BENEFICIOS
Existen ya abundantes publicaciones científicas e informes técnicos[1] que muestran que esta forma de entender y practicar la educación obligatoria, pos-obligatoria y universitaria, tiene efectos muy positivos en los jóvenes puesto que les ayuda a mejorar su desempeño académico, reducir la tasa de abandono, y aumentar sus habilidades sociales y competencias profesionales en el caso de estudiantes preuniversitarios y universitarios.
También existen evidencias sobre los beneficios que este tipo de proyectos y programas tiene sobre el clima de los centros escolares e instituciones que los adoptan y ponen en marcha. Y evidentemente, también las comunidades se benefician al aumentar la estructura organizativa y la participación social de sus conciudadanos. Aunque ya comienzan a extenderse este tipo de proyectos en nuestro país, aún no disponemos de suficientes investigaciones evaluadoras sobre el impacto de los mismos en los distintos agentes y comunidades involucradas.
BENEFICIOS PARA LAS COMUNIDADES
- Mayor participación de niños/as, jóvenes y adultos en proyectos locales.
- Aumento del desarrollo de servicios de asesoramiento, orientación y prevención para las familias.
- Incremento del desarrollo de servicios de asesoramiento personal, educativo y vocacional-profesional para los/as niños/as y jóvenes.
- Mejora de la calidad de vida y niveles de desarrollo local.
- Mejora de la iniciativa empresarial.
- Mayor profundización de la democracia participativa.
BENEFICIOS PARA LOS CENTROS EDUCATIVOS
- Mayor participación de las familias en el proceso educativo de sus hijos/as.
- Incremento de las oportunidades de mejora en el desarrollo de la función docente y educadora de los jóvenes.
- Mayor satisfacción del profesorado con su función educativa.
- Mejora del clima del centro.
- Mejora del rendimiento escolar del alumnado.
- Reducción de la incidencia y prevalencia de problemas y dificultades de convivencia.
- Mejora gestión de centros educativos.
BENEFICIOS PARA LA UNIVERSIDAD
- Aumento de las oportunidades de aprendizaje en contextos reales.
- Mejor conocimiento y justificación del curriculum.
- Incremento de la adquisición y desarrollo de competencias profesionales.
- Mayor concienciación y participación de los/as jóvenes universitarios/as en la vida comunitaria.
- Mejora del rendimiento académico.
- Reducción del riesgo de abandono de los estudios.
- Mejora de los niveles de calidad, excelencia y transferencia de la investigación de la Universidad a la sociedad.
[1] Center for Community Health and Evaluation (2009). The Legacy of Partnership. The California Endowment.