El Club Abismo nace en Guadalajara en 1991 con el objetivo de practicar la actividad espeleológica, tanto en su faceta eminentemente deportiva (visitas a cavidades y barrancos), como en la de exploración (catalogación y documentación de cavidades), formativa (cursos) y divulgativa (publicaciones y actividades cara al público).

Tras varios cursos de iniciación y la ampliación del grupo en cuanto a socios, con un rodaje ya estable en cuanto a actividades de visita en cavidades horizontales y verticales, en 1993 se iniciarían los primeros trabajos de exploración en zona, tomando oficialmente tres zonas dentro de la provincia, en Tamajón, Poveda de la Sierra y la cueva de la Hoya del Castillo (Taravilla).

A lo largo de los siguientes años se obtendrían resultados interesantes en ellas, y por circunstancias algunas serían abandonadas, mientras surgían otras. Esta actividad de exploración ha sido continuada hasta la actualidad, momento en el que el Club mantiene dos zonas activas de exploración, la de Tamajón, en la que los trabajos están a punto de acabar tras más de 20 años, y otra en las parameras del Alto Tajo, con resultados muy prometedores.


Exploraciones

Simultáneamente a la actividad deportiva y lúdica, los trabajos de exploración dotan a los socios de otras experiencias, formándose en aspectos más propios del perfeccionamiento (equipación de nuevas cavidades, topografía espeleológica, etc.).

La exploración, por otra parte, además de aumentar el conocimiento sobre las cavidades en las áreas trabajadas (en el centro peninsular y también en otros territorios), de vez en cuando ofrece como fruto cavidades con gran interés deportivo o científico, destacando el caso de la sima de la Cierva, cuya reexploración dio lugar a su ampliación hasta convertirse en la cavidad más profunda de la provincia de Guadalajara con 153 metros de profundidad. Algo similar ocurrió con la cueva de la Hoya del Castillo, cuya exploración permitió duplicar su desarrollo conocido, tratándose hoy de la tercera cavidad más larga en la provincia y que supera el kilómetro en desarrollos.

Además de las mencionadas, más notables, infinidad de cavidades con menores dimensiones pero no por ello carentes de valor por su potencial interés para diversas disciplinas científicas (aspectos biológicos, geológicos, arqueológicos, etc.).


La actividad deportiva

Podemos decir que la actividad del club se orienta en gran medida a la faceta deportiva pero íntimamente relacionada con la exploración y documentación de cavidades, así como la formación de nuevos espeleólogos, no pudiendo aislarse unas de otras.

Las visitas a cavidades y barrancos constituyen actividades vitales para mantener el ánimo e ilusión de los espeleólogos, a la par que aumentan su experiencia y capacidad física, perfeccionando a las nuevas generaciones. En ese sentido, son casi continuas las actividades, tango en el entorno cercano (centro peninsular), como en las grandes cavidades del norte (Cantabria y cercanías), visitando también, más ocasionalmente, cavidades en otros territorios, como pueden ser la costa mediterránea, Andalucía, Extremadura, Baleares o Canarias. Incluso, de modo más puntual, se han llevado a cabo actividades en el extranjero.


El plano formativo

Podemos decir que la actividad del club se orienta en gran medida a la faceta deportiva pero íntimamente relacionada con la exploración y documentación de cavidades, así como la formación de nuevos espeleólogos, no pudiendo aislarse unas de otras.

En la actualidad el club integra 40 socios, pero a lo largo de su historia han estado en sus filas 272, y tan sólo unos pocos permanecen como miembros desde sus inicios, estando constituido en la actualidad mayoritariamente por nuevas generaciones. Cabe deducir, por lo tanto, que sin actividades formativas y la adecuada difusión de la actividad espeleológica, probablemente el club desaparecería.

A lo largo de todos estos años han sido 15 cursos de iniciación a la espeleología, y 5 de perfeccionamiento (uno de ellos de topografía espeleológica, recientemente acabado), los impartidos. Prácticamente se lleva a cabo, en promedio, uno cada dos años.

Cabe mencionar, en relación directa con la formación de nuevos espeleólogos, que el club Abismo ha contribuido a la equipación y preparación de paredes exteriores para las clases prácticas (primero en Buendía, luego en Viana de Jadraque), así como en algunas de las cavidades verticales utilizadas como escuela.