Nodo de Colapso 

Una esfera en el centro del sistema octofónico actúa como una partícula inestable. Su estado sonoro cambia ante la proximidad del cuerpo, igual que la función de onda que colapsa al ser observada.

La presencia introduce una perturbación que deforma la estabilidad del nodo y altera la arquitectura sonora del espacio. La obra explora cómo el impulso de controlar distorsiona o disuelve la energía que intentamos sostener.

Cuando no es invadido, el nodo permanece en equilibrio: el sonido fluye en su estado natural, sin alteraciones.

La instalación se acompaña de una obra octofónica construida a partir de sonidos de la ciudad. Sus capas se desplazan como un pequeño vórtice en el espacio: corrientes que rodean el nodo, lo rozan y se disuelven sin fijar un sentido único.