✓ Lee las definiciones de Argumentación que proponen los diferentes autores.
✓ Subraya en cada definición las palabras que consideres claves.
✓ Con las palabras seleccionadas elabora tu noción de Argumentación.
✓ Investiga algunos ejemplos cotidianos donde puedas identificar procesos argumentativos.
✓ Reflexiona sobre el papel de la argumentación en el conocimiento y la verdad.
✓ Presenta un informe sobre lo que desarrollaste en esta actividad
CONCEPTO DE ARGUMENTACIÓN
Todo conocimiento es, en última instancia, un enunciado bien fundamentado...
¿Qué significa fundamentar un enunciado?
“La argumentación es el estudio de las técnicas discursivas que permiten provocar o aumentar la adhesión de las personas a las tesis que se presentan para su asentimiento.” - Perelman
“La argumentación es un procedimiento interactivo que apunta a resolver una diferencia de opinión mediante un intercambio regular de actos de habla.” - Van Eemeren
…«dar un argumento» significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse acerca de que opiniones son mejores que otras. No todos los puntos de vista son iguales. Algunas conclusiones pueden apoyarse en buenas razones, otras tienen un sustento mucho más débil. Pero a menudo, desconocemos cual es cual. Tenemos que dar argumentos en favor de las diferentes conclusiones y luego valorarlos para considerar cuan fuertes son realmente. (…)- Las Claves de la Argumentación-Anthony Weston
“Una argumentación consiste en una o más razones que se ofrecen para fundamentar una afirmación con el objeto de convencer a alguien de ella o al menos de justificar su aceptabilidad. Esto significa que una persona que argumenta no expresa simplemente lo que piensa, sino que además lo respalda y busca a través de ello producir un efecto en el interlocutor.” - “Cómo hacer cosas con razones” – Raquel Guinovart
“La argumentación es una actividad verbal, social y racional, destinada a convencer a un crítico razonable de la aceptabilidad (o no aceptabilidad) de un punto de vista, mediante la presentación de una constelación de roposiciones que pretender justificar o refutar la proposición expresada en el punto de vista” - Eemeren-Grootendorst
CUESTIONARIO
1 ¿En qué sentido se puede enunciar que los argumentos son desagradables e inútiles? ¿Por qué el autor dice eso?
2-El sentido mencionado representa lo que son los argumentos? Fundamenta
3- Cómo define el argumento este autor?
4-Por qué se consideran importantes los argumentos?
5- Qué dice el autor sobre las opiniones?
ARGUMENTACIÓN Y SU CONTEXTO
¿Por qué argumentar?
“Algunas personas piensan que argumentar es, simplemente, exponer sus prejuicios bajo una nueva forma. Por ello, muchas personas también piensan que los argumentos son desagradables e inútiles. Una definición de «argumento» tomada de un diccionario es «disputa». En este sentido, a veces decimos que dos personas «tienen un argumento»: una discusión verbal. Esto es algo muy común. Pero no representa lo que realmente son los argumentos.
…«dar un argumento» significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Aquí, un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones.
El argumento es esencial, en primer lugar, porque es una manera de tratar de informarse acerca de que opiniones son mejores que otras. No todos los puntos de vista son iguales. Algunas conclusiones pueden apoyarse en buenas razones, otras tienen un sustento mucho más débil. Pero a menudo, desconocemos cual es cual. Tenemos que dar argumentos en favor de las diferentes conclusiones y luego valorarlos para considerar cuan fuertes son realmente.(…)
Argumentar es importante también por otra razón. Una vez que hemos llegado a una conclusión bien sustentada en razones, la explicamos y la defendemos mediante argumentos. Un buen argumento no es una mera reiteración de las conclusiones. En su lugar, ofrece razones y pruebas, de tal manera que otras personas puedan formarse sus propias opiniones por sí mismas. Si usted llega a la convicción de que esta claro que debemos cambiar la manera de criar y de usar a los animales, por ejemplo, debe usar argumentos para explicar como llego a su conclusión, de ese modo convencerá a otros. Ofrezca las razones y pruebas que a usted le convenzan. No es un error tener opiniones. El error es no tener nada más”
✓ Identifica procesos argumentativos en los discursos cotidianos, publicidad, noticieros, artículos de revistas, sitios web etc.
✓ Copia en tu cuaderno un texto argumentativo extraído de tales medios
✓ Analiza el texto copiado desde la perspectiva de la construcción de los argumentos: ¿Cumple con lo que propone el autor?
✓ Presenta, explica y fundamenta el resultado de tu trabajo.
COMPOSICIÓN DE UN ARGUMENTO
1. Distinga entre premisas y conclusión
El primer paso al construir un argumento es preguntar: ¿Qué estoy tratando de probar? ¿Cuál es mi conclusión? Recuerde que la conclusión es la afirmación en favor de la cual usted está dando razones. Las afirmaciones mediante las cuales usted ofrece sus razones son llamadas «premisas».
2. Presente sus ideas en un orden natural
En cualquier caso, exprese sus ideas en un orden tal que su linea de pensamiento se muestre de la forma más natural a sus lectores.
3. Parta de premisas fiables
Aun si su argumento, desde la premisa a la conclusión, es válido, si sus premisas son débiles, su conclusión será débil.
4. Use un lenguaje concreto, específico, definitivo
Escriba concretamente, evite los términos generales, vagos y abstractos.
5. Evite un lenguaje emotivo
No haga que su argumento parezca bueno caricaturizando a su oponente.(…)
Si usted no puede imaginar cómo podría alguien sostener el punto de vista que usted esta atacando, es porque todavía no lo ha entendido bien.
En general, evite el lenguaje cuya única función sea la de influir en las emociones de su lector u oyente, ya sea en favor o en contra de las opiniones que está discutiendo.
6. Use términos consistentes
Use un sólo conjunto de términos para cada idea.
7. Use un único significado para cada términ0
La tentación opuesta es usar una sola palabra en más de un sentido.
Las Claves de la Argumentación-Anthony Weston
Selecciona una noticia de actualidad con formato argumentativo, localiza las partes del argumento, registra en tu cuaderno, explica y comenta.
ESTRUCTURA DEL DISCURSO ARGUMENTATIVO
TESIS. Es la idea principal en torno a la cual se organiza el texto. La localización de la tesis condiciona la estructura del texto argumentativo. Esta puede ser: · Inductiva. El autor desarrolla su argumentación para llegar a la tesis. Esta presentación de la información da lugar a una estructura de síntesis. · Deductiva. Es la más frecuente. El autor parte de la tesis o idea general que defiende con argumentos. Este tipo de organización de lugar a una estructura de análisis.
CUERPO ARGUMENTATIVO. Está constituido por los argumentos o razones que aporta el emisor para defender su tesis.
CONCLUSIÓN. Recoge las ideas que derivan de la exposición de los argumentos planteados. Si la estructura del texto es inductiva, la conclusión coincide con la tesis.
LOS ARGUMENTOS Los argumentos son las razones, citas, datos o pruebas utilizadas por el emisor para defender su tesis.
Identifica el papel de la argumentación en el desarrollo de una actividad filosófica según la opinión de cada autor.
Presenta tu trabajo en el cuaderno de clase.
ARGUMENTACIÓN Y FILOSOFÍA
¿PARA QUÉ SIRVE LA ARGUMENTACIÓN EN FILOSOFÍA?
“El efecto principal de la filosofía es suscitar el espíritu filosófico, la crítica, la sinceridad de la posición mental: la completa sinceridad, que sepan discernir entre lo que es cierto o simplemente probable y la sensación de que hay problemas insolubles…
La discusión para triunfar debe ser proscripta de esta aula más que de ninguna, ha de enseñarse a cambiar ideas para comprender, mejor, para ver más aspectos de las cuestiones: si se quiere conservar el termino discutir, ninguna clase se presenta como ésta para enseñar a hacerlo bien, conservando el espíritu siempre dispuesto y sensible para la comprensión, para el cambio, para la duda”
Vaz Ferreira. “Sobre la enseñanza de la filosofía”
“La reflexión filosófica, en toda la tradición occidental, es el uso metódico de la razón para tentar responder a los problemas fundamentales del hombre, esta exigencia crítica implica que toda posición que se plantee como filosófica sea justificada, legitimada por una argumentación sólida. Ella es tanto más creíble, en tanto se apoye sobre principios, desarrolle una coherencia, resista a las refutaciones. Es necesario aprender a argumentar sus tesis, y a rechazar sus objeciones”
Michel Tozzí, “Pensar por sí mismo”, Ediciones de la Crónica Social, 1999.
(…) La escuela, pues, ha de enseñar a pensar, pero ha de enseñar a pensar mediante el diálogo. Ha de educar a las personas capaces de defender sus conocimientos y creencias presentando razones y teniendo en cuanta las razones de los demás. La escuela ha de ser una comunidad de argumentadores que se esfuerzan en alcanzar acuerdos comunicativamente logrados, basados, solamente, en la fuerza de las razones aducidas.
La argumentación, como cualquier otro juego, está sometida a unas reglas, cuyo seguimiento es condición para ser considerada una actividad racional. Pero como ocurre entodo juego, el conocimiento de sus reglas no asegura la competencia argumentativa: ésta es cuestión de práctica.
Argumentar es un juego, es decir, una práctica lingüística sometida a reglas (Wittgenstein, 1953), que se produce en un contexto comunicativo y mediante el cual pretendemos dar razón ante los demás o ante nosotros mismos de algunas de nuestras creencias, opiniones y acciones. Las razones que presentamos para justificar un dicho o un hecho, pretenden tener una validez intersubjetiva susceptible de crítica y. prácticamente por ello, se puede llegar a acuerdos comunicativamente logrados.
Un argumento es, pues, un conjunto de oraciones utilizadas en un proceso de comunicación, llamadas premisas, que justifican o apoyan a otra, llamada conclusión, que se deduce, de algún modo, de aquellas. Todo argumento supone un razonamiento en donde una conclusión se infiere de premisas. El nexo que hay entre éstas y aquellas se llama inferencia.
Puede tratarse de una inferencia lógica (la conclusión es una consecuencia lógica de las premisas o éstas implican lógicamente la conclusión), o de una inferencia en sentido amplio.
No se puede defender que un argumento es racional sólo si la conclusión se infiere lógicamente de las premisas. Pero la legitimidad de las inferencias en sentido amplio no sólo depende de la estructura formal del razonamiento sino de aspectos pragmáticos y contextuales, es decir, de aspectos referentes al marco discursivo.
Lógica formal: estudia los argumentos como pautas abstractas de razonamiento, considerando sólo su estructura formal.
Lógica informal: estudia los argumentos como muestras o ejemplares reales y concretos de expresiones lingüísticas que un hablante usa en determinados contextos comunicativos y con determinadas intenciones. Tiene como objeto los argumentos, entendidos como ejemplares lingüísticos resultantes de unos actos de habla que pretenden el intercambio de razones con el fin de llegar a acuerdos en contextos de diálogo razonado. (…)
Tomás Miranda: “El juego de la Argumentación”, Ediciones de la Torre, Madrid, 1995
Realiza un resumen en tu cuaderno de clase de las reglas propuestas por el autor en este texto.
¿Cuál es la función de las reglas de la argumentación según tu criterio?
LAS REGLAS DE LA DISCUSIÓN CRÍTICA
- Regla 1: Las partes no deben impedirse unas a otras el presentar puntos de vista o el ponerlos en duda.
- Regla 2: Una parte que presenta un punto de vista está obligada a defenderlo si la otra parte le solicita hacerlo.
- Regla 3: El ataque de una parte en contra de un punto de vista debe referirse al punto de vista que realmente ha sido presentado por la otra parte.
- Regla 4: Una parte solo puede defender su punto de vista, presentando una argumentación que esté relacionada con ese punto de vista.
- Regla 5: Una parte no puede presentar algo falsamente como si fuera una premisa dejada implícita por la otra parte, ni puede negar una premisa que él mismo ha dejado implícita.
- Regla 6: Una parte no puede presentar falsamente una premisa como si fuera un punto de partida aceptado, ni puede negar una premisa que representa un punto de partida aceptado.
- Regla 7: Una parte no puede considerar que un punto de vista ha sido defendido concluyentemente, si la defensa no se ha llevado a cabo por medio de un esquema argumentativo apropiado que se haya aplicado correctamente.
- Regla 8: En su argumentación, las partes sólo pueden usar argumentos que sean lógicamente válidos o que sean susceptibles de ser validados, explicitando una o más premisas implícitas.
- Regla 9: Una defensa fallida de un punto de vista debe tener como resultado que la parte que lo presentó se retracte de él, y una defensa concluyente debe tener como resultado que la otra parte se retracte de sus dudas acerca del punto de vista.
- Regla 10: Las partes no deben usar formulaciones que resulten insuficientemente claras o confusamente ambiguas y deben interpretar las formulaciones de la parte contraria tan cuidadosa y tan exactamente como les sea posible.
(Van Eemeren, F. y Grootendodrst, R. (2002). Argumentación, comunicación y falacias. Una perspectiva pragma-dialéctica. Santiago: Ediciones UC).
Identifica falacias en los discursos cotidianos, (Publicidad, informativos, educación, sociedad etc)
Presenta tu análisis por escrito en tu cuaderno de clase
FALACIAS NO FORMALES
Son razonamientos psicológicamente persuasivos, pero lógicamente defectuosos. Un aspecto importante que se destaca es la posibilidad de convencer que tiene una falacia. Que sea “psicológicamente persuasiva” significa que no se trata simplemente de un razonamiento equivocado, sino de un razonamiento en que el error no es evidente y que, por lo tanto, puede pasar por correcto. Esta característica justifica que le prestemos una atención especial. En las falacias formales el error se encuentra en la forma lógica del razonamiento: la conclusión no se desprende necesariamente de las premisas, por lo que se trata de un razonamiento inválido. En el caso de las falacias no formales el problema se encuentra en el contenido del razonamiento: las premisas pueden ser falsas o pueden no ser pertinentes (adecuadas) para regar a la conclusión.
Falacia de apelación inapropiada a la autoridad
Se hace una apelación a la autoridad cuando se cita la opinión de alguna autoridad como razón para creer en la verdad o falsedad de una afirmación (Comesaña, 2001: 65) Cuando hablamos de evidencia empírica señalamos que este es un procedimiento que realizamos a menudo cuando carecemos del conocimiento o la capacidad necesarios para comprobar la verdad de alguna afirmación. Una autoridad es alguien (una persona u organización) competente en algún campo del conocimiento capaz de determinar la verdad de juicios en ese terreno. Dada la amplitud y especialización actual del conocimiento, ninguna persona puede saberlo todo sobre todo, por lo cual muchas veces es necesario apelar a la autoridad. De modo que no hay nada de malo en la apelación en misma, siempre que se haga apropiadamente La falacia de apelación inapropiada a la autoridad puede cometerse básicamente de dos formas. La más común sucede cuando se hace referencia a una autoridad en un campo que no es su competencia. Este fenómeno se denomina “transferencia de autoridad”, y puede apreciarse claramente, por ejemplo, cuando en una publicidad vemos a deportistas que nos recomiendan máquinas de afeitar o relojes, o también en publicidades partidarias que citan la opinión de escritores o músicos que los apoyan. Puede cometerse el mismo error (aunque de un modo más sutil) en disciplinas complejas que tienen especialistas en distintas ramas. Por ejemplo, cuando se apela a la opinión de un médico de medicina general para resolver un problema oncológico. Obviamente su autoridad es mayor que la de un profesor de filosofía, pero dada la existencia de expertos en ese terreno, su palabra no es la más autorizada. La segunda forma en que puede cometerse esta falacia de apelación inapropiada a la autoridad es presentando la opinión de una autoridad que sostiene un punto de vista particular sobre un tema en el que no existe acuerdo como si fuera representativo de la opinión de la mayoría de las autoridades en esa área.
Para evitar la falacia de apelación inapropiada a la autoridad debemos seguir las siguientes reglas:
La fuente citada debe ser, efectivamente, una autoridad en la materia en cuestión.
La autoridad citada debe ser representativa de la opinión del resto de las autoridades en el tema que se discute.
En ciertos temas los expertos no están de acuerdo, es decir hay autoridades competentes que opinan de una manera y otras, igualmente idóneas, piensan lo contrario. En estos casos, cuando en una argumentación hay enfrentamiento entre autoridades, es importante averiguar el estatus de ellas. No es lo mismo el valor que le damos a la opinión de un estudiante de medicina, que a un médico experiente, y la autoridad de este es menor enfrentada a la de un grado cinco en la especialidad del problema que se está discutiendo. Pero, si el estatus de las autoridades que difieren es el mismo y el más alto en la materia, significa que el asunto en cuestión sigue siendo tema de investigación y no hay una posición formada sobre la que la comunidad científica esté de acuerdo. En este caso no tiene sentido oponer las distintas autoridades entre sí. Y dado que admitimos que nadie tiene acceso privilegiado a la verdad, es obvio que no podremos resolver el asunto apelando a ellas.
Nunca debe tomarse un argumento de autoridad como definitivo. Aun cuando la autoridad sea competente y la más acreditada, puede equivocarse. Por lo cual un argumento de autoridad no puede zanjar una cuestión. Puede contribuir a apoyar un punto de vista, pero siempre debe ser posible discutirla.
Falacia ad hominem (contra el hombre)
Esta falacia suele emplearse cuando es difícil atacar la argumentación ajena. Consiste en atacar a la persona que formula una argumentación en lugar de atacar la argumentación en si misma. Para ilustrarlo con una metáfora futbolística es como ir contra el rival, en lugar de ir a la pelota. Este tipo de ataque no tiene ningún valor desde el punto de vista lógico, pero puede tener un gran valor psicológico Desde ese punto de vista, la aceptabilidad de lo que se dice está fuertemente relacionada con la credibilidad en quien lo dice. Hay muchas formas de ir contra el hombre, aquí solamente vamos a ver tres:
a. Ad hominem abusivo u ofensivo
Consiste en descalificar la opinión de un interlocutor por alguna de sus características personales (sexo, edad, origen étnico, filiación política o religiosa, nivel socioeconómico, reputación, etcétera) de manera que esa descalificación se extienda a sus argumentos. Imaginemos que en una discusión en el parlamento un senador le dice a otro: - “Usted es un ladrón, no es quien para venir a hablar de corrupción.” La acusación que le hace al interlocutor desacredita a esta persona como sujeto moral, atacando su reputación. Si efectivamente hay sospechas sobre su honestidad, es probable que escuchemos con escepticismo lo que está diciendo. Sin embargo, la persona aludida bien podría ser un ladrón, pero estar diciendo la verdad cuando señala que en cierta parte de la administración pública se está cometiendo un delito. Como ciudadanos nos convendría averiguar si es cierto lo que dice.
b.Circunstancial o por los intereses
Aquí no se ataca directamente al hombre, sino que se señala que las circunstancias en las que está invalidan su opinión. No se alude a sus características personales, sino al vínculo con la situación que se discute. Por ejemplo, supongamos que un profesor afirma que el presupuesto asignado a la educación es demasiado bajo, y que es necesario aumentar el porcentaje del PBI dedicado a la educación. Otra persona le dice claro, que otra cosa podés opinar vos si eso significa que te suban el sueldo. En realidad, la afirmación del profesor de que el presupuesto educativo es baja puede ser cierta aun cuando a él le resulte conveniente afirmarlo. Para invalidar la argumentación debemos atacar sus argumentos, por ejemplo, ofreciendo cifras de otros países que muestren que comparativamente, el presupuesto es igual o mayor.
c. “tú también”
La última modalidad del argumento contra el hombre que presentamos se utiliza circunstancias en que están involucrados aspectos morales y suele ser la respuesta a una acusación. Es algo así como afirmar que el otro no es quién para señalar mis errores porque él cornete los mismos, por lo tanto, no tiene la autoridad moral para hacerlo.
Por ejemplo, cuando comenzó el diferendo con la República Argentina por la instalación de la planta de Botnia en Fray Bentos el tema principal giraba alrededor de la posible contaminación que pudiera ocasionar en el lado argentino del río Uruguay. En ese momento empezaron a aparecer en ambos países informaciones sobre la situación de Argentina respecto o plantas similares. Se supo que en el vecino país había once; que algunas poseen tecnología antigua y contaminante e incluso que hay una que afecta al río Paraná que le sirve de límite con la República del Paraguay.
Todo eso sirvió para que algunas personas desestimaran la pregunta sobre la contaminación porque no tienen a autoridad moral para acusarnos. Ese tipo de argumentación es claramente un “tu quoque”. Si el tema es la contaminación no importa de quién venga la pregunta, debemos responderla: ¿la contaminación que produce la planta es sustentable?, ¿puede afectar a Gualeguaychú?
d. Observaciones
Hay ocasiones en que el ataque personal puede justificarse. Por ejemplo, cuando se trata de testigos que deben proporcionar evidencias en un proceso legal. La razón para solicitar su testimonio es que no existe otra manera de descubrir la verdadera secuencia de los sucesos. Por lo tanto, la confiabilidad del testimonio es de una importancia crucial y depende directamente de a confiabilidad de la persona que aporta la evidencia. Lo que sucedió y cómo sucedió es aceptado sobre la base de su autoridad. Sí existen razones para dudar de sus poderes de observación o de su buena fe, es relevante hacer notar esto aduciendo, por ejemplo, el hecho de que es corto de vista o de que tiene un interés personal en el asunto. Llevándolo al absurdo imaginemos que se presente un testigo ocular de los hechos y alguien señale que el individuo es ciego. No se trata de una discriminación hacia la opinión de quienes padecen de esa privación física, sino la razonable observación de que su testimonio no puede ser respaldado.
Falacias patéticas
Estas falacias reciben ese nombre porque apelan al pathos, la emoción, en lugar de al logos, la razón. En ellas se utilizan modos de persuasión que tratan de sostener un punto de vista provocando las emociones del auditorio. No se trata estrictamente de razonamientos, pero pueden ser efectivas retóricamente para ganar la adhesión del interlocutor.
Debemos aclarar que no toda apelación a las emociones es falaz. Cuando argumentamos, tratamos de convencer con razones, pero además usualmente pretendemos lograr algún tipo de conducta. Los razonamientos pueden convencer a una persona, pero no lograr mover su voluntad. Por ello no es lícito que luego de presentar razones que muestren que es aceptable lo que decimos tratemos de motivar al auditorio conmoviéndolo. El problema ocurre cuando la emoción sustituye a la argumentación y es lo único que se presenta como sustento de una postura. Veremos tres de las muchas formas que puede adquirir este tipo de falacia.
a. Apelación a la misericordia
Como su nombre lo indica consiste en apelar a la compasión, en lugar de dar razones para lograr el asentimiento hacia una afirmación.
Veamos un caso:
—Profesor, usted no me puede reprobar el examen. Trabajo y estudio con mucho sacrificio.
Este resultado realmente me desanima.
El hecho que señala el alumno no aporta ninguna razón para considerar que su examen no deba ser reprobado. Otra cosa seria que señale algún error en la corrección, o que tal vez el profesor no vio la segunda hoja en la que completaba su respuesta.
A veces esta falacia se complementa con el recurso de la pendiente resbaladiza, que señala que este es el primer paso para un terrible cadena de infortunios: si usted no me aprueba mis padres me echarán de mi casa, me deprimiré y me hundiré en el alcohol y las drogas y en pocos años terminaré muerto de frío en una calle solitaria, tapado por diarios viejos.
Apelación a la lealtad
La apelación falaz a la lealtad señala que se debe estar de acuerdo con los intereses del grupo al que se pertenece, independientemente de que éste tenga razón o de que sus intereses estén justificados.
“Un médico no puede hablar mal de otro médico”.
Apelación a la fuerza o ad baculum
La expresión ad baculum significa al bastón y alude a la amenaza de golpear, usar la fuerza, literal o figurada, en contra de quien hace una afirmación. No se dan razones para refutar lo que ha dicho de otro, sino simplemente se le advierte las consecuencias desagradables que tendría para él mantener su posición. Se busca provocar la emoción o el miedo. Para poder hacer una falacia de este tipo es necesario tener algún tipo de poder que permita hacer creíble la amenaza. Muchas veces las amenazas no son expresadas directamente, pero están claramente sugeridas. Veamos un ejemplo:
“Cardenal viejísimo: ... Por cuanto se me ha dicho, este señor Galilei saca al hombre del centro del universo para relegarlo a un punto impreciso en sus márgenes. Es evidente por ello que el señor Galilei es un enemigo del género humano y se le trata en consecuencia. El hombre, lo saben hasta los niños, es la joya de la creación, la suprema y predilecta criatura de Dios. ¿Y es concebible que Dios haya querido confiar semejante obra maestra, su creación más sublime, a una pequeña estrella sin importancia y en movimiento perpetuo? ¿Y que haya enviado a semejante lugar a su Divino hijo? ¿Existen cerebros pervertidos hasta el punto de creer en las palabras de este esclavo de la tabla pitagórica? ¿Qué criatura de Dios puede tolerar tanta afrenta?
Prelado gordo (en voz baja aL Cardenal): Cuidado, que está aquí.
Cardenal viejísimo: ¡Ah! ¿Sois vos? Bueno, ya no tengo los ojos de antaño, pero igualmente me doy cuenta de que os parecéis como dos gotas de agua a uno que mandamos a la hoguera hace unos años... ¿cómo se llamaba?”
Bertolt Brecht, , Galileo Galilei, pp. 144-145.
En la última frase del Cardenal podemos apreciar a amenaza velada. Esa frase dicha por un alto representante de la Iglesia durante la Inquisición, debe ser interpretada por Galileo como advertencia: si sigues sosteniendo esas opiniones, te condenaremos a la hoguera.
Falacia mayoritarista o ad populum
Esta falacia consiste en razonar que si una afirmación es sostenida por la mayoría de las personas, entonces es verdadera. Que una afirmación sea tomada como verdadera por una mayoría no establece, necesariamente, que sea efectivamente verdadera. Ni tampoco que sea falsa. Las mayorías tanto pueden acertar como equivocarse. Para mostrar la verdad de una proposición será necesario apelar a otras razones independientes de a creencia de las mayorías.
En el fragmento anterior de Galileo Galilei el Cardenal incurre en esta falacia cuando dice: El hombre, lo saben hasta los niños, es la joya de la creación, la suprema y predilecta criatura de Dios, Si todo el mundo lo sabe (hasta los niños)que el hombre es la joya de a creación, entonces lo es.
Falacia de apelación a la ignorancia
Esta falacia consiste en tomar la falta de evidencia conocida en contra o a favor de una afirmación como si fuese probatoria de su veracidad o falsedad. En otras palabras, se toma la falta de evidencia como si fuese una evidencia. Esta puede adquirir dos formas básicas:
No se ha demostrado que A es falsa.
Por lo tanto A es verdadera.
No se ha demostrado que A es verdadera.
Por lo tanto A es falsa.
Lo único que puede probar la falta de evidencia sobre un punto es que nuestro conocimiento respecto a él es insuficiente. Nada puede decirnos acerca de la verdad o falsedad de la afirmación que se está discutiendo. Ejemplos típicos de esta falacia son:
“No se ha demostrado que Dios existe, por lo tanto, Dios no existe (o viceversa).
Selección de: “Cómo hacer cosas con razones”. Guinovart – Aloisio.