Ciencia

Abismo y Ciencia: Biología subterránea

 

La espeleología es una disciplina con muchas facetas, que aúna el deporte, la aventura y el interés por la exploración con ciencias como la geología, arqueología, paleontología, la biología y la conservación, entre otras. En el Club Abismo lo sabemos bien, y siempre hemos tenido presente la importancia de realizar actividades de exploración, y de colaborar con investigadores de diversas disciplinas que trabajan en la provincia de Guadalajara. Además, varios de nuestros compañeros y compañeras del Club Abismo son gente apasionada por la ciencia que se dedican a ella de uno u otro modo, y que enfoca parte de sus actividades espeleológicas como un medio para su trabajo.

En esta entrada vamos a hablar brevemente de una línea de investigación que está empezando a tomar forma dentro del Club Abismo: la Biología Subterránea, o Bioespeleología.

El término “Bioespeleología” tradicionalmente hace referencia al estudio de la vida en las cavidades. Es decir, al estudio de su diversidad animal, vegetal, fúngica y bacteriana, de sus interacciones, de su conservación, de su historia evolutiva, etc. En las últimas décadas, se ha ampliado el horizonte de la vida subterránea más allá de lo que llamamos “cuevas”, incluyendo redes de espacios o microcavernas muy pequeñas, incluyendo aquellas de pocos milímetros en suelos profundos, pero también redes de espacios entre depósitos rocosos en canchales y otros ambientes similares. Por ello, cada vez se usa el término “Biología Subterránea” más que el término “Bioespeleología”.  Dicho de otro modo, no solo hay vida en las cuevas en las que cabe un espeleólogo, sino que hay vida subterránea y especies adaptadas a muchos tipos de ambientes subterráneos de diversos tamaños y orígenes.

Aunque parezca sorprendente después de más de un siglo de exploraciones en las cuevas y simas de la península ibérica, su diversidad biológica apenas se conoce. Algunas regiones han sido más estudiadas, como los Pirineos, la cornisa cantábrica, y más recientemente el sistema bético, pero tenemos un gran vacío de conocimiento de la diversidad en las cuevas y simas del centro peninsular. Por otro lado, también algunos grupos taxonómicos han recibido más atención que otros. Desde el Club Abismo, estamos empezando a impulsar el estudio de la fauna (principalmente de invertebrados, los más desconocidos) de las cuevas de la zona centro peninsular. Esto es una iniciativa incipiente del firmante de la presente nota, el Dr. José D. Gilgado, miembro de Abismo y profesor e investigador de la Universidad de Alcalá, pero que no sería posible llevar a cabo sin el entusiasmo y la colaboración del resto de miembros del Club Abismo.


Para ilustrar el potencial de las cavidades de la zona centro vamos a hablar de unos de sus muchos habitantes, los comúnmente conocidos como “milpiés”. Recientemente, he publicado un trabajo en la revista Ecosistemas, en el que hago una revisión de todo lo que se ha publicado, es decir, de todo el conocimiento disponible, sobre los milpiés del medio subterráneo en la península ibérica e islas baleares. Este trabajo se ha centrado en las especies “troglobias”, es decir, aquellas que solo viven en el medio subterráneo, porque se han adaptado a vivir en estos espacios y ya no pueden vivir en la superficie. En este trabajo se muestra un mapa, en el que se señalan en un cuadrado amarillo todas las zonas en las que hay cuevas con registros de milpiés “cavernícolas” (Figura 1). 

En este mapa se puede observar que en toda la zona centro, Sistema Central y Sistema Ibérico, no hay registros de milpiés subterráneos. Pero… ¿Por qué? ¿Es que no hay milpiés subterráneos en esta región? ¿o es que no se han estudiado nunca? Pues algunas exploraciones prospectivas (Figura 2A-C) han resultado en el hallazgo de algunas especies, actualmente bajo estudio, que parecen indicar que simplemente no se les ha prestado suficiente atención. Un ejemplo es este milpiés troglobio encontrado recientemente en una sima del norte de Cuenca (Figura 2D), que supone un registro novedoso que será publicado en un futuro próximo. 

La línea de trabajo conjunta  (Universidad de Alcalá y Club Abismo) que se abre ahora no se centra solo en los milpiés, sino que se está empezando una colaboración con investigadores de otras universidades y especialistas en otros grupos taxonómicos de invertebrados (arañas, escarabajos, colémbolos, dipluros, etc.). De este modo podremos tener una idea general de qué fauna habita nuestras cavidades, para poder llenar ese vacío de conocimiento sobre unas especies tan interesantes y desconocidas en nuestra región.

 

José D. Gilgado