hace unos días vi un vídeo de un chico que hablaba de esta experiencia y me convenció por completo, así que me metí en la web de Anthouse y pedí un pack para empezar. Me llegaron dos colonias de hormigas distintas.

Decidí que una de ellas viviría en un hormiguero con arena, para que construyan túneles. Las otras en uno ya fabricado, de plástico. Es imposible apartar la mirada de estas amiguitas, yo no sabía que eran tan entretenidas. Estoy aprendiendo un montón de cosas.

La colonnia de Messor Barbarus, aunque el nombre sugiere otra cosa, almacenan y se alimentan de semillas y azúcar. Son las que viven en el hormiguero de arena.
En el tubo de ensayo llegó una reina varias pupas y huevos y, por supuesto, un montón de obreras dispuestas a trabajar lo más grande. En cuanto las coloqué en el hormiguero, se pusieron manos a la obra de inmediato. La reina se quedó en el tubo de ensayo hasta que la sobreras acabaron el primer espacio en la arena donde colocar los huevos.
Cuando digo que una no puede despegar la vista de ellas es que es tal cual, es increíble la sincronización que tienen, la manera en que se comunican, la forma que tienen de organizarse... Nunca me habíadado cuenta de lo fascinantes que son.

Las Camponotus Micans, en cambio, comen insectos y azúcar. Son mucho más grandes y la colonía apenas llega a media docena de obreras.

Son más desconfiadas, me ha costado horas que salgan del tubo al nuevo hormiguero, y otro tanto para que acepten comida (gusanos e inscetos disecados). Al menos han comido azúcar y bebido agua, algo es algo.

Traen consigo un montón de huevos que, supongo, eclosionarán también en unos pocos días. Parece que es una colonia reciente, así que voy a disfrutar mucho de verla crecer.