Llegó el día de despedirnos, por mucha lástima que nos dé, esta experiencia ha llegado a su fin. Es por eso que, para despedirnos y quedarnos con la esencia de la región, Roman nos lleva a hacer una ruta de senderismo en los bosques que rodean la ciudad de Zd’ar.
Roman es profe de geografía y es un gran amante del senderismo y de la naturaleza, ¡Quién mejor que él para diseñar esta ruta! Para ello, tras un buen desayuno que nos cargue las pilas, nos desplazamos en coche a una zona donde empezar dicha ruta.
¡A por las esculturas!
Antes de adentrarnos en el bosque en sí, pasamos al lado de unas famosas estatuas que hace 20 años un extravagante escultor local decidió colocar en medio de la naturaleza, sorprendiendo a grandes y a pequeños.
Se trata de esculturas de cemento con formas tremendamente originales y extrañas, de varios metros de alto, y que no se sabe muy bien qué representan.
En las profundidades del bosque
Después, nos sumergimos en el más puro corazón de Europa y su naturaleza en estado puro. Recorremos 17 km en el bosque más profundo, observando la fauna local que nos vamos encontrando a nuestro paso. Además, pasamos por varios lagos cristalinos y llenos de leyendas e historias que llevan siglos entreteniendo y sorprendiendo a los niños.
El camino está lleno de subidas y bajadas, pero conseguimos terminarlo en apenas dos horas. Una vez recorremos y bordeamos el bosque, llegamos a la otra punta de la ciudad, donde cogemos un autobús de vuelta a la escuela.
Y una vez que descansamos y reponemos fuerzas después de la ruta, llega la hora de despedirse. Nos reunimos con todo el equipo Erasmus+ que tan bien nos ha atendido para hacernos una foto conjunta con los certificados de la formación.
Juntos, acordamos vernos pronto y repetir esta experiencia, pero en otro país, tanto en España como en Portugal.
Europe is the future!