Mojar tus manos con agua.
Tomar el jabón con ambas manos.
Frotar suficiente jabón en las manos y dejarlo en su lugar.
Frotar las palmas de las manos sin tocar el agua.
Frotar los dedos y pulgares.
Frotar las uñas en las palmas de las manos.
Frotar la parte posterior de cada mano.
Abrir la llave del agua y enjuagar con agua limpia.
Tomar la toalla y secar perfectamente las manos.