Habíamos quedado en Ponzano a tomar el aperitivo y aunque después de dos locales ya íbamos bien servidos, decidimos quedarnos a comer por la zona (habrá una entrada de uno de los sitios donde lo tomamos, pero eso será otro día). No habíamos hecho reserva y aunque en la zona hay muchísimos sitios, no iba a ser sencillo encontrar mesa para 6, pero lo conseguimos. En DeAtún estaban llenos pero nos habilitaron un reservado que nos permitió comer muy cómodos y tranquilos. Muy buen ambiente, gracias en parte a que el local tiene una decoración y distribución muy limpia y agradable; muy bien atendido (y al menos nos atendieron tres personas distintas y todas amabilísimas) y muy buena calidad (para quitarse el sombrero). Y precisamente por eso, no es caro: 36 euros por persona (tomando dos botellas de Antídoto - 2016, un Ribera del Duero que estaba realmente bueno, además de agua y alguna cerveza). Y claro, comimos a base de atún, el producto estrella, como no podía ser de otra forma teniendo en cuenta el nombre del local.
Hay que ir, sin duda.
Mientras esperábamos los platos principales pedimos tres para compartir: una mojama, que estaba realmente buena (aunque yo personalmente le habría añadido unas gotitas de aceite); unos tacos de ventresca confitados que se deshacían en la boca; y unos huevos rotos con calamares en su tinta (la excepción a la regla) y patatas. Todo bueno, muy bueno.
Y los principales fueron dos recomendaciones que nos hicieron ellos y que sin duda suscribimos:
En definitiva, os animamos a que vayáis. Merece (mucho) la pena.
Huevos rotos con calamares en su tinta
Rabo de atún rojo