“El Catedrático” es una obra de ficción que narra la historia de un catedrático que va ahondando su cooperación con la empresa hasta decidir abandonar la universidad y convertirse en un ejecutivo de éxito. Pero el mundo en el que vive no es exactamente el mundo que él ve. El asesinato del director de su empresa le complicará la vida y le hará descubrir que no todo es como parece. Su rutilante carrera terminará de forma inesperada como empleado de limpieza de un bar de San Francisco. El libro comienza por este final y va reconstruyendo la historia que lleva hasta ese punto. 

            Se trata de una novela de intriga en la que los personajes tejen una red de relaciones compleja y asimétrica, en torno a intereses económicos, cuyos resultados no terminan siendo los que esperaban. La historia gira en torno al tema de cómo las pequeñas renuncias a los principios pueden hacerse acumulativas y llevar a un punto de no retorno en el que esos principios dejan de contar.

La idea de esta novela surge de una anécdota, un anuncio de prensa en el que un profesor, doctor en derecho, ofrecía servicios de compañía, indicando que era una persona culta, amable y que hablaba varios idiomas. Lo estrambótico de aquel anuncio hizo que se quedara remoloneando en mi cabeza durante tiempo. Así que empecé a pensar cómo sería la vida de un profesor universitario que ofreciera servicios de compañía o de asesoramiento. A partir de ahí fue creciendo una historia en la que este profesor poco a poco va siendo absorbido por esa actividad complementaria, hasta el punto de dejar la universidad. Supongo que mi afición a la novela negra ha hecho que la narración derive hacia ese género, que no formaba parte del plan inicial.

Los policías napolitanos que aparecen en esta novela son los protagonistas de otros dos relatos que guardo en un cajón a la espera de ser publicados, en lo que en mi imaginario es una serie a la que llamo “Los casos de Sila”, el nombre del comisario. 

Este libro es una colección de ocho relatos cortos que tienen en común estar ambientados en la ciudad de Sevilla. Nos asoman a las bondades y miserias de nuestra vida cotidiana, con una mirada irónica.  

Comienza el libro con un caso de sojuzgamiento maternofilial que no acaba bien (Pobre Juanito), para seguir con el incidente urbano provocado por unas zapatillas de deporte ausentes (El efecto mariposa). El tercer relato nos cuenta una disputa por el liderazgo en una cofradía, con resolución inesperada entre Sevilla y Madrid (Tintos de verano). Los tejemanejes de una caja de ahorros en momentos de crisis y sus víctimas colaterales son el objeto del siguiente cuento (Paquiro). “Hígados al brandy”, el cuento que da título al libro, narra la creativa melopea de un abogado que aspira a jubilarse a lo Clint Eastwood con la complicidad del camarero. En “Un desgraciado accidente” se presenta la historia de un ajuste de cuentas de importación, con un director de banco demasiado ambicioso como protagonista. El siguiente relato se refiere a un profesor de historia a quien su ordenador le salvó la vida y le hizo rico mientras se ocupaba de estudiar el Siglo XIII (MacBook shot). El libro se cierra con la exploración sobre los viajes en el tiempo de un periodista especializado en divulgación científica, con la colaboración de un médico sevillano aficionado a la física (La Hipótesis M2).