La huella ecológica de la ciudadLa huella ecológica es la superficie de planeta necesaria para producir una cantidad de recursos y para alojar los residuos producidos. Se puede calcular la huella ecológica de una persona o de un país, aunque la más reveladora es la de las ciudades. Es en ellas donde se libra la batalla a favor de la sostenibilidad y en contra del cambio climático, ya que representan el 80% de las causas del deterioro del planeta.
El concepto de huella ecológica es muy útil para percibir el impacto global de nuestras ciudades, muy alejadas de la autosuficiencia, heterotróficas y procesadoras de energía a un nivel muy por encima del que otros ecosistemas necesitan para su funcionamiento. Las ciudades son no autosuficientes respecto a la mayoría de recursos que consumen, esto es que la materia que entra la extraemos de otros ecosistemas, y los residuos… también los mandamos fuera, es decir, generamos daños y no los reparamos y además lo hacemos a una velocidad tan alta que la Tierra sola tampoco puede asimilarlos. La obtención de la huella ecológica es el resultado del estudio de los flujos de materia y energía que circulan por un territorio, y sus unidades son hectáreas de territorio productivo por habitante y año (ha/hab/año). De cualquier forma, al calcular la huella ecológica de una ciudad debemos pensar también en los daños indirectos como son la disminución de biodiversidad que genera el consumo de materia y energía y su contribución al calentamiento global de la atmósfera. La huella ecológica pone de manifiesto que vivimos del expolio del capital natural y es un buen indicador de nuestra insostenibilidad.
REPORT THIS AD
La huella de mayor superficie del mundo la tiene EEUU con 9,6 hectáreas por habitante, a pesar de que los cálculos sobre huella ecológica global indican que 2,1 y 1,8 ha/hab es la máxima que deberíamos producir para no agotar los recursos del planeta. La media actual ya la ha superado, el mundo tiene una huella de 2,81 ha/hab. La huella ecológica de Andalucía, así como de diferentes capitales de provincia está entre 3 y 5. La huella ecológica de la ciudad supera siempre con creces su propio territorio, a este ritmo de consumo necesitaríamos más de un planeta para abastecer nuestras actuales “necesidades”. Pero solo tenemos uno. La pura lógica nos lleva a ver que es necesario ajustar el consumo de recursos y la producción de residuos de forma que esa huella se correspondiese con su territorio, lo cual solo es posible en un escenario de reducción y rechazo de ciertas formas de desarrollo y consumo.
Y ahora que ya lo has leído todo…. ¿ves clara la relación entre el medio ambiente y la economía? Próximamente….
Aumento de la huella ecológica con los años
FUENTE: CIUDAD Y CAMBIO CLIMÁTICO (M.E FIGUEROA & L.M SUÁREZ-INCLÁN)
Trabajo Huella Ecológica.
Concepto de Huella ecológica.
Evolución de la conciencia ecológica.
Cálculo de la huella ecológica.
Huella Ecológica de nuestro centro
Acciones de concienciación y de compensación.
Este trabajo será presentado a otros miembros de la comunidad Escolar y en concreto a alumnos de 3º de ESO
https://www.wwf.es/nuestro_trabajo_/informe_planeta_vivo/huella_ecologica/
Ejemplo de indicadores para el cálculo de huella ecológica en una empresa
http://reutilizayevitaco2.aeress.org/
https://issuu.com/aeress/docs/13339_dossier_calculadora_de_carbon reusar compensación
https://www.lineaverdemunicipal.com/consejos-ambientales/reduce-tu-huella-ecologica.pdf
CLAVES PARA ENTENDER LA HUELLA DE CARBONO
Cada uno dejamos una huella de carbono (CO2) en el planeta según el consumo y los hábitos diarios. ¿Quieres saber cuál es la tuya?
La huella de carbono es la cantidad de emisiones, de gases de efecto invernadero, que produce el ser humano al fabricar un producto o realizar sus actividades diarias, es la huella que deja nuestro paso en el planeta. Se expresa en toneladas de CO2 emitidas.
Mide tu huella de carbono
Así, cada uno de nosotros deja una huella de carbono en el planeta según el consumo y tipo de hábitos que realicemos día a día. Nuestra alimentación, cómo realizamos las compras diarias, qué consumo energético hacemos, qué medio de transporte utilizamos.
No en vano, el informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) de este mismo año, incrementa la probabilidad de que el cambio climático sea debido al ser humano hasta un 95%. Además, de los 18 a 59 centímetros que se esperaba en 2007 que creciese el nivel del mar a finales de siglo, ahora esos datos se disparan de los 26 a 82 cm.
Huella de carbono y cambio climático
Podemos entonces hablar de Calentamiento Global, por el proceso en el que los GEI (gases de efecto invernadero, principalmente CO2), mayoritariamente procedente de la quema de combustibles fósiles, que se acumulan en la atmósfera y retienen parte del calor que emite la Tierra. Así de importante es conocer qué es exactamente la huella de carbono, y lo importante que es reducir la del ser humano al máximo, empezando por cada uno de nosotros en nuestra vida y hábitos diarios.
¿Cómo saber cuál es nuestra huella de carbono?
Para conocer qué huella de carbono deja un producto, se analizan todas las actividades de su ciclo de vida: conseguir las materias primas, fabricación, transporte, uso, y su gestión ya como residuo.
Para saber cuál es exactamente la huella de carbono que cada uno dejamos al planeta, las “calculadoras” de huella de carbono se encargan de valorar nuestros hábitos en cuanto a consumo de energía: en el hogar (electrodomésticos, etc.), en el transporte (cuánto consume el coche, cuántos km realizamos, etc.) y en los hábitos de consumo o residuos (si consumimos alimentos ecológicos o de producción cercana, envasados, si reciclamos, etc.).
¿Cómo reducir la huella de carbono?
Además de la calculadora de huella de carbono para conocer con más exactitud cuánto CO2 generamos, reducir el consumo en líneas generales es lo más eficiente para ahorrar emisiones al planeta. Reducir la adquisición y el uso de productos, reutilizar y reciclar, es la mejor vía para ello. Las famosas 3 erres de la sostenibilidad, son la guía para reducir la huella de carbono.
En próximos artículos conocerás qué huella de carbono emiten artículos que consumimos o acciones que realizamos en nuestra vida diaria. Podrás saber qué hábitos mejorar para que nuestra huella sea lo menos impactante posible en el planeta.
Y tú, ¿te vas a quedar sin saber cuál es tu Huella de Carbono? En este artículo encontrarás la calculadora.
Trabajo Huella de carbono.
Concepto de Huella de carbono
Evolución de la conciencia en el cambio climático.
Cálculo de la huella de carbono
Huella de carbono de nuestro centro
Acciones de concienciación y de compensación.
Este trabajo será presentado a otros miembros de la comunidad Escolar y en concreto a alumnos de 3º de ESO
https://www.ceroco2.org/calculadoras/
http://calcarbono.servicios4.aragon.es/index.html
https://www.fundacionaquae.org/consejos-del-agua/consejos-reducir-la-emision-co2/
https://www.plantarse.org/art-calculadora-carbono.htm
Un árbol adulto retiene 0,5 Tm. CO2/año. ( http://cambioclimaticomurcia.carm.es/fichas/compensacion.htm )
HTTPS://WWW.MITECO.GOB.ES/ES/CAMBIO-CLIMATICO/TEMAS/DEFAULT.ASPX
https://www.un.org/es/climatechange/
Las emisiones a nivel mundial están alcanzando unos niveles sin precedentes que parece que aún no han llegado a su cota máxima. Los últimos cuatro años han sido los más calurosos de la historia y las temperaturas invernales del Ártico han aumentado 3 °C desde 1990. Los niveles del mar están subiendo, los arrecifes de coral se mueren y estamos empezando a ver el impacto fatal del cambio climático en la salud a través de la contaminación del aire, las olas de calor y los riesgos en la seguridad alimentaria.
Los impactos del cambio climático se sienten en todas partes y están teniendo consecuencias muy reales en la vida de las personas. Las economías nacionales se están viendo afectadas por el cambio climático, lo cual a día de hoy nos está costando caro y resultará aún más costoso en el futuro. Pero se empieza a reconocer que ahora existen soluciones asequibles y escalables que nos permitirán dar el salto a economías más limpias y resilientes.
Los últimos análisis indican que, si actuamos ya, podemos reducir las emisiones de carbono de aquí a 12 años y frenar el aumento de la temperatura media anual por debajo de los 2 °C, o incluso a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, según los datos científicos más recientes.
Por suerte contamos con el Acuerdo de París, un marco normativo visionario, viable y puntero que detalla exactamente las medidas a tomar para detener la alteración del clima e invertir su impacto. Sin embargo, este acuerdo no tiene sentido en sí mismo si no se acompaña de una acción ambiciosa.
El Secretario General de la ONU, António Guterres ha hecho un llamamiento a todos los líderes para que acudan a Nueva York el 23 de septiembre con planes concretos y realistas para mejorar sus contribuciones concretas a nivel nacional para 2020, siguiendo la directriz de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45 % en los próximos diez años y a cero para 2050.
Quiero que me informen sobre cómo vamos a frenar el aumento de las emisiones para 2020 y cómo vamos a reducir las emisiones drásticamente para alcanzar cero emisiones en 2050.
Para que sean efectivos y fiables, estos planes no pueden enfrentarse a la reducción de forma aislada: deben mostrar una vía hacia la transformación completa de las economías siguiendo los objetivos de desarrollo sostenible. No deberían generar ganadores y perdedores, ni aumentar la desigualdad económica. Tienen que ser justos, crear nuevas oportunidades y proteger a aquellos que se ven afectados por los impactos negativos en el contexto de una transición justa. También deberían incluir a las mujeres como principales encargadas de la toma de decisiones: solo la toma de decisiones desde la diversidad de género es capaz de abordar las diferentes necesidades que surgirán en este próximo periodo de transformación fundamental.
La Cumbre reunirá a gobiernos, sector privado, sociedad civil, autoridades locales y otras organizaciones internacionales para desarrollar soluciones ambiciosas en seis áreas: la transición global hacia energías renovables; infraestructuras y ciudades sostenibles y resilientes; la agricultura y ordenación sostenible de nuestros océanos y bosques; la resiliencia y adaptación a los impactos climáticos; y la convergencia de financiación pública y privada con una economía de emisiones netas cero.
El sector empresarial está de nuestra parte. La aceleración de las medidas contra el cambio climático puede fortalecer nuestras economías y crear empleos, al mismo tiempo que genera un aire más limpio e impulsa la conservación de los hábitats naturales y la biodiversidad y la protección de nuestro medio ambiente.
Las nuevas tecnologías y las soluciones ofrecidas por la ingeniería ya producen energía a un coste menor que la economía basada en combustibles fósiles. La solar y la eólica son actualmente las fuentes de energía más baratas en casi todas las principales economías. Pero debemos empezar ya a poner en marcha cambios radicales.
Esto significa acabar con las subvenciones a los combustibles fósiles y a la agricultura alta en emisiones para promover el cambio hacia la energía renovable, los vehículos eléctricos y prácticas de agricultura inteligente. Significa fijar un precio del carbono que refleje su auténtico coste de emisiones, desde los riesgos climáticos hasta los peligros para la salud que provoca la contaminación del aire. Y significa acelerar el cierre de las centrales de carbón, parar la construcción de nuevas y reemplazar los puestos de trabajo con alternativas más saludables para que la transición sea justa, inclusiva y rentable.
Para asegurar que las acciones de transformación tengan el mayor impacto posible en la economía real, el Secretario General ha priorizado las siguientes carteras de acción, las cuales tienen un alto potencial para frenar las emisiones de gases de efecto invernadero y una acción global para la adaptación y la resiliencia.
Finanzas: movilización de fuentes de financiación públicas y privadas para impulsar la descarbonización de todos los sectores prioritarios y promover la resiliencia.
Transición energética: aceleración del cambio de combustibles fósiles hacia la energía renovable, además de la obtención de considerables ganancias en eficiencia energética.
Transición industrial: transformación de industrias como la petrolera, siderúrgica, química, cementera, del gas o de la tecnología de la información.
Medidas basadas en la naturaleza: reducción de emisiones, incremento de la capacidad de absorción y mejora de la resiliencia en silvicultura, agricultura, océanos y sistemas alimentarios, incluidos en la conservación de la biodiversidad, el impulso de cadenas de suministros y tecnología.
Acción local y en ciudades: avance de la mitigación y la resiliencia a nivel urbano y local, con un foco de especial atención en nuevos compromisos sobre edificios de bajas emisiones, transporte público e infraestructura urbana, y resiliencia para las personas pobres y vulnerables.
Resiliencia y adaptación: fomento de los esfuerzos globales para abordar y gestionar los impactos y riesgos del cambio climático, particularmente en las comunidades y naciones más vulnerables.
Además, existen tres áreas clave adicionales:
Estrategia de mitigación: impulsar las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) y las estrategias a largo plazo para conseguir las metas del Acuerdo de París.
Compromiso de la juventud y movilización pública: movilizar a las personas de todo el mundo para que actúen contra el cambio climático y asegurar que las personas jóvenes estén integradas y representadas en todos los aspectos de la Cumbre, incluidas las seis áreas de transformación.
Impulsores sociales y políticos: avanzar en los compromisos dentro de las áreas que afectan al bienestar de la población, como la reducción de la contaminación del aire, la creación de puestos de trabajo dignos, el fortalecimiento de las estrategias de adaptación climática y la protección de los trabajadores y los grupos vulnerables.