Laguna Setúbal

La situación hidrológica del río Paraná se ve reflejada en la Laguna Setúbal ya que esta constituye el límite oeste de la llanura aluvial del sistema fluvial.

La laguna es un emblema para la ciudad de Santa Fe y en medio de la Bajante del río nos ofrece un nuevo paisaje para disfrutar y al que debemos adaptar el uso recreativo que hacemos en la misma.

Laguna Setúbal, usos recreativos y bajante

Elie Abrial y Milva Azanza

La laguna Setúbal, la cual forma parte del sistema del río Paraná, es un ambiente natural dinámico. Por dinámico, se entiende que los múltiples atributos que la caracterizan cambiarán naturalmente con el tiempo. A modo de ejemplo, la variación de los niveles de agua proporcionará, en algunos momentos, vistas sobre un extenso espejo de agua, y dejará aflorar, en otros momentos, el fondo de la laguna. Es entonces esperable que en condición de bajante del río, la extensión de agua de la laguna se reduzca drásticamente ya que ésta se caracteriza por presentar profundidades muy bajas, o que la vegetación acuática flotante como los camalotes encalle en zonas extensas debido a la poca profundidad del sistema, o que especies arbustivas pioneras como los sauces y alisos germinen y generen nuevos bosques en zonas que la gente asociaba generalmente al espejo de agua de la laguna. La biodiversidad que caracteriza la laguna se adapta a estos cambios y evoluciona continuamente con ellos, enriqueciendo el sistema. 

Un uso recreativo adecuado del espacio pasa naturalmente por la aceptación del carácter dinámico de la laguna. ¿Quién quisiera mirar una película que quede trabada en la primera imagen? Al cambiar la mirada sobre el espacio y aceptar los cambios paisajísticos que ofrece esa dinámica, eso nos permite adaptarse a ellos, y no verlos como una amenaza, o algo negativo. Este cambio de mirada se acompaña de una toma de conciencia de la importancia ecológica del sistema, enriquecida por información científica desde las instituciones, la cual permite entender mejor el lugar que uno elige como espacio recreativo y prevenir eventuales incidentes. Es entonces posible, con interés y conocimiento, convivir sin mayor riesgo y disfrutar de las nuevas condiciones que ofrece la dinámica del sistema.

Vegetación en la Laguna Setúbal, Santa Fe

Zuleica Marchetti

La vegetación que hoy se ve en la laguna llegó hasta ahí durante el breve repunte del río de los meses pasados, formando así el primer embalsado flotante alrededor de tales pilares. A partir de ahí, nuevos grupos de estas especies de plantas, usualmente arraigadas a las márgenes de los cauces, así como flotando en las lagunas, aguas arriba de la Setúbal, llegan con la corriente sumándose al primer embalsado. Este agregado de nuevas plantas, sumado al rápido crecimiento de muchas de estas especies incrementa día a día la superficie de esta masa de vegetación flotante.

El nuevo escenario donde en ancho de la Laguna se ve notablemente reducido debido a la presencia de la vegetación flotante, preocupa a los diferentes usuarios de este espacio lagunar. Esto se debe a que, si bien algunos de los lugares cubiertos por la vegetación presentan gran profundidad hasta el lecho de la laguna, y los no más de 50 cm de espesor de la vegetación debajo del nivel del agua, no afectan el escurrimiento de la misma, en otros lugares, la profundidad disminuye notoriamente (1-2 m) facilitando el enraizamiento de algunas especies. Con una tendencia de niveles en baja en estos últimos lugares se inicia entonces la formación de ambientes pantanosos, donde la aparición de otras especies propiciará la formación de terrenos emergidos en poco tiempo si los niveles continúan bajando.   

Frente a la única pregunta …. ¿entonces qué hacemos? Habría diferentes posibles respuestas dependiendo de la variedad de situaciones (mayor-menor profundidad, tipo de especie dominante en cada sector, etc.), intereses (actividades recreativas, abastecimiento de agua, etc.) y tendencias del río (en baja, estacionario, cuando tiempo en cada fase, etc.), por mencionar algunos condicionantes de las mismas. Lo que no se puede obviar o dejar de reconocer es que, no es el sector entre los pilares del ferrocarril lo único que está cambiando, que no es la vegetación el principal motor de estos cambios, y que los mismos tampoco iniciaron hace unos días. La realidad involucra una modificación de todo el sistema lagunar de la Setúbal que lleva ya entre 2 y 3 años, y en el cual se enmarca lo que hoy vemos como una problemática manifiesta. Frente a las evidentes y progresivas señales de estas modificaciones, es hora de reconocer que el paisaje de nuestra Laguna en su totalidad, está cambiando. No ver esta tendencia, que por lejos va mucho más allá que nuestros intereses, es “remar contra la corriente”.

Una alternativa sería la de asimilar los cambios que están operando y planificar el desarrollo y aprovechamiento del espacio en función de ello.