Algunas de las desventajas de la arquitectura cliente - servidor, son:
Costos elevados en el servidor: Los servidores requieren hardware robusto, almacenamiento y sistemas de respaldo, lo que puede ser costoso en términos de instalación y mantenimiento.
Punto único de falla: Si el servidor falla, todos los clientes se ven afectados, lo que puede interrumpir el servicio completo si no se implementan redundancias o servidores de respaldo.
Sobrecarga del servidor: Un servidor sobrecargado por demasiadas solicitudes simultáneas puede disminuir el rendimiento del sistema y causar tiempos de respuesta lentos o fallos.
Dependencia de la conectividad: Tanto los clientes como el servidor dependen de una red estable para la comunicación. Si la red falla o tiene baja velocidad, la comunicación se verá interrumpida.
Mayor complejidad en la implementación: La configuración inicial del servidor puede ser compleja y requerir un mayor conocimiento técnico para su correcta administración y optimización.
Latencia en la comunicación: En entornos distribuidos o redes de baja calidad, puede haber latencia en las comunicaciones entre el cliente y el servidor, lo que afecta la experiencia del usuario.
Carga de seguridad: Aunque la seguridad puede centralizarse, esto también significa que el servidor se convierte en el objetivo principal de los ataques. Se requieren sistemas robustos de seguridad para proteger los datos almacenados.
Complejidad en la sincronización: Si varios clientes acceden simultáneamente a los mismos recursos (por ejemplo, una base de datos), la sincronización de datos puede ser compleja y propensa a errores si no se implementa correctamente.