El desarrollo de los estudios de la tecnología, desde diferentes ámbitos de las Ciencias sociales, da lugar a distintos enfoques o perspectivas. Dentro de los enfoques descriptivos, e inserto en la orientación constructivista, Thomas P. Hughes desarrolla su concepción de los sistemas tecnológicos. Su punto de partida es la tradición histórica del análisis de la tecnología, cargada de supuestos deterministas. Hughes, aunque heredero de ellos, se propone superarlos explícitamente. Del mismo modo, su asunción de una visión sistémica a partir de elementos heterogéneos integrados en red, acerca su teorización a las concepciones constructivistas. Su intención es a la vez trascender el determinismo tecnológico sin caer en un constructivismo ortodoxo. Thomas P. Hughes a partir de su concepción de los sistemas tecnológicos, pretende dar cuenta de los periodos, no sólo de cambio sino de los de estabilidad y declive, de los procesos de innovación tecnológica. La unidad de análisis de la que parte, es el sistema tecnológico. Concibe éste como: un conjunto de componentes heterogéneos, desde artefactos físicos, organizaciones, componentes incorpóreos de tales organizaciones, dispositivos legales y recursos naturales integrados en una red. Los componentes se encuentran interconectados en una red de relaciones, controlada por un sistema central. Este control se ejerce para optimizar el sistema, el desempeño del mismo y dirigirlo hacia sus metas. Los límites del sistema se definen en función de lo controlable por el mismo, por lo que lo social no es el entorno de lo tecnológico. Estos sistemas se establecen y desarrollan mediante: la inversión de recursos económicos, habilidades prácticas y formas organizativas, y no como un proceso natural y necesario, argumento común desde la perspectiva determinista. Para Hughes el desarrollo de los sistemas tecnológicos puede caracterizarse a partir de distintas fases. Estos diferentes periodos en los que estructura su evolución, tienen más bien un carácter pedagógico, analítico y expositivo, pues las interconexiones entre ellos no permiten delimitar con toda nitidez, cada una de estas fases, cuando el esquema se aplica empíricamente a cada uno de los ejemplos concretos, de diferentes procesos de innovación y desarrollo tecnológico. Pero como herramienta metodológica tiene un gran potencial, ya que a su vez es fruto del análisis empírico e historiográfico.6 Al respecto, Hughes distingue fundamentalmente tres fases – en otras ocasiones y análisis concretos las desagrega en cinco- en el desarrollo de los sistemas tecnológicos, respecto a cada una de las cuáles, destaca el protagonismo de la acción social, de diferentes grupos.
Fases del desarrollo de los sistemas tecnológicos por Hughes
Fases del desarrollo de los sistemas tecnológicos: invención, desarrollo de innovación, transferencia, crecimiento, competición, consolidación (creación de una “cultura tecnológica”) y estabilización Además de este recurso analítico, Thomas P. Hughes pone de manifiesto, que esta nueva perspectiva que pretende dar cuenta no sólo de los periodos de innovación de las tecnologías, sino de los de estabilidad y declive, tiene la necesidad de nuevas herramientas y conceptos metodológicos. A este respecto dos sus aportaciones más destacadas: las nociones de inercia/momentum y saliente inverso o contrasaliente.