SILVIA, 30 AÑOS
A los 14 años me bajó por primera vez la regla y con ella dolores que me dejaban hecha un trapo durante varios días. Recuerdo cumplir los 18 años ingresada en observación por la distensión abdominal y los dolores. Con el tiempo, los dolores cada vez eran más intensos, cada vez más visitas a urgencias y todas las pruebas sin resultados específicos, dentro de valores “normales”. Esas respuestas que al principio me aliviaban porque no tenía nada grave, cada vez me afectaba más. Llegó un momento en el que deje de necesitar pruebas, ni poner etiquetas a mi dolor, solo necesitaba que parase y no salir a urgencias y poner patas arriba mi vida y la de mi familia.
Con 24 años, yo sola en consulta me dijeron “Tienes una endometriosis de libro, no tiene cura y tendrás que aprender a vivir con ella. Y de hijos...de hijos ya hablaremos” . Volví a casa llorando, sin entender nada. Poco a poco fui descubriendo que significaba ser una endoguerrera, la soledad de una enfermedad de la que poco se sabe y nada se entiende.
Cuanto más mayor los episodios de dolor se intensificaron, cada vez eran más largos y la distensión abdominal más brusca. Los embarazos que me inventaban por mi barriga pasaron de ser anécdotas graciosas y algo incómodas a ser detalles de mal gusto y ofensivos. Tantas pruebas sin resultado me hicieron llegar a pensar que estaba loca, a dudar de mi misma y de lo que mi cuerpo decía a gritos. Mi familia intentaba apoyarme, pero en ocasiones ese apoyo se convertía en otro peso más que echarme a la espalda.
Después de dos años infernales, un mes ingresada por los dolores, idas y venidas a Ginecología y descubrir la fisioterapia de suelo pélvico y la Unidad del Dolor y conocí EndoEuskadi. Gracias a su asesoramiento encontré la respuesta que necesitaba, una Unidad de Endometriosis que me dijo “No sé cuánto tardaremos, pero de aquí saldrás sin dolor”. Y así fue. Me provocaron una menopausia química que si bien tiene todos los contras de tener la menopausia a los 30, a mí me han devuelto las ganas de vivir. He encontrado el mejor de los apoyos en EndoEuskadi, porque como dice su lema ya no estoy sola.