El consumo de aguardiente, al igual que otras bebidas alcohólicas, puede tener efectos significativos en la salud. Es esencial comprender estos efectos y practicar un consumo responsable para minimizar riesgos.
Sistema Cardiovascular: El consumo excesivo de alcohol puede provocar miocardiopatía (debilitamiento del músculo cardíaco), arritmias, hipertensión arterial y aumentar el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Hígado: El abuso de alcohol puede causar enfermedades hepáticas como la cirrosis y la pancreatitis.
Cáncer: Existe una asociación entre el consumo de alcohol y un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer, incluyendo los de boca, garganta, esófago, hígado, colon y mama.
Sistema Nervioso: Incluso una o dos bebidas pueden afectar el equilibrio, la coordinación, el control de los impulsos, la memoria y la toma de decisiones, aumentando el riesgo de lesiones.
Para reducir los riesgos asociados al consumo de alcohol:
Límites Diarios:
Hombres: No más de 2 tragos al día y un máximo de 14 por semana.
Mujeres: No más de 1 trago al día y un máximo de 7 por semana.
Pautas Adicionales:
No consumir alcohol en días consecutivos.
Intercalar bebidas alcohólicas con no alcohólicas.
Evitar que el consumo de alcohol sea la actividad principal en reuniones sociales.
Alimentos: Comer antes y durante el consumo de alcohol puede ayudar a reducir su absorción y efectos.
Adoptar estas prácticas promueve una relación más saludable con el alcohol y ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo.