Credo

Creo en el CEAPUCV como el espacio donde el sueño de niños, adolescentes y maestros se fusionan  en uno solo para convertirlos en una institución líder en el campo educativo, capaz de formar ciudadanos que engrandece el país.

Creo en la obra de Omaira Acevedo e Iván Paragautey, cuya labor transcendental constituyen un icono de nuestro colegio.

Creo en el APUCV y el IPP cómo órganos rectores de esta institución.

Creo en el preescolar teñido de color rojo y sus espacios ambientales, manifestación de inocencia y libertad.

Creo en la primaria y en el alba de su uniforme que expresa resplandor y la pulcritud de la niñez.

Creo en el bachillerato y en su espíritu rebelde creativo, transformador y soñador que vislumbra el éxito profesional.

Creo en nuestros docentes que hacen de esta profesión un apostolado que se convierte en placer y pasión en pro de mejorar la calidad de vida de nuestros estudiantes.

Creo en su personal administrativo y de servicio cuyas destrezas profesionales contribuyen al desarrollo organizacional.

Creo en la biblioteca y el legado de Mercedes Rodríguez donde el conocimiento fluye como agua de la mejor fuente.

Creo en el patio verde, el parque y el gimnasio en donde pequeños gladiadores luchan para convertirse en los mejores guerreros para la vida.

Creo en la cancha donde los muchachos practican deportes acariciando la esférica como si fuese su anexo y en cuya rampa nacen esos primeros cortejos amorosos propios de nuestros adolescentes.

Creo en el comedor y su gran equipo dirigido por Jacquelin que todos los mediodía nutre nuestros organismos del mejor alimento y cuya receta es compartir, amor y sazón.

Creo en el servicio médico y todo su personal pendiente de nuestra salud de manera magistral.

Creo en el departamento de reproducción donde podemos copiar el conocimiento legítimamente.

Creo en transporte cuya nave amarrilla conducida por Ricardo nos garantiza la presencia en el colegio.

Creo en la entrada de la institución en donde el amigo Alejandro Fuentes hace de este lugar el espacio que complementa el proceso educativo.

En fin, creo en el CEAPUCV como mi segundo hogar parte de mi estabilidad personal y laboral, lugar lleno de alegría, vida esperanza, risas, cariño, amor y muchas cosas tan increíbles que no las podría escribir en miles de hojas de papel. 

Prof. Tito Calderón