Sima la Cierva

HISTORIA DE LA EXPLORACIÓN


La Sima de la Cierva, conocida desde antiguo por los pastores, nos la indicó el señor Felipe, pastor de toda la vida y ahora jubilado, a quién agradecemos la colaboración prestada al enseñarnos las cavidades que conoce. No está reflejada en el “Catálogo de cavidades de Guadalajara”.Fue visitada por otros grupos en los años 70 a 85, sólo en sus primeros 57 metros. Se encontraba con una deficiente instalación a base de spits.

En los primeros meses del año 2003 el Grupo de Espeleología Abismo ha reexplorado la cavidad, desobstruyendo varios pasos clave, el primero a -40 metros y otros en el acceso al P-30 y en el meandro de acceso al segundo P-17; topografiando e instalando, con parabolt M-10 y spit M-8, completamente la sima; convirtiéndose ésta en la de mayor desarrollo vertical de la provincia de Guadalajara, con 153 metros de profundidad.

Se encuentra dentro del término municipal de Villanueva de Alcorón (Guadalajara), que junto al Parque Natural del Alto Tajo conforma un bello paisaje de pinos, sabinas, enebros y algunas jaras, junto con la fauna que aquí habita, como el ciervo, jabalí, corzo, zorro, liebre y distintas especies de aves; conformando un ecosistema maravilloso que cualquier amante de la naturaleza no dejaría de visitar.

RASGOS GEOGRÁFICOS

La cavidad está en el noroeste de la gran Muela de La Serrezuela. Zona representativa del karst del Alto Tajo, limitada por los cortados del cañón del Tajo por el norte y por las hoces del Guadiela por al sur. El terreno, de escaso relieve, se ve accidentado por numerosas dolinas de diámetros y profundidades muy variables, en cuyos fondos se asientan algunas de las simas.

En la vecindad de sima La Cierva se abren las simas: Bustal I, II y III, La Raja, Bocaquemada, Horna, Manuel Mozo y la del Rumbo, entre otras de menor profundidad. A 6,5 km. al SE de éstas se hallan las de Juan Herranz I y II, Z-3, Z-6 y las Alfas I y II, entre otras, ya en el termino de Valsalobre. Todas ellas se desarrollan a favor de las dolomías masivas y calizas dolomíticas del Turonense (Cretácico) y solo las más profundas alcanzan el tramo basal de transición hacia el piso Cenomanense (Cretácico), constituido por una serie alternante de estratos decimétricos a métricos de dolomías, calizas dolomíticas y arcillas.


APROXIMACIÓN

Se encuentra en un claro de sabinas, dando vista a un frondoso conjunto de pinos de fácil localización (lugar conocido por las gentes del pueblo como "La Pinochá”). La boca se abre en el fondo de una valleja descendente, bajo una pequeña plataforma caliza en el fondo de una suave dolina, que hace de sumidero en tiempo de lluvias fuertes.

Se accede hasta la cavidad desde Villanueva de Alcorón, siguiendo la carretera hacia Peñalén CM 2101 y tomando a la derecha en el Km. 1.800 (contado desde la gasolinera), pasando sobre un puente que salva un arroyo. Desde este punto se continúa durante 3,9 km. (dejando a la derecha casi a mitad de camino 2 parideras separadas entre sí por unos centenares de metros, y dejando varios carriles a derecha e izquierda). Una vez aquí se deja la pista, tomando un carril muy poco marcado a la izquierda durante 100 m., se abandona el carril tomando una senda marcada con piedras sueltas en dirección Norte unos 800 m. La cavidad se encuentra bajo una de las sabinas más frondosas del entorno.

DESCRIPCIÓN


La cavidad es principalmente vertical, desarrollándose a favor de una diaclasa de dirección N290º, la misma en la que se alinean los pozos, quedando unidos entre si por salas y galerías de dimensiones más o menos cómodas, que siguen esta misma dirección, a excepción del meandro que comienza en la base del P-30 que gira 90º hacia el sur, para alcanzar la cabecera del segundo P-17, el cual supone el inicio del mayor desarrollo vertical de la cavidad, ya que a este P-17 se une un P-52, haciéndose más evidente la circulación de agua, si bien esta actividad hídrica desaparece entre los impenetrables bloques del fondo de la sima. Se hace imposible la continuación a través del meandro final.

P-40.- A la sima se accede instalando una cuerda de 65 m. desde una sabina como anclaje natural y como aproximación a la embocadura de la cavidad, conectando con un spit, como inicio de un pasamanos hasta un parabolt M-10, a 3 metros por debajo de éste se encuentra la cabecera en el frontal, instalada con 2 placas parabolt M-10 próximas entre sí. Entre la cabecera y el fondo hay un fraccionamiento a 25 m.

Este primer pozo presenta una morfología ovalada ó fusiforme, tiene en su inicio una dimensión de unos 2 x 1,5 m., ensanchándose paulatinamente hasta la base donde se desarrolla una sala de modestas dimensiones. Desde la pequeña sala de la base se accede, por el noreste, a otra pequeña sala ascendente de una altura de 10 metros aprox. con algunas formaciones en su derecha, Por el norte se va, destrepando un poco, a una gatera que termina cerrándose.

P-17.- Está entre base del P-40 y la gatera, para acceder a él hace falta una cuerda de 25 m., realizando un anclaje natural, luego a un spit en la roca del suelo y después a un parabolt M-10 en la bóveda de techo buscando la vertical del pozo, el cual se alarga y estrecha en su base volviéndose impenetrable.

P-31.- Al suroeste de la base del P-40 se desciende por una gatera entre bloques a una galería cómoda hasta llegar a una sala de la que parte la cabecera del pozo, a la derecha de la misma. Con una cuerda de 35 m. se instala un pasamanos a la izquierda antes de llegar al pozo, para poder cruzar sobre él y alcanzar la cabecera instalada con dos parabolt M-10., pudiendo bajar de una tirada hasta unos bloques encajados. Este pozo se alarga y estrecha hasta hacerse impenetrable varios metros por debajo de los bloques. Es en este punto donde, en dirección este, una grieta arroja una estimulante corriente de aire, que podría suponer la unión con la base del siguiente P-30.

P-30.- El acceso se hace desde el pasamanos del P-31, que si no se va a descender bastaría con una cuerda de entre 5 o 6 m. En dirección oeste, descendiendo por una galería inclinada de techo bajo, tras varios metros zigzagueando se llega al punto donde se ha desobstruido la rampa de la cabecera del pozo, hay que asomarse con cuidado porque la cabecera se localiza justo detrás de un bloque, las placas de anclaje se encuentran a la derecha detrás de ese bloque. Una vez aquí hay un fraccionamiento en el frente, tras pasar un paso estrecho, que se desobstruyó. Esta diaclasa se desfonda lateralmente desviándonos en dirección oeste para separarnos de la estrechez. A 4 m. del paso encontraremos en la pared norte un parabolt M-10; a dos metros bajo éste encontramos la vertical hasta un bloque, aquí existe otro fraccionamiento seguido de un desviador, que instalaremos con un cordino de 1 m. para separar la cuerda del roce. Desde este punto se desciende por una oquedad a un lado del bloque llegando a los pocos metros a la base del pozo.

La base es una sala con un pozo ascendente en la cara norte (se ha escalado varios metros hasta hacerse impenetrable) y un meandro descendente que nos acerca al segundo P-17. En este meandro se ha desobstruido en varias zonas, para poder avanzar por él con cierta incomodidad, ya que a veces nos obliga a arrastrarnos.

P-17.- Al final del meandro hay una pequeña sala, desde donde comienza el pozo. Nos acercamos a su cabecera, con un pasamanos, que se inicia en un anclaje natural, llegando a los dos parabolt M-10 de la cabecera del pozo. Desde esta cabecera y con cuerda de 40 m. se desciende hasta la base que es una repisa, nos encontramos con un fraccionamiento a nuestros pies, que nos facilita el acceso sobre una rampa inclinada que divide dos pozos (este y oeste).

P-52 (Oeste).- Si desde la rampa nos dirigimos al oeste, comienza la instalación de un pasamanos, que nos acerca a una nueva cabecera. Se usa una cuerda de 60 m. desde el pasamanos a la cabecera y se desciende (con cuidado a los 20 m. ya que existe un filo de roca a nuestros pies) hasta un fraccionamiento con dos parabolt M-10 a 25 m., cambiando la tónica de pozo a diaclasa y otro a 20 m. más abajo, llegando hasta la base del pozo.

P-52 (Este) .- Pero si en la rampa nos dirigimos al este, se instalará un pasamanos hasta un parabolt M-10 en el techo. A partir del cual descendemos a una pequeña repisa para coger la cabecera con un reaseguro a la derecha. Existen dos fraccionamientos más a 11 y 30 metros. Desde la cabecera este pozo asciende una decena de metros terminando en 2 chimeneas ciegas. El pozo presenta una sección circular, en la que se aprecian claramente los estratos calizos.

En la reequipación del 2010, no se modifica la instalación del P-52 (Este),

recomendable no usar.


El fondo, común a los dos P-52, son bloques, haciendo a la estrecha galería impenetrable a los dos lados, tras recorrer varias decenas de metros. Un destrepe de varios metros nos lleva hasta el fondo de la cavidad, la cual se cierra con bloques más o menos grandes sin posibilidad de bajar la cota (de momento), actualmente en 153 metros.

REFERENCIAS

La exploración de la sima La Cierva y esta publicación han sido posibles gracias a la iniciativa de Fernando Henche y sus imprescindibles informes, al buen trabajo topográfico de Eduardo Marín y Ángel Sánchez, tanto en la exploración como después sobre la mesa y al esfuerzo de sacrificados espeleólogos-as en la desobstrucción de ciertos pasos, permitiéndonos alcanzar esos bellos y largos pozos a 153 metros de profundidad.

COORDINADOR: Fernando Henche

TOPOGRAFÍA: Eduardo Marín y Ángel Sánchez

COLABORADORES: Héctor Rodríguez, Benjamín Rebollo, Francisco Mínguez, Raúl Leal, Trini De las Heras, Nacho Gutiérrez, Valentín García, Carlos Manzanal, Miguel Pariente, Juan Carlos Tomás, Salvador Calvo, Paco Toquero, Gloria Moreno, Mónica Posada, Manuel Fuentes, Paco Cuesta, Nacho Hierro y Jesús Foguer.