Des-enterrar (en Cali)

                                                                                    Fotos: Pajarito (John James Urrego Gercía)

Agradecimientos: Teatro La Concha, Jorge Zabaraín, Teatro Nephila (Francisco Sierra, Jonhatan, ...), Emma Carmona, Wiliam Ruano, Lucía Amaya, Leandra, Andrea Ascuntar, Pajarito, Mario Ortiz, Alejandra, DADAvid Ortiz, Andrés Zapata, entre otros.

Performance Nominado al Premio India Catalina al Mejor Videoarte en el marco del 52° Festival Internacional de Cine de Cartagena FICCI. Re-adaptado y re-planteado de tal forma que hizo partícipe y fundamental el espacio específico: fuente de agua del Centro Cultural de Cali y el contexto histórico de la ciudad de Cali.

Sobre la fuente se proyecta un video.

[Primera imagen] Este video empieza con una ilustración de un recorte de prensa que capturó mi atención al visitar el Museo de la Memoria de Trujillo, empiezo registrando unos claveles sobre un ataúd, la cámara baja al ataúd semi-abierto y sobre el costado dice: “Si mi sangre contribuye para que en Trujillo amanezca y florezca la paz que tanto estamos necesitando gustosamente la derramaré”, eran palabras del padre Tiberio Fernández Mafla a quien precisamente el día en que llegué a Trujillo (17 de abril de 2010) conmemoraban  su muerte (en otro recorte de prensa decía que su cuerpo fue hallado sin cabeza, sin manos y sin entrañas) y en el que filmé decían también que su tumba había sido profanada para generar terror en los sobrevivientes y familias de las víctimas, los demás recortes de prensa expuestos en el Museo de la Memoria eran escabrosos, sin embargo, intermitentemente sobre las paredes aparecían poesías dedicadas a los desaparecidos o frases sobre la importancia de no silenciar tanta injusticia, también fotografías de muchos rostros de personas que seguían desaparecidas.

[Segunda imagen] Junto al Museo de la Memoria se encuentra el Parque Monumento de Trujillo, el cual fue hecho comunitariamente por los familiares de los “vencidos” sin poder enterrar los cuerpos pues muchos de ellos yacen en el río Cauca, allí registro en video una acción de acompañamiento a los muertos al enterrar coágulos de mi sangre menstrual, levanto la cámara y registro una panorámica del pueblo de Trujillo y del cementerio (Parque Monumento).

Sobre la fuente del Centro cultural de Cali flotan flores recogidas días anteriores del Cementario Central, Cementerio Siloé, Jardines del Recuardo y de la Aurora, algunas flores secas y marchitas, otras sintéticas y sucias, estructuras metálicas oxidadas que sostienen cruces y corazones de un material blando que permite enterrar diversas flores, cada una de esas flores fue desechada por familiares que renuevan los arreglos florales de sus muertos, dejándolas en el suelo o en la caneca, a la intemperie, para que el tiempo las carcoma, dejándolas a la deriva, sin dueño y sin nombre. El agua de la fuente corre y suena a cascada y corriente de río, inevitablemente pienso en el río Cauca que recibe en sus aguas “flores” sin nombre, envueltas en alambre, sujetadas a piedras, perforadas, mutiladas,  frías e inertes.

Extiendo de lado a lado de la fuente un alambre de púas, apenas ésta es la punta de un enjambre de alambre nuevo (puesto que lo mínimo que venden son 200 metros porque generalmente es usado para cercar grandes hectáreas de tierra, por ende usado por los terratenientes). Las flores recogidas días anteriores de los cementerios de Cali son colocadas sobre el agua de la fuente, flotan y arranco algunas de ellas para incrustarlas en el alambre de púas, las púan la perforan, la hieren.

Posteriormente me siento en el centro de la fuente bajo mi vestido dejando mi torso desnudo y tensiono el vestido-telón-soporte con mis dedos de los pies y mis manos, levanto las piernas de tal manera que la proyección y el video realizado en Trujillo aparece en mi falda-telón y en mi cuerpo.

Permanezco un tiempo allí como cuerpo-telón sobre 1) el recorte de las palabras del padre Tiberio Fernández Mafla respecto a la Masacre de Trujillo y la violencia armada que se vive allí, 2) el entierro de mi sangre en el cementerio (Parque Monumento) y el panorama del pueblo de Trujillo desde el mismo lugar, luego me lanzo al "redondel" de agua de la fuente que me permite nadar, mientras nado el vestido se desliza y desaparece en el agua.