El arte en todas sus manifestaciones constituye una característica esencial que identifica al ser humano, ha permitido transmitir la cultura en toda su extensión y ha sido y es básico para su supervivencia.
Desde los primeros pasos que se dieron a finales de 1946, cuando la periodista Olga Espinach Fernández trabajaba para el recién fundado periódico “La Nación”, quedándose ocasionalmente trabajando de noche, se encuentra con seis niños pregoneros que eran repartidores del periódico, los cuales noche a noche ingresaban a los talleres desde las cinco de la tarde hasta las cuatro de la mañana, hora en que salían a repartir el periódico por las calles josefinas, es donde inicia la enseñanza para que ellos realicen sus primeros trazos y fueron las bases para formar la Casa del Artista Costarricense en junio de 1951
“En estas precarias condiciones le doy a los pregoneros unos pedazos de papel y algunos lápices de color, y tirados en el suelo se dedican a dibujar y a pasar el tiempo mientras salía el periódico.”
Espinach, 6 de diciembre, 2000