Recientemente, el Papa Francisco hizo hincapié en el papel fundamental de los abuelos en la vida familiar. Muchos de nuestros Centros de Pastoral han hecho suya esta idea y han empezado a acercarse a los abuelos, reconociendo su apoyo vital a las viudas, las familias, los matrimonios y los niños. El Rosario es una oración unificadora que trasciende generaciones, aportando consuelo y ritmo incluso a los miembros más jóvenes de la familia.
La presencia de los abuelos en la vida de los niños es inestimable para infundir los misterios del Rosario en las experiencias familiares. Ofrecen un caudal de amor, apoyo y orientación que enriquece el entorno familiar. La interacción entre generaciones teje un tapiz de experiencias compartidas en el que el apoyo mutuo nos fortalece a todos. A través del Rosario, descubrimos bendiciones que trascienden el tiempo, fomentando la resistencia y la fortaleza.
Ante desafíos como el divorcio, la familia intergeneracional ofrece estabilidad y consuelo. El Rosario profundiza nuestros vínculos y nos prepara para afrontar las pruebas de la vida, fomentando la unidad, la fortaleza, la renovación de propósitos y el sentido.
Abracemos de todo corazón el poder de la unidad familiar y los lazos intergeneracionales mientras profundizamos en los misterios del Rosario. Juntos, encontraremos inspiración y bendiciones, nutriendo a nuestras familias con amor y apoyo inquebrantable.
Que abundantes bendiciones les sean concedidas a todos.
Padre Pinto Paul, C.S.C., Ph.D.
Director Internacional, HCFM Global