Al parecer, a los robots les encanta el deporte. En Japón se organizan campeonatos de robótica olímpica desde el siglo pasado, una curiosa alternativa a las peleas de sumo tradicionales. Sin embargo, las nuevas tecnologías han ampliado el alcance de sus funciones. Los androides ahora también se utilizan para comprobar el uso y la efectividad de las herramientas deportivas, una labor que antes era competencia exclusiva del ser humano, cuya seguridad a veces se veía comprometida. Una amenaza que en un robot adquiere un matiz muy distinto, multiplicando así las posibilidades.