El neurodesarrollo y la plasticidad cerebral permiten al cerebro adaptarse y reorganizarse según experiencias, siendo claves para el aprendizaje infantil desde los primeros años (González & Lillo, 2022).
La estimulación temprana inclusiva promueve el desarrollo integral infantil mediante actividades adaptadas, respetando diferencias individuales para garantizar el acceso equitativo al aprendizaje desde la primera infancia (Caamaño, 2020).
Las teorías de Piaget, Vygotsky, Bruner y Gardner sustentan metodologías centradas en el desarrollo cognitivo, social y las inteligencias múltiples, esenciales en contextos educativos inclusivos (González & Lillo, 2022).
El DUA propone múltiples formas de representar, expresar y comprometerse con el aprendizaje, eliminando barreras y promoviendo la inclusión desde el diseño curricular inicial (Alba, 2019).
El desarrollo infantil comprende dimensiones sensorial, motriz, cognitiva, comunicacional, emocional y social, fundamentales para planificar experiencias educativas significativas y ajustadas a las necesidades de cada niño (Red Educa, 2024).
El enfoque interseccional analiza cómo género, discapacidad y condiciones sociales interactúan, afectando oportunidades educativas y exigiendo respuestas pedagógicas equitativas e inclusivas (Crenshaw, 1991).