El oso Panda tiene una esperanza de vida de unos quince años y no es sexualmente activo hasta los cinco años de edad. Eso le dá solamente diez años para buscar novio/a. No debería ser tan difícil...
La dispersión geográfica y su escaso número hace poco probable que dos osos panda se encuentren en el mismo espacio, y la probabilidad de que sean de sexos opuestos es aún menor. Si tal cosa ocurriera, parece lógico que se pusieran a copular como si se acabara el mundo. ¡Pues no!.
Para empezar, todas las hembras han leído el cuento del oso-principe azul, por lo que no se aparean con cualquiera. Además, se tienen que gustar. Naturalmente, los machos, después de meses buscando una hembra, deben competir entre sí por el derecho de apareamiento. Cosa que tienen que repetir varias veces para asegurar la fecundación.
Como traca final no podemos irnos sin señalar el pequeño detalle de que las hembras solamente son sexualmente receptivas durante dos días al año.
Con semejantes transtornos sexuales, es perfectamente comprensible que este animal esté al borde de la extinción.