Comienzos

"Siempre digo que aquel que persigue los sueños hasta lograrlos es porque realmente anheló ese sueño, entonces quisiera contarles desde el comienzo como arrancó ésta historia"





Corría el año 1994 y con 10 años de edad me enteraba por medio de mi viejo el accidente y el milagroso hecho de los jugadores de rugbiers de Uruguay, ocurrido en los Andes Australes entre Argentina y Chile. Transcurrieron 22 años cuando tuve la oportunidad de ir con un grupo de amigos y conocer el lugar de los hechos.

En esa salida del 2016 pude apreciar el imponente Valle del Atuel y la quebrada que se desprende hacia el oeste llamada el Valle de las Lagrimas, ésta se encuentra al noroeste del departamento de Malargüe en Mendoza. En esas largas caminatas entre sus quebradas, cruces de arroyo y rios; una de las tantas charlas con mi amigo Hugo Vilas eran de los cerros que nadie visitaba y algunas otras zonas que parecían inexploradas. Quedó como pendiente volver y subir el cerro Sosneado, el 5000 más austral.

Ese mismo año, unos meses más tardes tuve la suerte de pisar su cumbre junto a Mauro Schmiedt y Diego Cavassa. Desde donde primero se ve el sol, el punto más alto del cerro, pude observar en el Valle de las Lágrimas un pico sobresaliente que parecía ser una cumbre. De regreso a casa descubro que esa elevación efectivamente era un cerro llamado El Moño.

En marzo del 2017 vuelvo con Lucas Gomez al Valle Las Lágrimas, la idea era llegar hasta donde impactó el avión trepando la misma canaleta por donde se desplazó el Fairchild Hiller 227 en aquel octubre de 1972. Una vez en el filo fronterizo pude observar hacia el sur la vista del impactante Valle de las Damas y un glaciar gigante oculto por morrenas de azufre que se desprendía debajo de mis pies.

Aproveché a observar la cara opuesta del Moño (lado Chileno) una panorámica extraordinaria de su lado oeste, única cara que le pertenece al país vecino. Desde ese punto pude observar sus dos cumbres y claramente el “pico sur” era el mas alto. Me impresionó ver que desde esa cumbre se desprendía una abrupta pared vertical de 800metros aprox. desembocando en el cajón de las Damas. (casi imposible subir de ese lado). Tambien desde ahí pude ver la cara norte del Moño (lado argentino) con enormes canaletas empinadas de acarreos y en su extremo más alto muchos riscos, que tal vez no conecten….pensaba.

Desde entonces pasarían 2 años dónde fui a otras zonas de la cordillera y el cerro quedaría por ese tiempo guardado, pero nunca olvidado. Este cerro en particular llamaba mi atención, en principio me resultó extraño que nadie hablara de él, ya que es un cerro que figura su nombre en algunos mapas hace mucho, tal vez 50 años o más, cosa que nunca supe.

La explicación más acertada que encuentro del porqué nadie lo ha subido hasta la fecha; éste 4mil está oculto por otras montañas que lo tapan y no tiene visión directa de la ruta 220, único acceso desde Argentina, y del lado de Chile seguramente ocurre algo similar más su pared vertical, lo hace muy complicado de acceder a su punto mas alto. Pero tengo claro que una ves visto desde el Valle de las Lagrimas es muy apreciable a la vista humana. Regresando al final de esa quebrada casi pisando el Atuel, giré hacia atrás mirando su cumbre y en silencio dije, "tengo que volver".

Una vez en mi ciudad comencé a buscar información de ascensos anteriores y para mí sorpresa no encontré nada, pregunté a andinistas y tampoco sabían nada, algunos ni siquiera sabian dónde se encontraba, o más aún en algunos lados ni el nombre figura. Mientras iba a otras montañas, El Moño no salía de mi mente. Es ahí cuando decidí tomarme el atrevimiento y estudiar una posible ruta de ascenso por la “cara este” (lado argentino). Mientras leía en “Andeshandbook” (la guia virtual de los Andes), decía que el cerro el Moño “no posee ascensos hasta la fecha", con muchas dudas me pregunttaba si eso sería posible, pero de todas formas eso no era mi preocupación, si lo era la ruta y el plan que elegiría para subirlo, Una vez armado todo el plan de ascenso la idea era ir con alguien más. En esos días recibo una invitación de Mauro Schmiedt de subir el Risco Plateado, cerro de 4999m que se encuentra cerca del Moño más al sureste, es ahí cuando le comenté del proyecto y le dije "vamos primero al Moño y luego hacemos el Risco"...aceptó la propuesta y toda ésta locura parecía tomar forma.