El fuego y la electricidad son formas de energía que han cautivado y esculpido la conciencia humana desde sus inicios, pero a pesar de que su dominio ha sido clave para la evolución de la sociedad humana aún existe un conocimiento insuficiente sobre la naturaleza intrínseca de ambos fenómenos y de su relación mutua. Aunque es fácil comprobar que la electricidad es capaz de generar fuego, es mucho más difícil determinar las características eléctricas del fuego, ya que no se pueden establecer conclusiones a través de observaciones a simple vista. Curiosamente, existen pocos estudios al respecto, a pesar de que sería información muy valiosa en la seguridad de instalaciones eléctricas, donde actualmente solo se considera la posibilidad de que un circuito fallido genere fuego, pero no se contempla el escenario en el que el fuego haya sido el medio conductor a través del cual la corriente eléctrica llegue al circuito y lo haga fallar. La falta de este tipo de hipótesis no se debe su inviabilidad, sino a la falta de conocimiento concerniente a la conductividad eléctrica del fuego y de la columna o chorro de aire caliente que se forma sobre la llama, la cual se conoce con el nombre de pluma de calor. 

Esta investigación presenta data experimental que verifica un comportamiento altamente conductivo en el fuego y suficientemente conductivo en la pluma de calor, lo cual podría cambiar el concepto que tenemos sobre la generación de incendios eléctricos y la forma como se enfocan dichas investigaciones según NFPA 921, especialmente si se considera que los plasmas tienden a ser buenos conductores y que el fuego es una especie de plasma. Además, en las ciencias climatológicas/ambientales, la conductividad del fuego y la pluma de calor podría brindar una explicación directa a la formación de rayos en tormentas de fuego. Consecuentemente, los resultados tendrían repercusiones directas sobre prácticas comunes de ingeniería y aplicaciones en las ciencias climatológicas.