Call for papers
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La exigencia de santo Tomás de introducir el dedo en la llaga del costado de Jesucristo resucitado para vencer su incredulidad inscribió en el tejido literario las heridas como forma de acceso directo a un conocimiento vedado. Este mismo gesto anima buena parte de la tradición mística o las diferentes expresiones lesivas por las que apuestan el marqués de Sade, Leopold Sacher-Masoch o artistas contemporáneas como Angélica Liddell, interesadas en abrirse camino a través de la carne como vía de acceso al espíritu. La máxima del ver para creer somete, así, la condición de verdad al contacto y la visibilidad; sin embargo, impone un reto al acto de recepción: ser capaces de sostener la mirada a las grietas por las que mana un sufrimiento que, a menudo, refiere un trauma individual o colectivo. Por otro lado, como recuerda Erich Auerbach en Mímesis: la representación de la realidad en la literatura occidental, obras fundacionales como la Odisea —en la que Euriclea reconoce a Ulises por la cicatriz del muslo— erigen la herida no solo como fuente de conocimiento sino, ante todo, de re-conocimiento. La piel es, en definitiva, la presentación ante el mundo de nuestra historia individual. Considerar las marcas visibles que soportan nuestros cuerpos como rasgos identitarios reserva, por otro lado, un lugar especial a las maternidades, experiencias sujetas a profundas transformaciones físicas y psicológicas en las que se entrelazan las vivencias individuales con la expectativa social. Tanto informan la experiencia materna los pechos agrietados de la hermana de Yerma como el desgarro de la heroína lorquiana por no ser madre.
La maternidad es, además, como defiende Kristeva en Poderes de la perversión, la unidad de la cual nos escindimos para ahormar nuestra propia identidad, experiencia a la cual nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida a través de lo abyecto, definido como aquello que no respeta los límites establecidos. Uno de los ejemplos claros de lo abyecto son las heridas abiertas, superficies liminares que deconstruyen la dicotomía dentro/fuera. No sorprende que los procesos de definición identitaria conlleven, a menudo, intervenciones sobre la piel como forma de salvar liminarmente la brecha entre la realidad interior y la exterior. Los tatuajes, las perforaciones o las escarificaciones suponen una construcción voluntaria de la identidad a través de la fisicalidad; sin embargo, estas acciones han estado también vinculadas históricamente a procesos encaminados a la destrucción de la humanidad: los números tatuados sobre los cuerpos de los prisioneros de los campos de concentración nazis entrañan la imposición de un estigma —del gr. στίγμα ‘marca’— por el que el yo se sitúa frente a una otredad señalada que, además, se inscribe en una singularidad espacial: el Lager. Fuera del hábitat de la literatura europea testimonial y de la memoria, entre la que figura de manera preeminente la obra de Primo Levi —para quien los recuerdos eran como «heridas que vuelven a abrirse»—, narrativas como la de Gloria Anzaldúa revelan el potencial de repensar la relación entre la identidad y la espacialidad en términos de heridas. La experiencia fronteriza que refiere la escritora chicana interpela igualmente a aquellas obras que, al abordar viajes traumáticos, configuran narrativas de resistencia y memoria en las que la voz enunciadora ha sufrido una dislocación exofónica. Por otro lado, el vínculo entre geografía y herida se abre asimismo a un estudio que, además de abordar la manera en la que unos seres humanos tratan a otros, articula la relación que entablamos con la naturaleza. Los análisis ecocríticos se suman a estas reflexiones a través de la atención que prestan a la violencia lenta y su manifestación en la literatura del petróleo y las ficciones climáticas.
Ahora bien, ¿hasta qué punto es posible rendir cuentas de todas estas cuestiones mediante el lenguaje? Como advierte Juan Mayorga, la historia del siglo XX asestó una estocada de muerte al lenguaje, abrió una brecha entre realidad y representación, y demostró la insuficiencia de la palabra para hacerse cargo de este mundo. Y, sin embargo, la contemporaneidad literaria continúa construyendo escenarios en los que la palabra agonizante es tanto más capaz de mostrar otros mundos cuanto más conocedora es de sus propios límites. En el horizonte que traza la conocida sentencia de Theodor W. Adorno, se sitúan aquellas propuestas literarias que encarnan la falla del lenguaje y, a partir de ella, exploran otras posibilidades de expresión, entre las que destacan ciertas formas de performance que aprovechan las potencialidades del rito como forma de intervención en lo social o las diversas manifestaciones de la escritura terapéutica y la literatura del duelo. La herida, tanto en la génesis artística como en los procesos de recepción, se postula así como eje para repensar la capacidad sanadora del lenguaje.
En definitiva, como revela la cicatriz que atraviesa la espalda de Sethe, uno de los personajes más destacados del universo literario de Toni Morrison, la herida es el signo físico que rinde testimonio de una violencia; pero, en su semejanza con la figura de un hermoso árbol, nos confronta a la oportunidad que nos brinda el arte: hacernos cargo de la relación entre la verdad, la belleza y el sufrimiento humano.
El propósito de este congreso internacional es reflexionar en torno a las diversas manifestaciones literarias de la herida y su relación con otras artes, tanto desde una perspectiva teórica como comparada. Se pretende abrir, así, un espacio de diálogo entre jóvenes investigadores que quieran adentrarse en el estudio de la literatura en busca de nuevos enfoques y perspectivas.
Se proponen las siguientes líneas temáticas para el envío de propuestas:
1. Ver para creer: se inscriben en esta línea los estudios sobre las manifestaciones artísticas que contemplan la herida como vía de conocimiento capaz de revelar una verdad escondida. Nos interesan igualmente aquellas propuestas que analizan los retos que tal contemplación impone a una mirada cuyo instinto primario es apartarse.
2. Suturas identitarias: se acoge aquí el estudio de las expresiones artísticas que contribuyen al entendimiento de la herida como posibilidad de repensar las dinámicas sociales, su interacción con la identidad y la memoria.
3. Maternidades: se aceptan propuestas que aborden la experiencia corporal de la maternidad, así como el sufrimiento causado por la presión social respecto a una maternidad impuesta o la pérdida de un hijo. Nos interesa igualmente analizar la aflicción ante la ausencia de la figura maternal.
4. Espacios heridos y desplazamientos traumáticos: se buscan propuestas que realicen lecturas ecocríticas o que aborden las representaciones de espacios heridos. También nos interesan los análisis en torno a los desplazamientos traumáticos.
5. La palabra herida: se invita a reflexionar sobre la herida tanto en la génesis de la creación literaria como en el acto de recepción. Se aceptan propuestas en torno a las exofonías, ocasionadas por procesos de colonialismo, mestizaje y otros motivos migratorios; las disrupciones entre lengua y pensamiento —lengua oprimida y adaptada—; así como la herida del nombre propio en los procesos de desidentificación.
6. Sanación y duelo: se invita a explorar las múltiples formas en que la literatura y las artes se convierten en espacios de sanación, transformación y resistencia frente a experiencias traumáticas. Se anima asimismo a investigar la intersección entre literatura y humanidades médicas, analizando representaciones de enfermedades y sintomatologías como metáforas del sufrimiento y la recuperación.
7. La herida en otras representaciones artísticas: en el seno de otras artes e interdisciplinas se abrazan diversos enfoques que exploran las diferentes líneas temáticas propuestas. Nos interesan las contribuciones relativas a la representación de la herida, su adaptación y su desarrollo en el medio seleccionado en relación con la literatura.
Invitamos a estudiantes de grado, máster, doctorado e investigadores/as noveles a enviar sus propuestas para la participación en el congreso.
Todas las propuestas deben adecuarse a las líneas temáticas expuestas. Han de ser originales e inéditas y deben estar escritas en español o inglés. Es necesaria la cumplimentación del formulario de participación disponible en nuestro sitio web. Abrimos también la posibilidad de presentar propuestas que constituyan paneles completos (3 o 4 personas). Las propuestas se deberán enviar de forma individual al formulario habilitado para la participación en el congreso indicando que forman parte de una propuesta de panel en la sección de «observaciones». Las propuestas serán evaluadas de forma individual y pueden ser aceptadas o rechazadas independientemente del resto de propuestas del panel. La inscripción tanto para oyentes como para comunicantes será gratuita.
Toda persona interesada en recibir un certificado de asistencia deberá cumplimentar el formulario de asistencia habilitado para ello en la página web y, posteriormente, rellenar la hoja de firmas en cada panel al que asista. Será preciso asistir al menos a un 80% de las actividades para obtener dicho certificado.
Una vez concluido el congreso, se publicará una selección de contribuciones, previa evaluación por pares ciegos.
Fecha límite para la recepción de propuestas: 2 de marzo de 2025
Comunicación de aceptación o rechazo de las propuestas: 24 de marzo de 2025
Fecha límite para inscripción como comunicante: 13 de abril de 2025
Fecha límite para inscripción como asistente: 11 de mayo de 2025
Celebración del congreso: 19 y 20 de mayo de 2025