Relato

"En ésta segunda salida nos acompaña la incertidumbre de ir hacia lo desconocido, y aunque no es la primera vez, el miedo siempre aparece y antes de que me cegue, la montaña lo mata con su belleza, entonces comienzo a disfrutar de ella como si fuera parte y nunca me hubiera ido."


Día 1, Sabado 16 enero 2021

Salimos de Santa Rosa, La Pampa a 170msnm a las 7am, horario permitido para transitar, el vehiculo quemando ruedas sobre un asfalto de verano (40°C) cargaba en su interior: 2 mochilas de 75L cada una, una carpa, comida para 9 dias, una bandera, dos relatos de cumbre (sin completar), un moño negro de tela, y la cordada con todo el entusiasmo y la energía acumulada luego de 1 año de encierro. Allá íbamos en un auto que por su música se convirtió en el “expreso rock”, a tope!!! Nos dirigíamos rumbo oeste, a los Andes Australes en la zona del Sosneado y entre largas charlas, unos buenos mates llegamos 19hs al Puesto Soler a 2250m. Ese día tuvimos que armar la carpa porque las instalaciones estaban ocupadas con otras expediciónes, lo más insólito fue ver carpas armadas dentro del refugio, ¿cuál sería el motivo? en ese lugar no hay ratas ni goteras en el techo (recomiendo ir días hábiles).

Con los últimos rayos del sol organizamos el equipo y luego cenamos unas empanadas de matambre y a descansar temprano.

Ver datos del tramo aquí.

Día 2, dom.17 enero 2021


Despertamos 4am, desayunamos y desarmamos el campamento, la madrugada estaba pasando y nos dejaba de cara al enorme Valle del Atuel con un día despejado y sin viento. Luego de impermeabilizar el equipo, partimos rumbo al campamento base (CB), nos esperaba un largo y placentero recorrido. El río esperaba desafiante y toda nuestra atención estaba puesta en él. Comenzamos la marcha dirección noroeste, temprano (6:30am) ya que a esa hora es menos caudaloso y la posibilidad de cruzarlo a pie es más viable. Aunque tenga cierta experiencia en cruzar este gran afluente Mendocino, la confianza que le tengo es cada vez menor y el respeto es cada vez mayor. Buscandole la vuelta logramos vadearlo sin problemas, bueno salvo por el terrible enfriamiento de nuestro pies, había que moverse.

Continuamos hacia la quebrada del Valle de las Lágrimas rumbo oeste. (derecha) buscando el sendero que nos llevará al camp. base (CB). En este tramo de unos 15km de largo cruzamos dos arroyos, primero el Rosado y el Barroso después. Casi al final del tramo nos encontramos con una laguna y dos patos, y siguiendo unos 300 metros más, salimos del sendero hacia el sur. (izquierda) por unos 100m, nos topamos con el arroyo las Lagrimas, su tono era color café, tal vez por el horario (15hs). Vadeamos el afluente, y en la ribera sur armamos el campamento base CB (2.750m), un lugar bastante plano, ideal para instalar la carpa. El agua de este arroyo viene muy turbia, (sobretodo a la tarde) no la recomiendo para beber, también en ésta epoca es imposible encontrar algún manchón de nieve. Fuimos a buscar agua a una cascada chica que desciende de unas de las laderas del filo perteneciente al Moño, caminamos hacia el sureste unos 500 metros y encontramos un hilo de agua cristalina, suficiente para llenar nuestras reservas. Ese día cenamos unas liofilizadas y también nos acostamos temprano, dejamos todo listo para el dia siguiente.

Valle las Lagrimas

-aproximación-

Campamento Base

(vista hacia el sur)

Arroyo Lágrimas

(turbio)

Ver datos del tramo aquí.

Día 3, lunes 18 de enero

Amanecimos 5am, la madrugada nos permitió tener un buen descanso, 6:45hs partimos hacia el sur rumbo a la canaleta (derecha) de +1000m de desnivel en 2,2km de distancia, buscando trepar entre piedras de un arroyo seco, usando las mismas como escalones para ahorrar energía. Aproximadamente a mitad del ascenso salimos hacia la derecha buscando otra canaleta que conectará con el filo. Pasando entre riscos y de marcha tranquila ésta última parte la subimos sin problemas. Luego de 5 o 6 horas de trepada llegamos a un lugar que llamamos "campamento del balcon", una opción para instalar campamento al pie de unos penitentes (a éste lugar lo usamos la vez anterior.)

Canaleta (derecha de imagen)

Salida hacia la canaleta superior

Campamento del Balcon


Una vez a 3.750 metros pusimos rumbo oeste (NUNCA seguir hacia el sur, en esa zona existen paredes con gran exposición al Valle del Moño) y sin perder altura transitamos unos 500m. de terreno lineales de baja dificultad, para descender luego hasta un pequeño portezuelo que conecta con otro filo. Aqui en éste pequeño coll será la última vez que veremos el glaciar de las Lágrimas.


Una vez en ese punto pudimos observar la otra cara de la travesía: el gran anfiteatro del valle del Moño y el trayecto de los últimos 2,5km hasta el campamento 1. Bajamos el filo faldeando entre acarreos y algunos penitentes perdiendo un poco de altura, llegamos a la parte mas baja del Valle en esa cota (3.650m).

Continuamos mismo rumbo y de pronto nos topamos con dos lagunitas… lindo lugar para un buen descanso. En ese momento tratábamos de entender donde estábamos, el lugar en toda su circunferencia era distinto e impactante; el Valle de las Lagrimas desaparecido por completo, una cascada que parecía chica aunque no lo era, su ruido se oía lejos. Hermoso lugar que podríamos estar horas observando. Hasta el momento la ausencia de seres vivos era notable, el Condor Andino no estaba, se extrañaba el mitico "vuelo de bienvenida". Tampoco se observó rastros humanos, solo nosotros y la presencia de nubes que asomaban desde el oeste.

Cerro El Sosneado

Descanso "dos lagunitas"

Seguimos rumbo suroeste por unos 1000 metros, luego torcimos al oeste, para dirigirnos al pie de la canaleta principal del Moño (derecha), buscando las partes más bajas de las morrenas dispuestas en forma desordenadas por el retroceso del glaciar.

Llegamos a las 15:30hs, armamos el campamento C1 a una altura de 3900m, encima de una de las tantas morrenas, (no fue fácil encontrar un lugar y tampoco hacerlo).

vista hacia el Este

vista hacia el Oeste

vista hacia el Norte

Una vez armado el campamento notamos que el cielo se tiño de nubes que amenazaban nuestra llegada, comenzó a nevar, fuimos a buscar agua a los adelantados hilos del glaciar. En ese momento los ruidos de los relámpagos eran fuertes, o tal vez el valle encajonado amplificaba su volumen como caja de resonancia, no era música para nuestros oídos. Justo cuando estábamos cargando agua, comenzó a nevar un poco más y apareció nuestro gran enemigo, el viento, nos obligó a meternos rápido en la carpa. En tan poco tiempo la montaña ya no era la misma. Por suerte cuando la noche nos cubrió la luna brillante nos volvió a mostrar una montaña tranquila, más amigable. Luego de cenar preparamos el equipo, el relato de cumbre, y los moños ya colocados, estábamos listos para la fiesta del dia siguiente, la trepada final.

Ver datos del tramo aquí.

Día 4, martes 19 enero 2021


Amanecimos 4:30am con la última oscuridad de la madrugada desayunamos, preparamos el equipo mientras aguardábamos que la claridad nos muestre el escenario de la última jornada de ascenso. Con buen estado clínico y la aclimatación en proceso partimos 6:15am hacia la cumbre del Moño.




Luego de un breve descanso, replateamos subir dicha canaleta realizando una diagonal hacia su parte central.





Comenzamos atravesar los primeros penitentes y las partes más bajas de las morrenas, nos dirigíamos rumbo oeste hacia la canaleta más ancha que tiene el cerro por esta cara, buscando su lado derecho. Una vez en su base tomamos el primer descanso debajo de unos pequeños morros rojos, mientras los primeros rayos del sol regaban la ladera oriental del macizo.





Encontramos una línea baja de penitentes del cual seguimos su curso, eso ayudaría a esquivarlos; muchos de ellos miden 2m de altura o más. Fuimos subiendo, luego de transitar 300 metros aprox. y a los 4250m, salimos de ésta "huella" natural por encima de los penitentes hacia el noroeste. buscando salir por la derecha de este canaletón principal. En la imágen se puede ver claramente la canaleta secundaria que elegimos, la rampa que está a la derecha.

Esta decisión tal vez sea una de las más importantes, y la suerte de poder conectar lo sabríamos más arriba… allá fuimos con todas las ilusiones.

Un vez en la base de ésta “rampa” nos tomamos un descanso, cargamos energías e hidratamos. Comenzámos a trepar por el lado izquierdo bordeando otra línea de penitentes bajos, realizamos una escalada asegurando pasos ya que en temporada seca muchas piedras están sueltas. El lugar es tan grande que podíamos escuchar caídas de piedras y no verlas, por suerte ocurría lejos, puedo decir que en primavera subirla es mucho más segura. Casi al final de esta rampa (4370m) la pendiente comienza a inclinarse un poco más, cerca del 55% o unos 33°aprox, decidimos cruzarla y salir hacia su derecha (norte), buscando la parte más baja y subiendo un poco más, llegamos!. Logramos conectar la cresta superior, para nosotros llegar hasta aquí ya era una cumbre; nuestras botas de montaña comenzaban a pisar parte del moño.

Desde ahi pudimos apreciar hacia el este la hermosa panorámica del solitario 4mil, al oeste sus dos cumbres: la norte con una pendiente nevada bastante empinada mostrando riscos en la parte más alta; la sur. que apenas asomaba su pico, evidenciaba estar más alejada, mucho más no puedo describir de la cima meridional. Es poca la diferencia de altura entre ambas, tanto que desde aquí no es clara cual es la más alta. Nuestra perspectiva nos decía que era la sur, mientras la brisa suave del rocoso resucitaba en ecos los textos de Don Lliboutry, la duda comenzaba a desvanecerse, ahora si con seguridad, iniciamos rumbo a lo que seria su punto más alto. Comenzámos a transitar rumbo suroeste la meseta superior bordeando las paredes orientales del macizo. La caminata a partir de aqui, la realizamos de manera segura y sin tanto esfuerzo buscando las partes más bajas. Luego de 1hora aprox. se abrió la cumbre del Moño en su totalidad, descansamos, y evaluamos por dónde íbamos a trepar lo que seria el último trampo.

Salida de rampa, de fondo la cumbre Sur

Cumbre norte (izquierda imagen)

Cumbre Sur

Sobre el filo y morro cumbrero

Elegimos subir y llegar al filo izquierdo que baja de su cumbre. Una vez ahí, nos impactó ver la pared vertical que se desprendía bajo nuestros pies, conocíamos por primera vez "la sur" del Moño, tremendo precipicio. Volvimos a retomar rumbo oeste. lado derecho del filo, y luego de unos pasos dejamos bastones, para encarar los últimos metros y poder usar las manos. Nos preguntábamos si en la cumbre habría lugar para estar porque desde aquí se veía un cono muy angosto.

Llegamos al morro cumbrero, una vez en su base lo atravesamos por el lado derecho, descartando subir por el lado izquierdo por la precipitada pared sur, quedábamos expuestos al vacío. Luego de superar este morro la cumbre aún no se ve, y para sorpresa lo que parecía ser un pequeño cono, terminó siendo un pequeño balcon rocoso que parecía atravesar el límite fronterizo con Chile… llegamos!!! la cumbre binacional ahí estaba, totalmente sola y la emoción de éste logro.

Pirca coronada con un moño real.

Datos gps Garmin

Relato de cumbre

Encendí el Garmin, esperé un rato, y grabé el punto de coordenadas 34°47'57.10"S 70°14'55.00"W a una altitud exacta de 4700msnm a las 10:35am del 19-01/2021, exelente clima, despejado y sin viento.

Luego del abrazo cumbrero, comenzamos a buscar: relatos, libros de cumbres, pircas, banderas, etc. No se encontró ningun rastro humano y ninguna evidencia de que haya sido ascendido anteriormente. Armamos una pirca, tomamos unas imágenes y videos, completamos el relato de cumbre y lo dejamos dentro de un recipiente junto con el moño de tela. El cerro tendría un histórico bautismo realizado por dos pampeanos, creemos ser los primeros en pisar su cumbre, aunque dejamos abierto el suceso por si se demuestra lo contrario.

Cumbre Norte desde el filo Sur

Cumbre Norte desde cumbre Sur

Estando en la cumbre meriodinal, a simple vista podiamos observar que la cumbre septentrional se encontraba a unos 40 o 60 metros más abajo.

Desde aquí (su cúspide) podemos ver el ancho de la cordillera en su totalidad, y su perdida de altura hasta dar con la llanura de los respectivos países. Para el lado Chileno todo el cajón de Pincheira y río de las Damas, cerros como el Volcan Tinguiririca, Alto de Azufre, Palomo, el fronterizo Seler y del lado Argentino volcán Overo, Gunaquero, El Sosneado, a lo lejos el Maipo, Risco Plateado, Paraguay, Co. Las Leñas, El Moro, entre otros, algunos sin nombre.

Norte

Sur

Este

Oeste

Comenzamos a bajar, aunque las ganas era de quedarnos un rato más, 11:30am nos despedimos de la cumbre. El regreso lo hicimos por el mismo lugar que en el ascenso, y lo más seguro era bajar por dónde subimos...y sinceramente no fue tan asi.

"La anécdota"

Al final de la canaleta principal nos desviamos unos metros para acortar distancias, lo que esquivamos a la ida lo agarramos al regreso, las hordas de más de 2metros de altura con dagas heladas que apuntan en dirección al sol, estaban ahi esperando. Quisimos esquivarlos hacia la derecha y no pudimos, tampoco hacia su izquierda, intentamos pasarlos por encima y todo el esfuerzo era en vano, la única salida era volver a subir, haa! en que trampa nos habíamos metido. Entonces fue ahí cuando decidí sumergírme dentro de ellos y empujándo lograría atrevesar éstos enormes penitentes, muchos de ellos caían, otros no. De esa forma comencé a abrir una huella muy angosta que nos alcanzaba para poder avanzar , eso si, con precaución, ya que debajo existe otra capa de hielo duro y no se ve. Logramos salir de ahí y ese pequeño infierno había terminado.

En varias ocaciones tuvimos grandes resbalones, lo raro es que siempre nos sorprendía, este cerro bajo sus morrenas y penitentes guarda un enorme glaciar.

Seguimos bajando hasta llegar al camp.1 llegando 14hs. Hicimos un pequeño almuerzo, hidratamos bien, desarmamos la carpa y 15hs continuamos con el descenso. Por suerte con el horario estábamos muy bien, la idea era bajar de dia hasta el C.B y ganarle distancia al día siguiente. El tramo del C1 al CB, lo hicimos idéntico que a la ida, sabíamos que errarle nos desgastaría o inclusive no llegar, en caso de caer la noche teníamos como opción armar nuestra carpa en el camp. del balcon.

(Traducido en el atletismo, esto seria como "correr más rápido", en montaña se le llama "marchar más rápido". Algunas veces sale mejor de lo programado, otras veces no. Si esto sale bien en el atletismo seria ganarle al rival, en la montaña es ganarle a los riesgos objetivos, nose si me entiende).

Llegamos 19hs al C.B (alivio), buscamos agua de la pequeña cascada, armamos la carpa, cenamos temprano y 22hs se terminó el día, programamos las alarmas 2am, ahora sí, a dormir, aún quedaba el último tirón.

Descanso en el campamento base

¿Porqué tan temprano?

Para vadear temprano los arroyos, pero sobretodo llegar 9am al Rio Atuel. Este río luego del mediodía es casi imposible cruzarlo a pie, tal vez te deje varado de ese lado hasta el día siguiente, no era buena idea.

Ver datos del tramo aquí.

Día 5, miercoles 20 enero

Sonaron las alarmas y ya automatizados por la rutina montañera, 3am estábamos de nuevo en marcha, cambiamos el rodado, eran unas zapatillas con buen agarre y suela dura, las botas descansaban en la mochi; también descansaban todos los residuos que usamos en la ida (MONTAÑAS LIMPIAS) todo regresó con nosotros. Era duro pensar que unos metros hacia el norte. nos esparaba el frío arroyo las Lágrimas. Lo vadeamos por dónde habíamos visto el día anterior que seria más seguro, pero… cómo describir la horrible sensación de enfriamiento en los pies. Luego buscamos empalmar el sendero, y a 1:30hs de transitarlo nos cruzamos con el arroyo Barroso, bajaba bastante torrentoso a pesar de la hora (merece su respeto). Luego de unas idas y vueltas lo cruzamos, y otra vez, el tremendo frio en los pies nos arruinaba por un buen rato el placentero trekking nocturno.

La noche estaba totalmente oscura, esa madrugada la luna nos abandonó, las linternas protagonistas vengaban su ausencia, los 150 lúmenes nos permitía continuar marchando dentro de este enorme valle, bordeando el río de las Lágrimas por el sendero de la margen norte. Así nos encontraría el amanecer, caminando a buen ritmo por la montaña, y con los primeros rayos del sol cruzámos el último arroyo, que de Rosado no tenía nada. Eran las 8am y el flamante río Atuel estaba frente a nosotros, menos violento, más tranquilo, y buscándole por dónde se abren varias islitas, lo vadeamos sin problemas, hasta donde nos llegó estábamos al límite.

Cruzamos el arco de llegada, una estructura de caño pintado de color amarillo que se encuentra en la entrada del ex puesto de gendarmeria, para nosotros era como el "arco del triunfo", como si fuese una globa de maratón, la llegada se sent así, la diferencia es que no había ningún amigo o familiar esperando. Llegamos 9:00am y estábamos increíblemente solos en ese puesto abandonado. Y ahora sí, el abrazo mutuo mezcla de felicidad y tranquilidad de regresar bien. Un buen descanso y el trabajo que nos esperaba era hacer un guiso de chorizo con un buen vinito para brindar.

Tendriamos un día más para organizar nuevamente el equipo e iniciar el ascenso al Risco Plateado 4999m. por una variante nueva de su ruta "este", pero esa es otra montaña, otro relato con muchísimos condimentos de aventura...

Ver datos del tramo aquí.