Acompañamos a personas con enfermedades terminales, respetando sus creencias y ofreciendo consuelo espiritual.
Apoyamos a personas que están pasando por momentos difíciles, como una pérdida o un cambio importante en su vida.
Acompañamos a personas mayores, brindando apoyo emocional y ayudándoles a mantener sus conexiones sociales.
Prestamos atención a lo que la persona dice y siente, sin juzgar ni interrumpir.
Nos ponemos en el lugar de la otra persona y tratamos de comprender su perspectiva.
Reconocemos y validamos los sentimientos de la persona, sin minimizarlos.
Mostramos respeto por las creencias espirituales de la persona, incluso si son diferentes a las propias.
Brindamos apoyo práctico y emocional, según sea necesario.
Si es necesario, conectamos a la persona con recursos comunitarios o profesionales que pueden ofrecer apoyo adicional.