Balnearios y palometas

En la actualidad, la ciudad de Santa Fe presenta elevadas temperaturas, y como consecuencia un aumento del uso recreativo de los balnearios. Asimismo, el río presenta un período de aguas bajas con algunos repuntes, en el cual las lagunas pequeñas y los riachos se secan, disminuyendo los hábitats disponibles para la fauna acuática local. En este contexto, es inevitable que los peces se trasladen a cuerpos de agua permanentes -como el río Coronda, Paraná o la laguna Setúbal-, donde suelen estar habilitados los principales balnearios de las ciudades cercanas. De esta manera, los encuentros entre personas y peces aumentan, presentando riesgos y oportunidades. Entre los riesgos, las mordidas de palometas suelen ser uno de los eventos más registrados en el verano. 

Recomendaciones

Para disminuir/evitar estos ataques, son fundamentales ciertas recomendaciones:    

-       No alimentar a los peces ni arrojar comida en El agua, ya que las palometas detectan la caída de alimento y tienden a interpretarlo como una presa.

-         No ingresar al agua con heridas no cicatrizadas, ya que puede atraer depredadores.

-         Evitar áreas donde haya vegetación cercana, ya que en los meses cálidos las palometas depositan sus huevos en las plantas acuáticas y luego los protegen con una compleja organización de patrullaje.

-      Respetar los límites y recomendaciones de los guardavidas, quienes se encuentran capacitados y tienen la información necesaria para disminuir la probabilidad de una mordida de palometa.

Particularmente en la laguna Setúbal, el bajo nivel de agua disminuye el flujo, transformándola en un gran cuerpo sin corriente. Esto permite a las palometas estar en las márgenes como en el centro de la laguna, por lo cual no es recomendable ingresar al agua desde embarcaciones en lugares no habilitados.

En relación a las oportunidades, la situación actual de los ambientes acuáticos nos permite observar la gran diversidad de peces en su estado natural. Las variaciones en el nivel del agua son una parte clave en el equilibrio de nuestro ecosistema, donde tenemos que adaptar nuestros usos y costumbres a cada situación para lograr una convivencia sin riesgos.