Los Alisios

En un principio las piscinas de “Los Alisios” estaban predestinadas a seguir el camino marcado por el “Lido de San Telmo”: ser unas piscinas de agua salada meramente funcionales. Habiendo ya iniciado el período de ejecución de las obras César Manrique se incorpora a los trabajos, ofreciendo una nueva visión artística que supuso una modificación del proyecto original.


Así, en este espacio de casi 8.000 m2, se crearon piscinas de formas redondeadas, en contraste con las de formas más rectangulares que ocupaban antiguamente la zona de “San Telmo”; y se eligió un diseño de pavimento, de piedras y callados, muy diferente al aséptico suelo que presentaba el “Lido” en aquel momento.


Frondosa vegetación autóctona, endémica y subtropical, elementos en madera y monumentos que atrapan la mirada del espectador completan un espacio que pone en manifiesto la filosofía de la obra de Manrique. Las piscinas se llenan recurriendo a cascadas similares a las que encontramos en la naturaleza, reproduciendo su sonido, convirtiéndose de esta forma en un elemento no solamente estético sino totalmente funcional.


Descubriremos aquí emblemas del complejo como son la “Isla del Barco”, un bar situado en la piscina de mayor tamaño; “La Jibia”, escultura frente a la piscina infantil que hará las delicias de los más pequeños; y la escultura “Alisios”, que forma parte de la colección “Juguetes del Viento”, una serie de estructuras móviles muy recurrente en la obra de Manrique que podemos encontrar no solo en diferentes puntos de las Islas Canarias, sino también en otros lugares de España.


Asimismo, si nos adentramos en la “Cafetería Los Alisios”, veremos también elementos característicos del autor como los toldos a rayas blancas y azules, y un mural de madera pintado de blanco realizado a partir de “objetos encontrados”, que es como Manrique solía llamar a ese tipo de composiciones.


A la entrada de esta zona se erige un busto de Manrique, como muestra de reconocimiento al artista que transformó con su pionera visión del desarrollo sostenible la ciudad, teniendo como máxima el respeto por el patrimonio cultural y natural.