GPP infantil posando para una foto tras el rezo del Rosario en la Gruta de María de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús.
Reunirse para orar antes de las comidas o al final del día facilita compartir pensamientos, sentimientos y preocupaciones, lo que a su vez fomenta conexiones profundas entre los miembros de la familia, nutre el crecimiento espiritual y promueve la comunicación, la empatía y el apoyo. Esta tradición no sólo fomenta la comunicación y el respeto mutuo, sino que también inculca buenos valores y un sentimiento de pertenencia a la familia. También puede servir como momento de reflexión, gratitud y esperanza, al tiempo que refuerza un sentido compartido de propósito dentro de la familia.
En este Año de la Oración, todos estamos invitados a abrazar y valorar la oración en familia, que fortalece los lazos familiares y aporta alegría y felicidad a la vida familiar. La oración en familia es una práctica noble que puede implicar diversas actividades sencillas y continuas, como:
Crear un diario de gratitud, en el que cada miembro de la familia anota los momentos que agradece a lo largo del día y luego los comparte durante la oración. Esta práctica ayuda a los miembros de la familia a apreciarse mutuamente y a dar gracias a Dios por el don de la familia.
Además de orar juntos, cada miembro de la familia puede escribir una petición, una intención o algo por lo que esté agradecido en un pequeño trozo de papel y depositarlo en un frasco. Al final de la semana o del mes, la familia puede reunirse para leer y reflexionar sobre lo que han escrito, ayudándoles a reconocer y experimentar las bendiciones que han recibido. Estos mensajes hacen más tangible la presencia de Dios en sus vidas.
La tradición católica es rica en simbolismo, que revitaliza la vida espiritual. Los símbolos e imágenes espirituales pueden hacer que la oración familiar sea más significativa y práctica. Por ejemplo, un pequeño árbol de oración familiar en casa puede servir de decoración donde los miembros de la familia cuelguen sus intenciones y deseos de oración escritos. Por la noche, la familia puede reunirse alrededor del árbol para orar y compartir sus pensamientos, fortaleciendo así sus lazos y su amor.
Animar a los niños a organizar y dirigir oraciones con una creatividad significativa, como rezar el Santo Rosario mientras caminan juntos en el patio de su casa, puedes hacer que la oración resulte atractiva para todos los miembros de la familia.
Estos métodos de oración familiar surgieron como testimonios durante los programas de la Conferencia Familiar y el Concurso de Intenta la Oración que celebramos en Arusha. Por ejemplo, una estudiante del Concurso Intenta la Oración en Arusha, el 18 de mayo de 2024, compartió su experiencia: "Desde que nuestra familia empezó a incorporar el rezo del rosario vespertino a nuestra rutina diaria, nuestro vínculo se ha fortalecido. Incluso nuestro padre llega pronto a casa para participar en la sesión diaria de oración familiar. No sólo nos sentimos más unidos, sino también más conectados con nuestra fe, lo que nos permite compartir libremente nuestras alegrías y preocupaciones. Esto nos ayuda a apreciar la presencia de Dios en nuestra familia. La oración en familia nos ha aportado consuelo, unidad y un sentido más profundo de pertenencia." - Deborah Mallya, Escuela Secundaria Arusha Day, Tanzania.
Es evidente que la oración en familia fomenta el verdadero amor y la unidad dentro de la familia.